martes, 13 de julio de 2010

INSOLITO: MARCHA DE COMERCIANTES CONTRA LA LIBERTAD INDIVIDUAL

MARCHA Y 'MOVIDA' EN EL SENADO BONAERENSE CONTRA 'LA SALADA'

Héctor
Raúl Sandler, profesor Consulto, Derecho, UBA

El Senado bonaerense tratará mañana un proyecto de ley para suspender la instalación por seis meses de ese tipo de ferias, cuestionadas por fomentar la ilegalidad, la falsificación y la evasión. En paralelo, habrá una marcha en repudio a ese tipo de emprendimientos.

Según informa Urgente24 del 13 de julio 2010, “el asentamiento de la feria 'La Salada' y similares es un tema de largo debate que hasta ahora no ha encontrado solución”. Mañana, miércoles 14 de Julio, al cumplirse otro aniversario de la Revolución Francesa, llevada adelante al grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, - sigue la noticia - “ el Senado de la provincia de Buenos Aires trataría y aprobaría el proyecto de ley contra la multiplicación en territorio bonaerense de ferias como la de "La Salada".

En medio de la polvareda generada por la conjunción de intereses creados, ideologías colectivistas, mala memoria histórica y la creciente despreocupación cívica por el modo de ordenar mediante el derecho las cuestiones que más importan a la sociedad, la noticia es presentada y vivida por la población, como un “razonable intento” de “poner las cosas en orden”.

Los “representantes del pueblo” – diputados y senadores de la provincia – no se han tomado el trabajo de pensar con conciencia y en profundidad los hechos y las leyes que motivan la emergencia de “las saladitas” . Menos aun lo hacen quienes como ciudadanos en una democracia tienen máximo y directo interés que ese problema sea tratado como una “cuestión de orden general”. Me refiero a los “comerciantes legales”, hostiles a los otros comerciantes, los de aquellas ferias. Se infiere esta hostilidad de las declaraciones del señor Lamacchia a favor del proyecto de ley que apunta a liquidar esas “ferias”. Habria declarado: "El respeto a la legalidad que implica cumplir con las leyes laborales, impositivas, aduaneras, etcétera, nos hace iguales ante la ley . Lo contrario es la anarquía, el desorden generalizado. Una sociedad organizada, un sistema democrático justo, requiere orden e igualdad ante la ley. Ferias como La Salada no deben existir como tales, constituyéndose en un modelo comercial a no imitar, la cara visible de la ilegalidad, reflejada en la evasión impositiva, el trabajo esclavo, el trabajo en negro, el contrabando". Este discurso lo habria pronunciado con toda firmeza todo miembro de la Casa de Sevilla en las vísperas de la Revolución de Mayo. Desde luego que no lo hubiesen compartido, de ninguna manera, hombres como Hipolito Vieytes, Mariano Moreno. Manuel Belgrano, ni ningún otro revolucionario de aquella época. ¿Qué juicio le merecería de parte de Juan Bautista Alberdi? Siendo así, algo huele mal, no en Dinamarca, sino en la Argentina.
Nadie puede tener la menor duda que desde el punto de vista de las leyes del mercado, entre las cuales figura en primeros lugares la ley de la “competencia en precios de oferta”, los precios de las “saladitas” le ganan por goleada a los precios de los “comerciantes legales”. Lamentablemente éstos no se detienen a pensar sobre las causas por las que – al fin y al cabo , sus colegas – ofrecen la misma mercadería (la misma al ojo del consumidor, personaje central en la economía de libre mercado) a tan bajos precios. Un estudio sereno de este “singular” mercado revelaría muchas “irregularidades”. Sin duda, algunas punibles por ofender a la ética mercantil , la “buena fe” y otras al Código Penal general. Pero sin temor a errar nos atrevemos a afirmar que precios tan bajos, tan tremendamente competitivos (asunto muy favorable al consumidor y por éste tenido en cuenta en primerisimo lugar), tienen dos o tres raíces principales. Primero, la “radical y casi completa evasión de impuestos y cargas sociales”. Segundo, los “bajos alquileres” que abonan los “comerciantes irregulares” por el espacio que ocupan . Tercero y nada insignificante, “el aire de informalidad general ” que anima a la actividad comercial en esas ferias: libres de la telaraña burocrática que se estrecha cada vez mas sobre la actividad económica de los particulares.
Una perspectiva objetiva, libre de ocultos intereses y sombrías ideologías, mostraría con claridad que los comerciantes de las “saladitas” apuntan sin saberlo a concretar con su actividad lo que fueron los ideales de libre comercio de la Revolución de Mayo. No tienen conciencia de ésto, desde luego. Pero en los hechos su actividad tiene un notable aire de familia con las “ferias de la Champagne” emergentes al fin del Medioevo, sobre sitios libres de impuestos y del alto costo del suelo, cobrados ambos por los señores feudales. La actividad de los comerciantes de las “saladitas” ofrece el mismo “aire de familia” con la que a fines del siglo XVIII el Imperio español llamaba “contrabando” a lo que los revolucionarios de Mayo llamaban “libre comercio”. Un examen de esta naturaleza es obligatorio para los legisladores de la Provincia de Buenos Aires en cuanto “representantes del pueblo” (en total e indiscutible mayoría, consumidores, o sea los que se benefician con los precios de las “saladitas”), Y no menor interés guarda para a los representante de los “comerciantes legales”, cuyos representados viven asfixiados por el precio de los alquileres, la lápida de los impuestos y el asedio de los burócratas del Estado. Si hay alguno de estos comerciantes “legales” – incluyendo sus representante - que no sueñen con pagar menos alquiler y una baja de las cargas sociales y que – al no conseguirlo –evadan algún impuesto, única manera de mantener en pié su negocio, que tire la primera piedra.

