sábado, 7 de agosto de 2010

El debate antes del debate


Los "Aportes al debate" del Dr Girbau -en negro-, fueron observados por Eduardo Marty -en rojo- y contestados por Girbau -en azul-.

RESPUESTAS DE GIRBAU A LAS OBSERVACIONES DE MARTY
El director del Blog me ha enviado las observaciones hecha por el señor Eduardo Marty a mi escrito “Aportes para el debate”. Agradezco la atención prestada a mi trabajo. Ser leído es hoy por hoy un privilegio.
No esta en mi ánimo caer en el vicio infantil de rebatir el uno al otro, lamentable deporte nacional. Veo a este debate desde otro punto de vista y con otros fines. Creo que valdrá la pena si no incurrimos en vicios característicos del Medio Evo.
Uno que vale la pena hacer conocer.
Allá por el 1200 hubo en los Alpes una gran reunión de monjes para debatir indefinido número de temas. Uno fue el siguiente: “¿La leche, se congela con el frío?” El debate en apariencia tan inocente alteró a la paz de la cofradía y tras varios días de disputa, sostenida con interminables y variados argumentos , no llegó a un acuerdo unánime. El resultado lamentable fue éste: el congreso dio origen a dos bandos irreconciliablemente enfrentados. Uno, formado por quienes sostenían que “según la naturaleza de la leche, ésta no se congelaba” y el otro opuesto, para el que “según la naturaleza del frío, la leche se congelaba”. Apunta Walter Eucken, quien cita el caso en su tratado de Economía Política: a ninguno se le ocurrió poner un jarro de leche en la nieve para ver que pasaba. Un su libro “La filosofía de la libertad” Rudolf Steiner escribe: “La observación y el pensamiento son los dos puntos de partida para todo esfuerzo cognoscitivo del hombre, en tanto que este es conciente de dicho esfuerzo”, destinado a conocer la verdad.
Karl Popper no tendría inconveniente, creo, en aceptar sin chistar esta afirmación de Steiner, en cuanto para él pensar tiene como propósito principal de “resolver problemas”. Esto es muy distinto de lo que hicieron aquellos pobres frailes. Y veo que mucho se practica en nuestros medios.

Evitemos en el próximo debate tratar de “convencer” a nadie, sino de iluminar un gravísimo problema real: el que aparece por doquier en todos los rincones de la Argentina. Un país poseedor de envidiable territorio, tan despoblado como cuando se constituyo en los 1860, castigado por el hacinamiento, la desocupación y la decadencia general.
Gracias por aceptarme participar en esta preparatoria. Raul Girbau


APORTES PARA EL DEBATE
Raúl Girbau, economista

Me gustaría colaborar en el excelente breviario expuesto en el Blog aportando algunos conceptos para diferenciar “impuesto” de “recaudación de la renta del suelo”. Creo la renta del suelo conviene definirla desde el punto de vista de la “distribución” de la riqueza producida anualmente en una sociedad (hoy denominada “producto anual”).

M. Producida por quién, apropiada por quien, distribuida a quien?

G. La pregunta me genera la sospecha que el señor Marty y yo transitamos rutas veredas distintas. No alcanzo a comprender cómo no se entiende que se trata de el total de “riqueza producida” por un conjunto social, denominado “sociedad” habitualmente una nación políticamente delimitada.
Mas allá de los distintos métodos de medición existentes, unos buenos otro malos, aparecen en la casi totalidad de los países para medir la variación del total de bienes producidos en el año u otros periodos.


Hay que tener en cuenta que en la economía humana, en especial las mas desarrolladas, a la par del circuito real de producción de cosas, a los fines de la distribución los hombres han inventado “la moneda”, o sea “valores representativos” de los factores de producción (tierra, trabajo y capital) y el de los bienes que alcanzan a producir para negociar en los mercados.

Marty:. La moneda representa valor –No cualquier tierra tiene valor, no cualquier trabajo tiene valor. Solo tienen valor aquellos bienes y servicios apreciados por la gente en el presente o aquellos con los que se especula que tendrán valor en el futuro.

Girbau: Esto es lo que sostengo en mi escrito. De acuerdo entonces.


