miércoles, 24 de febrero de 2010

Desde Londres el Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade se suma a la polemica y dice:


Querido Héctor Sandler:
He leído tu excelente artículo contestando el editorial del EL ENFITEUTA. No sé, porqué no lo dices, quien escribió ese editorial. Tampoco me interesa mucho saberlo. Será uno de los tantos “Simuladores del talento” (como los llamaba Raúl Gónzalez Tuñón) que abundan en la Argentina. Repiten como loros las estupideces que han escuchado, sin tomarse el trabajo de ponerse a pensar. Como aquel otro – de cuyo nombre no quiero acordarme – que escribió un libro sobre los diferentes destinos de Canadá, Australia y Argentina, pero se “olvidó” del tema de la tierra, que es la diferencia fundamental (en Australia, todavía hoy el 82% de la tierra es del Estado y no se vende y en Canadá la tierra pública siempre se arrienda y la que está en manos privadas financia entre otras cosas y a través de los impuestos que soporta gran parte del sistema educativo del país). Ni en Canadá, ni en Australia, ni en Nueva Zelanda hay terratenientes que vivan solo de la renta del suelo.

Como Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade, con sede en el Reino Unido y que nuclea a los mayores expertos mundiales en el tema del suelo, puedo decirte que todos ellos consideran la ENFITEUSIS de Rivadavia un hecho histórico de primer magnitud, que hubiera cambiado sin ninguna duda el destino argentino.

No creo que la ley haya sido defectuosa como tu dices. Los defectuosos fueron los que aplicaron y toleraron los abusos. La ley era magnífica.

En Hong Kong se aplicó mientras fue Colonia Británica un sistema similar ( y que se continua aplicando ahora, ya que es el que rige en toda China) que convirtió a Hong Kong en un ejemplo de extraordinario desarrollo y sin problemas de vivienda a pesar de su más de 6.000 habitantes por km² (nuestro país con 15 por km², tiene a su población amontonada en las ciudades rodeadas de vergonzosas “Villas Miseria”), pero claro al “Enfiteuta” esto no le llama la atención. El mismo sistema se aplica en Singapur, otro modelo de desarrollo extraordinario y vivienda accesible, también con más de 6.000 habitantes por km².

Nuestro “ENFITEUTA” – el de la editorial – de todo esto no sabe nada. Ni le interesa. El repite como un loro lo que viene escuchando ¡la historia de la Baring Brothers! Lo que sucedió en las ex-colonias anglosajonas, a él no le incumbe. ¿Será porque cree que los anglosajones son distintos? Además de ignorante ¿será racista EL ENFITEUTA?

Hay un libro estupendo editado por el American Journal of Economics and Sociology que se llama “Land Taxation around the World” EL ENFITEUTA debería leerlo, al menos aprendería algo. Puede obtenerse en USA. Pásale – si puedes – este e-mail y si le interesa le daré los datos.

En cuanto a nuestro país, pocos se han ocupado seriamente del tema. Aparte del frustrado intento de Roque Sáenz Peña, del gravamen que impusiera Sabattini en Córdoba – coartado por la Corte Suprema – y de intentos en Entre Ríos y Capital Federal – nunca concretados – nada se hizo, hasta 1945.

El que más afectó la renta del suelo en Argentina fue Perón, por que tenía … la fuerza (digámoslo así para ser elegantes!) para hacerlo. Lo hizo de una forma poco ortodoxa y económicamente frágil, pero de gran consecuencia inmediata sobre los bolsillos populares: la congelación de los arrendamientos urbanos y rurales y el proceso inflacionario. Esta congelación seguida de la inflación de los primeros años del peronismo, significó una transferencia de la renta de los propietarios a los bolsillos de los inquilinos y arrendatarios. La congelación de alquileres no fue hecha por Perón, pero la inflación sí y Perón era lo autosuficientemente sagaz como para negarse siempre a liberar los alquileres y arrendamiento rurales. La renta del suelo en una economía libre, representa entre el 30% al 40% del producto. En nuestro país, gobernado por terratenientes, llegaba hasta el 50%. El régimen peronista produjo una mejoría real de alrededor del 30% en el ingreso de los trabajadores. La congelación de alquileres y la inflación fueron, sin duda, parte importante de esta mejoría en el ingreso.

Lo que debió hacer Perón, es volver a las raíces Rivadavianas y gravar la renta del suelo en forma permanente. Repetir el camino que habían seguido las colonias anglosajonas. Pero era pedirle demasiado a Perón, que no era my docto en economía.

A los gobiernos posteriores les falló, en general, … la fuerza (dicho elegantemente) para hacer algo, incluso a los peronistas.

El Gobierno de Onganía dictó una excelente ley. Fue la ley 18.033 de Impuesto a las Tierras Aptas para la Explotación Agropecuaria, estableciendo un gravamen del 1,6% sobre la tierra agraria libre de mejoras. Produjo excelentes resultados, pero duró poco.

Llegó luego el General Lamusse, quién, quiso según se dice disputarle el poder a Perón y disparó la inflación… ¡pero se “olvidó” de congelar los arrendamientos!

Volvió Perón, que esta vez no hizo nada serio y luego los gobiernos posteriores tampoco. Bajo Alfonsín, el Ministro de Agricultura, Ingeniero Lucio Reca envió al parlamento un excelente proyecto de ley, estableciendo un impuesto a la tierra agraria libre de mejoras, frustrado por los peronistas.

El gobierno actual no ha hecho nada serio, salvo mantener e incrementar las retenciones, que afectan la renta del suelo, para también los ingresos de los arrendatarios y aparceros. Las retenciones son una pésima forma de gravar el campo, pero no obstante son mejor que no gravarlo en absoluto que es lo que siempre ha querido la oligarquía. En el terreno urbano, absolutamente nada.

En fin, un panorama bastante triste y mientras tanto, miles de argentinos siguen amontonados en Villas Miserias, en un país vacío y los “simuladores del talento” siguen diciendo tonterías.

Un fuerte abrazo

Fernando Scornik Gerstein
Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade

Laura Muñoz Toro
Secretary
FERNANDO SCORNIK GERSTEIN Abogados & Solicitors
Tel. +34 91 350 72 62
Fax.+34 91 350 73 06

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