Es urgente e indispensable que todos los argentinos – pero antes que nadie los representantes políticos y sobre éstos los estudiosos del derecho y la economía argentina – se hagan cargo del profundo problema que se manifiesta en La Salada y en las inevitablemente crecientes “saladitas”. No es un “accidente” en la vida argentina, producto de algunos “vivos”. Muy por el contrario, es la manifestación de un gran desorden económico fabricado por el derecho positivo. Por las leyes que nos rigen. La mayoría de ellas no resistiría un ligero examen de una mesa examinadora constituida por los patriotas revolucionarios de Mayo. Ni seria aprobada a la luz de una estricta aplicación de los principios fundantes de la República Argentina, claramente declarados en la Constitución de 1853.

Si entre todos no asumimos esta tarea, la unión nacional, la paz interior y el bienestar general no se concretaran en los hechos de la vida social. Recitar el Preámbulo fue un gran paso para retornar a la democracia. Pero a la luz de la historia de este medio siglo de tambaleante democracia , esta probado que “mejor que decir es hacer”. Hay poner en pie un derecho concordante con la Constitución Nacional.

Julio 13 de 2010, Héctor Sandler

1 comentario:

Guillermo Andreau dijo...

Todo esto se da porque los liberales argentinos traicionaron el "Sistema Rentístico" de recursos del estado del Liberalismo Clásico que generaría una sociedad de hombres libres, igualitaria y fraternal para continuar con la "Antigua Barbarie Tributaria Romana" "que degrada el trabajo hasta hacerlo digno del esclavo y realza el robo y el latrocinio político como fuente genuina de la propiedad" como dijo Juan Bautista ALBERDI.
Gracias a este inmoral sistema de recursos del Estado logran una sociedad jerárquica, esclavista, desigual, injusta, antidemocrática y autodestructiva.
Mientras los países del Commonwealth adhieren al sistema rentístico de Belgrano y Alberdi, en las Universidades Latinoamericanas se difunde un Derecho esclavista Bárbaro que tiene a America Latina de rodillas por mas de 200 años.
EL NEO LIBERALISMO ES LA ANTITESIS DEL LIBERALISMO.
ECONOMISTA Y ABOGADO QUE DESCONOCE LAS VIRTUDES DEL SISTEMA RENTISTICO ES UN PELIGRO PARA LA HUMANIDAD.