lunes, 3 de agosto de 2009

El Impuesto al Valor de la Tierra y la Renta de los Recursos Naturales

La política de financiamiento público puede estructurarse para mejorar tanto la actividad del sector económico como los servicios del sector público. Una reforma fundamental en la política impositiva puede optimizar los incentivos para una economía de mercado productiva mientras provee a su vez, dinero para la educación, salud y otros servicios sociales, así como también, para la infraestructura. Esta reforma promueve un sistema diferente de mercado donde la riqueza es distribuida justamente y las necesidades básicas para todos son conjugadas.

¿Se escucha muy bueno para ser verdad? Estamos tan acostumbrados al compromiso y el intercambio, donde las metas de unos se sacrifican por otras, que nos resulta difícil entender que una reforma sistémica pueda simultáneamente promover economías libres y justas, y nos parece un ideal imposible. Pero existe una perspectiva pública financiera, conocida por varios nombres, tales como el Impuesto al Valor de la Tierra o el Cambio Hacia el Impuesto Verde o Renta de Recurso, que ofrece dicha reforma. Se estima que el 93% de los impuestos cobrados o recaudados a escala mundial recae sobre el trabajo y la producción económica. Al remover las barreras impositivas a todas las formas de trabajo y a las actividades productivas, mejoran grandemente las empresas del sector privado, especialmente las pequeñas empresas. Liberadas del impuesto, los trabajadores incrementarían su capacidad de compra y los inversionistas tendrían más fondos para la inversión.

El cambio de los impuestos hacia una base económica de la tierra y los recursos naturales tiene otra consecuencia positiva. Los impuestos funcionarían como retribución de lo que es esencialmente una herencia común de los recursos. Las inversiones en la especulación de la tierra serían truncadas, haciendo que se liberen los fondos para realizar actividades productivas.

Al colocar impuestos a la tierra de acuerdo a su valor, se promueve la reforma rural y urbana, facilitando así acceso a la tierra para la construcción de hogares, negocios y cultivos. Las rentas más elevadas, serían cobradas para beneficio del sector público, logrando que se promueva de una manera cuidadosa y eficiente la utilización de los recursos naturales por el sector privado. Y al contrario, la baja tasa de impuestos a los recursos naturales lleva a su sobre explotación. Un alto costo para acceder a los recursos no renovables, puede también estimular la inversión para desarrollar energía renovable y otras tecnologías sostenibles, mientras menos ganancias se obtenga de la extracción de los recursos irremplazables.

Varios Cuerpos de las Naciones Unidas han recomendado dicho acercamiento o han instado a considerarlo.

El Centro de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas (HABITAT, siglas en inglés) lo incluyó en sus declaraciones del 1996, así como también en el 1976. La Agenda del 1996 declara: "Al no adoptar, a todos los niveles, políticas apropiadas de la tierra tanto rural como urbanas y las prácticas de manejo adecuadas de la tierra, permanece como una de las causas primarias de la iniquidad y pobreza. Es también el causante del alto costo de la vida, las ocupaciones dañinas de la tierra, la degradación del medio ambiente y el incremento de la vulnerabilidad del hábitat rural y urbano, afectando a todas las personas, especialmente los grupos más vulnerables y en desventajas, las personas que viven en la pobreza y de escasos recursos económicos". (Libro 75)

"Aplicar un mecanismo transparente, comprensivo y que brinde incentivos fiscales equitativos, sería lo apropiado, para estimular la eficiencia, accesibilidad y el uso medioambiental adecuado de la tierra. La utilización del impuesto basados en la tierra y otras formas de ésta, para adquirir recursos que servirán para aprovisionar a las autoridades locales; [76(d)] Consideran la adopción de instrumentos innovadores que capturen las ganancias del valor de la tierra y así recobrar las inversiones públicas". [76(h)]

"The Food and Agriculture Organizations International Fund for Agricultural Development" (El Fondo de la Organización Internacional para la Alimentación y Agricultura para el Desarrollo Agrícola) tiene un Consorcio global intergubernamental y organizaciones de la sociedad civil, La Coalición Popular, que urge a los gobiernos a "establecer el sistema de impuesto a la Tierra, especialmente para aquellas subutilizadas y las que se retienen con propósitos especulativos".

Un documento distribuido por las Naciones Unidas en Abril del año 2000 que informaba la creación de la Comisión para el Desarrollo Social, recomendó el impuesto al valor de la tierra como el camino más factible para eliminar la pobreza global. El autor del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, en su Papel de Discusión 11, Profesor Anthony Clunies-Ross, recomendó "la completa explotación de las posibilidades de los impuestos precisamente teniendo como meta el impuesto al valor de la tierra y a la renta de otros recursos naturales".

