lunes, 8 de febrero de 2010

Construyamos Argentina. Hagamos Realidad el país que soñamos.

Los “representantes del pueblo” se han separado como grupo de interés de los intereses generales de “los comunes”. El pueblo. El “sentido común” es la mas filosa arma con que los ciudadanos simples cuentan en la democracia para proteger sus libertades y darles un sentido practico. La democracia moderna pensada por los hombres de Mayo y los constituyentes de 1853, ( nuestros “padres fundadores”) fue concebida para garantía de todos los derechos “evidentes por si mismos”, los propios de todos y cada uno de los seres humanos actuales. Vigentes antes que Constitución alguna sea escrita. La que se dicta y publica como documento fundacional es solo un guardia riel para el mejor ejercicio de aquellos derechos y obligaciones de los individuos. La sección de “derechos y garantías” es así el sentido profundo de todas las otras secciones de la Constitución destinadas a “organizar” al gobierno del Estado. Ambas secciones están fuertemente vinculadas, a punto tal que una “defectuosa organización” o un “abusivo funcionamiento” de los poderes que emergen de la organización del Estado, puede hacer trizas a los derechos y garantías individuales, frustrando el profundo sentido de la Constitución. Para la época moderna, la Constitución ha de ser vista como valla para protección de los derechos del hombre en sociedad frente al peligros que para esos derechos entraña poderes emergentes dentro de la misma sociedad y de la organización estatal. Nuevas realidades, emergentes necesidades, problemas generados por el orden constituido y sobre todo por pensamientos intelectuales ajenos y contrarios a la democracia moderna han debilitado la conciencia de los ciudadanos comunes, destinatarios primeros de la democracia moderna. La clásica democracia moderna definida por Lincoln como el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” se ha evaporado entre nosotros . Contemplando la realidad de estos tiempos (casos típicos como el escándalo producido con motivo de la creación del Fondo del Bicentenario) muestran que los “hombres comunes” son de palo. Entonces la democracia ya no puede ser definida con aquella oración. Ya no es un sistema político del, por y para pueblo. Es un sistema “gubernamental” cerrado sobre si mismo. Hay que refinirla como “el gobierno del gobierno, por el gobierno y para el gobierno”. El desapego, el desanimo de la ciudadanía, el resentimiento de los hombres comunes se expresó como un trueno en el 2001: “¡Que se vayan todos! A la vista se puso la brecha que hay entre los hombres comunes y sus “representantes”. Sin distinción de ideologías y partidos.
Los representantes se enfrentan entre si por todo. Por todo menos por el sistema de impuestos. Alberdi en 1854, publicó “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853”, para evitar esto. Sabia cuánto depende la democracia moderna del sistema de recursos del Estado. Si los hombres comunes no comprenden esto, la democracia argentina no podrá ser moderna. Habran elecciones, pero solo sewrviran a la restauración del regimen anterior a 1810. Mayo no fue una secesion poltica: fue una revolucion social contra el autoritarismo gubernamental. ¿Quién habla de esto en el Bicentenario? Quien no aborde esta cuestion reniega de Mayo.

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