Apartando por un momento la vista del “sistema monetario”, a los trabajadores ( teniendo por tal todo aportador de esfuerzo físico-anímico-espiritual, aplicado a la producción de riqueza), le correspondería una alícuota parte del total producido denominado “salario”; a los inversores de capital real (dueños de productos que no consumidos por sus dueños son aplicados a producir más riqueza), le corresponde otra alícuota parte denominada “intereses” ; y a la tierra, que es el “factor natural dado al hombre” para producir lo que necesita, le ha de corresponder – en lógica matemática - alguna alícuota parte. Los fisiócratas la denominaron “producto neto” (porque tenían la vista clavada en la rentabilidad agrícola), David Ricardo la denominó “renta diferencial” (porque advirtió que el “rendimiento” por la feracidad era solo un aspecto” y Henry George la presentó organizadamente en todas sus dimensiones como condición fundamental para un orden económico de mercados en libre concurrencia, destacando entre otras la importancia de la “ubicación” y “distancia” entre los centros de producción y de consumo, aspecto que exploraría mas tarde von Thünen en particular.

M. Aquí es donde vos y el Sr. Girbau tienen que tomarse la molestia de leer a los austriacos. El hecho de que el factor "tierra" deba ser analizado separadamente no implica que se le deba al mismo remuneración alguna

G. En lo que a mi respecta, (Danke für mich, ich kann deutsche lesen) ya me he tomado la molestia de leer, no a todos, pero si algunos como a Mises y Hayek, entre otros. Así que si cometo error debe imputárselo a que no los debo haber comprendido bien. Para mi es Hayek, quien presta más atención a la epistemología correcta para comprender los problemas sociales y esbozar, los problemas humanos a la hora de vivir en sociedad y elaborar sobre la base de la realidad las soluciones mediante el pensar en vista a precisos ideales.
Para Walter Eucken el concepto básico es el de “ordo” y a partir de él , contemplar la realidad en sus manifestaciones reales, tal como se dan y no como las supone el investigador. Por ello sobre la base de la investigación histórica presenta la serie de “tipos de orden” posibles.
Hayek también reconoce este problema cuando, por ejemplo describe como distintos al orden “taxis” y del orden “cosmos”. Pero ni él ni Mises le asignan a este asunto la importancia que exige la “naturaleza de la cosa”, en el sentido amplio que le otorga Heinrich Henkel al tratar del “orden jurídico”, quien, dicho sea de paso, sigue a Eucken en el campo el derecho.
Ha sido Walter Eucken quien expuso, con gran beneficio para los intelectuales alemanes y de Europa, las bases teóricas de lo que le permitiría la reconstrucción alemana desde los 1949. Entre los que merecen nombrarse a W. Roepcke, Franz Böhm ,A. Müller Armack e incluso al ministro Erhardt. De la escuela de Friburgo ( Die Friburger Schuele) surgieron las bases científicas necesarias para reordenar en poco tiempo a la economía desquiciada por el socialismo y la guerra, contra las ideas de las zonas ocupadas por británicos, franceses y soviéticos.
La vía epistemológica fue la morfología y la noción de “ordo” (que es mas rica que la de “sistema”) apunta a construir “tipos reales”, instrumento conceptual necesario para “radiografiar” a la economía real de una sociedad concreta en un momento dado. Esto es fundamental; pero, lamentablemente, no ha prendido en los neoclásicos ni en la escuela austriaca dominante ni en la enseñanza superior argentina.
Aclaro que la conceptualización de Eucken es radicalmente distinta a la de Max Weber, propulsor de método “tipo ideal”, necesariamente, falseado por la imaginación del pensador.
Eucken se inspira y retoma el método de la “visión recta de la cosa” expuesto claramente por tan ilustrado hombre como fuera Goethe, más conocido como poeta, cuando en verdad él se consideraba un científico, a nivel de discutir las teoría de la luz de Isaac Newton en su “Teoría de los colores”. Goethe fue el creador del “método morfológico” que habría de recuperar Walter Eucken y aplicaron los ejecutores del mal llamado milagro alemán. No hay milagro donde hay ciencia. Sin embargo reconozco que en este mismo pensamiento germano –salvo excepciones- no aparece de modo expreso con todo el lugar que merece la cuestión del igual “derecho de acceso a la tierra” ni el destino que le corresponde a la “renta fundiaria”. Pero a mi juicio esto se debe a razones históricas.
El pensamiento de George no es desconocido ni maltratado en Alemania (y menos en los EEUU); pero implícitamente en muchos aspectos funciona empíricamente por los antecentes institucionales de origen germano y sajón, muy distintos al latino romano.