"The International Union for Land Value Taxation" (La Unión Internacional del Impuesto al Valor de la Tierra) y sus sesenta organismos afiliados están trabajando para la aplicación de estas recomendaciones. La política de erradicar los impuestos al trabajo y al capital productivo (incrementando el poder de compra y los incentivos a la creación de riqueza) y llevarlo hacia la tierra y otros recursos naturales (eliminando la especulación y el enriquecimiento privado que pertenece a la herencia mundial común) Este cambio de impuesto, hace que los precios de las tierras sean más accesibles para la construcción, y otras necesidades básicas de la producción y la infraestructura.

Al fallar la aplicación de los impuestos adecuados al valor de la tierra, (mientras éstos se incrementan con el desarrollo) y en vez, gravamos el salario, los trabajadores no pueden costear una casa y otras necesidades básicas al menos que trabaje por más tiempo o se hunda en una deuda hipotecaria. Lo que sería el verdadero propósito de la economía de mercado y el desarrollo - proveer eficientemente para cubrir las necesidades de todos- es indeterminado. Bajo el actual modelo, en el que acomoda la tierra y los recursos, los precios de la tierra se incrementan en grandes proporciones del costo de la producción mientras el desarrollo continúa. Esta es la causa primigenia de la gran brecha entre ricos y pobres, demostrado en la ley de la renta, un concepto poco entendido inclusive dentro del mismo campo de la economía. Mientras se acumulan los beneficios privados de los recursos de las rentas y pagos de intereses, la brecha entre ricos y pobres continúa creciendo año tras año.

Muchos países "pobres" no son pobres. Las personas son pobres porque en estos países sus tierras valiosas y otros recursos naturales son controlados por unas pocas personas. El Impuesto al Valor de la Tierra promueve tanto la reforma urbana como la rural.

El Valor de la Tierra, se incrementa porque la población crece o se concentra y porque su infraestructura y otros servicios los provee el sector público. Al reducir los impuestos al salario y al capital, mientras se recuperan los incrementos del valor de la tierra (renta) DEVOLVIÉNDOLOS hacia el sector público, se asegura una economía de mercado más funcional y justa, dándole continuidad a una fuente impositiva de fondos para el sector público.

El fondo público puede ser además una fuente de financiamiento de préstamos con bajos intereses para los miembros de la comunidad. Bajo este arreglo, las personas mismas se convierten en los beneficiarios de los recursos de las rentas y de los pagos del interés. La recuperación del incremento al valor de la tierra y devolverlos en préstamos dentro del mismo sector público, permite a los países desarrollarse con menos necesidad de fondos extranjeros.

Ejemplos del impuesto al valor de la tierra o recurso para financiar el desarrollo.

Harrisburg, capital de Pennsylvania, en 1980 estaba en la lista Federal como la segunda ciudad de menos escasez en los Estados Unidos. La ciudad gradualmente reformó su política de impuestos municipales eliminando los impuestos a los edificios y cambiándolas por el impuesto al valor de la tierra. Ahora, los impuestos en los edificios se han reducido y el impuesto a la tierra se incrementó cinco veces más. Con la liberalización de la especulación de la tierra y la subutilización de éstas, los edificios menos marginados por los impuestos, el trabajo y el capital fueron trabajando para restaurar la ciudad, y ahora es considerada como una de las ciudades con la mejor calidad de vida de todas en los Estados Unidos.

Las otras diecisiete municipalidades en Pennsylvania han adoptado esta política, en todas se ha demostrado los beneficios de la regeneración económica como lo indicó el incremento de los permisos para la construcción y otros criterios. Este acercamiento ha generado una renovación estable en Sydney, Australia; Hong Kong, Singapore y otros.

1 comentario:

Guillermo Andreau dijo...

El Ingeniero Guillermo Andreau disertara en el almuerzo del Foro de la Ciudad del Club del Progreso sobre "El Sistema Jurídico de la Revolución de Mayo como solución a los graves problemas económicos, políticos, sociales y culturales". El tema de la charla es fruto del trabajo de investigación relizado en el Blog El Relativismo Juridico que cuenta con la participación de destacados juristas, economistas e intelctuales.
Miércoles, 23 de septiembre de 2009
Hora: 13:00 - 15:00
Club del Progreso Sarmiento 1334
Buenos Aires, Argentina