DEL REALISMO INGENUO AL CONOCIMIENTO CIENTIFICO
Obvio que estos progresivos “descubrimientos” (o construcciones conceptuales) debían aguardar la entrada de la humanidad en la “edad de la razón”, iniciada alrededor del siglo XVII, portal de toda la ciencia moderna. Conocimientos fundados en el pensar y el experimentar. Esto hay que tenerlo muy en cuenta porque el “impulso científico” de esta época, en la que estamos, explica el nacimiento de toda ciencia moderna en general y de la “ciencia económica” en particular. Es un formidable esfuerzo para superar al “realismo ingenuo” que, por ejemplo, cree que el Sol sale por la mañana y se pone al anochecer o que la Luna es mas grande en el horizonte que en el cenit. Todos sabemos –porque nos lo enseñaron ya en la primaria que no es así; pero lo seguimos “viendo” así y así hablamos. En economía el “realismo ingenuo” permanece, inevitablemente, igual, incluso entre hombres cultivados. Por eso el esfuerzo para “conceptualizar” la compleja realidad económica es muy duro, tanto mas cuando ella –en la vida moderna– viene intensamente fundada en el derecho positivo, leyes dictadas a veces muy caprichosamente, por los hombres. El problema es muy grave, porque si bien el hombre es un homos economicus desde que encarno en este mundo, la economía humana no puede darse como se da hoy sin ese otro invento humano llamado “derecho positivo”. Me atrevo a decir que es imposible discernir para una sociedad un derecho positivo correcto careciendo una noción de los fundamentos para el orden económico que tiene en vista regir, ni es posible decir palabra acertada sobre el orden económico sin dominar los conceptos jurídicos fundamentales que a ese orden económico rigen.

EL SISTEMA MONETARIO COMPLICA LA REALIDAD
Al cuadro del “orden económico de valores reales” (descrito al comienzo) hay que completarlo con el sistema monetario. Con ello la realidad a conocer (económica/jurídica) es mucho mas compleja. Para Walter Eucken, sin considerar al sistema monetario y construyendo una matriz sobre las formas reales de oferta y demanda hay 25 formas de mercado posibles y de ellas una y solo una es de libre mercado por el lado de la oferta y la demanda. Pero la realidad de la matriz es otra. Hay que incluir en ella al sistema monetario. Entonces los “tipos reales” de mercado se elevan a 100. Y no hay solo “un mercado” sino que hay uno para cada uno de los “valores en comercio”. Decir que en tal país reina una “economía de mercado” es una vaguedad, salvo que se quiera decir que “al parecer” allí predominan los mercados frente en comparación a un orden económico centralmente dirigido por el Estado. ¿Es el orden económico argentino “de mercado”? No se lo puede decir asertoricamente porque aunque parezca descabellado, nadie ha estudiado el tema. Algo gravísimo si se repara que sobre tamaña ignorancia se construyen “políticas económicas”.

ORDEN ECONOMICO Y DERECHO POSITIVO
El tipo de orden económico real depende en elevadísimo grado y quizá en ultima instancia, del “derecho positivo”. El filosofo Helmuth Coing cambio su pensar filosófico sobre el derecho luego de estudiar a Eucken, al extremo de decir que no se podía ser filosofo social sin dominar este tipo de ciencia económica; una que se ocupe del orden in-totum y no mediante el sistema de “sectores” o cosas por el estilo que no se dan en la realidad como la teoría en boga sostiene. Lamentablemente la enseñanza superior esta horriblemente fragmentada: los economistas creen que son economistas sin conocer los fundamentos del Derecho y los juristas se declaran tales ignorando los diversos fundamentos del orden económico. Para colmo cada grupo da por cierto lo que el otro sostiene, con lo cual la ignorancia de la realidad se potencia al cuadrado Esto explica mucho mejor el “malestar de la cultura contemporánea”, en especial la argentina, que el psicoanálisis de Freud.

TITULO DE PROPIEDAD DEL SUELO Y MONEDA
Desde estos puntos de vista se puede advertir el sugestivo parentesco que hay entre “la moneda” y los “títulos de propiedad de la tierra”. Ambos son “títulos representativos de valor”. No es frecuente, pero suele ocurrir, que alguien pague el precio de compra de un inmueble en parte con dólares, otra con pesos y otra “transfiriendo” el titulo de propiedad sobre otro inmueble. El economista danes Tholtrup destacó la decisiva importancia del titulo de propiedad como fuente de inflación. Muestra a las claras que el “titulo de propiedad del suelo” cumple según el derecho positivo que rija, 2 funciones bien distintas. A las que el “realismo ingenuo” no distingue pero que la ciencia debe separar.
Por un lado “confiere el derecho a usar del suelo a su gusto y sin limite de tiempo”. Pero por otro lado, otorga al titular del suelo el derecho a embolsar para si la “renta del suelo”, Es sabido que esta aumenta sin cesar por el desarrollo de la comunidad.

Otra vez : esto ultimo denota claramente que no han leido a los austriacos: no comprenden el rol del tiempo ni del especulador

El titular del predio, sin hacer nada, puede obtener una “ganancia” sin esfuerzo alguno (o mejor dicho: evitando que nadie se lo “usurpe”). El lote baldío que compro hace una década por mil pesos, al haberse desarrollado vasta obra pública y crecido la ciudad o el barrio, vale ahora 100.000 veces más. Cualquiera que hable con una inmobiliaria puede enterarse de esto. Y ese “valor” cristalizado en el “titulo de propiedad” funge como dinero.

M. Un horrible error. Muestra claramente que no entiende como funciona el mercado

G. Estimado amigo no incurra en el error de Pirron, el griego que negaba la existencia del perro hasta que uno lo mordió. Le ruego hacer un “barato” un experimento económico. Visite algunas inmobiliarias y pida informes sobre variación de los precios de la tierra en los barrios de la Capital, entre si y en el curso del tiempo.
El economista argentino Alejandro Sparacino por encargo de un gobierno extranjero evalúo empíricamente la tierra negociable en la CABA y comparó los precios entre 1998 y 1999. En términos redondos (cito de memoria) el valor de la superficie comerciable rondaba en unos 100.000 M de dólares en 1998; a fines de 1999, el valor había subido a 110.000 M. O sea la friolera de 10.000 millones de dólares. ¿A quien beneficiaba ese aumento? Pues de acuerdo al derecho vigente, al “titular” del derecho de propiedad de cada sitio. ¿DE donde provino ese aumento? DE la mayor demanda de tierra finita (apenas unos 100 Km2) y las muchas “mejoras” construidas. La de las mejoras mayoría hechas por otros (y también, por que no, por algunos propietarios). Fenómenos de este tipo llevo al italiano Achilles Loria a atribuir las grandes perturbaciones sociales a la apropiación privada de la renta del suelo, a la que llamo “rendita fundiaria”. Tesis sostenida en la actualidad (y no hace 50 años) por el profesor Fred Foldvary en su libro The Science of Economics, 2008.


La señora de Casares (que no era economista) le explico al periodista frances Julet , en 1910 , que en la Argentina había dos clases de personas: “Los inteligentes y los entupidos” Cuáles eran unos y otros preguntó el cronista asombrado y ella le respondió con gran conocimiento de causa propia: “Inteligentes son los que compran tierra; entupidos los que la venden”. Y tenía razón. Lea la Ciudad Indiana de Juan Austin García y se enterara que el terreno sobre el que hoy se levanta la central del Banco Nación, se vendió en los 1770 por un par de mulas y un recado. Hoy – ese suelo – debe valer no menos de 30 Millones de dólares…..por ahora.


Es un foco de inflación, que como en nuestro país y por el derecho vigente, es “crónico”. Bajo este régimen no hay modo alguno de parar la inflación, como no sea corroyendo los ingresos de los asalariados y arruinando toda la economía social mediante la infección de monopolios.

M. Este señor no sabe nada de moneda ni comprende que es la inflación. No sabe de qué depende el valor de la moneda. Que lea a Mises "Teoría de la Moneda y el Crédito"

G. Gracias por su buen concepto. Lo he leído. Pero también leí uno menos ampuloso pera más practico. Me refiero a los trabajos de los daneses Vigo Starke (“Centuries of Experience with Land Taxation en Denmark”) y Knud Tholstrup. Este último quien muestra la similitud del “titulo de propiedad sobre la tierra” con la “moneda” en “Why Inflation”, “Economic Liberalism” y “The Third Way : a New Economy”. Fue ministro de economía en Dinamarca (no se asuste) por el nombre del partido: Justice Party. (De paso, no conozco villas miseria ni okupas en Dinamarca)


(Obsérvese que en nuestro país los mas grandes monopolios son de servicios públicos. Si se lee con cuidado los recibos de pago se vera que de hecho son los modernos “publicanos” al servicio del Gobierno: son recaudadores de impuestos. Una décima parte de lo facturado es para pagar el servicio y el 90% restante es cobrado por cuenta y orden del gobierno para los mas estrafalarios impuestos).

EL CAMINO AL PURGATORIO…
Como la necesidad de “bienes públicos” crece a la par y hasta manera exponencial con el desarrollo de la comunidad y la tecnología, los gobiernos necesitan mas “moneda” para afrontarlos, entre otras cosas porque, y con razón, la gente los reclama. Mejor atención de la salud, del medio ambiente, educación, transportes, son “bienes públicos” vitales que hacen no solo a la vida sino a la dignidad humana.

M. La salud, la educación, el transporte no son "bienes públicos". Se ve claramente como se asocia una visión welfarista- socialista de la economía con la tierra

G. Touché! Perdón, pues pequé de vulgaridad. Muchos de esos bienes y servicios pueden ser prestados por empresas privadas. Otros no. En verdad, el modo preciso de atender a este importante tema es distinguir entre “economía del Estado”, “economía social” y “economía monetaria”. Esta distinción es fundamental como lo destaca entre nosotros el economista Guillermo Sandler en su “Ensayo sobre economía del Estado”, Errepar, 2008.

Sin modificar el derecho del titular dueño de un pedazo tierra (chico, grande o gigantesco) a quedarse con la renta del suelo, el Estado ha seguido y seguirá este terrible camino del purgatorio, mas allá de las buenas y sinceras intenciones que tenga o proclame. El que venimos sufriendo desde hace muchas, demasiadas, décadas: aumento de impuestos (o sea mas con-fiscasión de los ingresos de trabajadores e inversores); pedir prestado a los que tienden dinero (lógicamente lo disponen los terratenientes, que se hacen de él “loteando tierra”) y finalmente inyectando moneda:, nuevos y no tan nuevos títulos representativos: los pesos moneda nacional. Inflación incontenible.

EL CAMINO SALUDABLE PARA TODOS EXISTE
La propuesta imaginada por los fisiócratas, traída a nuestro país por Manuel Belgrano, inspiradora de la ley de Enfiteusis de 1826, alentada por Esteban Echeverria, maestro de Alberdi, insinuada en la Constitución Nacional originaria y replanteada, entre otros, por el notable presidente Roque Sáenz Peña en 1916 proponiendo que la renta del suelo fuera, por ley, la base del tesoro publico de cada provincia, es la mas atinada propuesta para establecer una economía de mercados, propia de hombres libres, base material de la democracia política y el libre pensamiento. Quien no distinga entre la renta del suelo de los impuestos y actúe en consecuencia, flaco servicio presta a sus ciudadanos. De hecho no es liberal ni republicano, ni federalista ni menos que menos demócrata.

M. Hay varios puntos no estudiados por ustedes. Hace 50 años era comprensible. Hoy con Internet ya no lo es.

G. Se calcula que en Internet corren a la fecha mas de 27.000 millones de voces y sigue creciendo. Tiene un valor incalculable; pero ojo! , lo que “natura non da, Internet non presta”


M. Un abrazo
Ed

G. A la reciproca

No hay comentarios: