viernes, 10 de diciembre de 2010

VILLA SOLDATI : UN RETO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO A SU BICENTENARIO.

Hector Raul Sandler, Profesor Consulto, Derecho, UBA

En un manuscrito hallado por Mitre entre los papeles de Rivadavia, aún conservado en el Museo Mitre, escribió el primer presidente civil de los argentinos:

"Nadie puede hacer uso de la tierra de modo qué impida a los otros hacer igualmente uso de ella. La justicia no admite la propiedad aplicada al suelo: si una parte de éste puede ser poseída por alguien que lo retenga para su solo uso, como cosa sobre la cual ejerce exclusivo derecho, otras partes de la tierra pueden, ser ocupadas con el mismo título, y así. toda la superficie de nuestro planeta caería en manos de determinados individuos. Sí toda la superficie habitable del globo llega a ser propiedad de ciertas familias, aquellos, que no son propietarios no tienen derecho alguno a ocupar un lugar en el mundo. Ni existen sino por tolerancia y únicamente con el beneplácito de los señores de la tierra encuentran un sitio en que poner el píe. Sí los dueños del suelo le rehúsan ese lugar, esos hombres sin tierra pueden ser expulsados definitivamente de este mundo. Si se admitiese que la tierra pueda ser ob¬jeto de una propiedad exclusiva, el globo entero puede convertirse en dominio privado de unos cuántos individuos; y todos los demás no po¬drían ejercer sus facultades ni aun existir sino con el consentimiento y merced de los propietarios."

Fundada en estos principios la Revolución de Mayo dicto en 1826 la ley de Enfiteusis. Ella creaba para todos los habitantes existentes entonces y los por venir luego , un igual derecho para contar con el suelo necesario. Contra el pago de un "canon". Es decir un tanto por ciento del valor de mercado de la tierra ocupada.

Esta ley fue derogada por la legislatura de la provincia de Buenos Aires el 16 septiembre de 1857 calificada de "comunista" (sic). Para suplir su derogación, en 1869 y mediante el Código Civil se dictó un "nuevo sistema" para acceder a la tierra. Poco tenia de nuevo, pues según reconoce el mismo autor del Código - don Dalmacio Velez Sarsfield - en el parrafo 5º de la nota al articulo 2503, expresa que prefirió optar por el "puro derecho romano de propiedad " en esta materia. A nadie debiera extrañar entonces que en la Argentina del Bicentenario , igual que en la Roma Antigua, nuestra sociedad aparezca dividida en forma creciente en patricios, plebeyos y proletarios. Lo que han variados son los nombres; pero idéntica es la realidad reproducida. Es la nuestra una sociedad civilizada, pero –como la antigua Roma - saturada con las pústulas de la miseria, la indigencia y los "okupas". Mendigos que emergen por doquier. Con las teas encendidas renacen entre nosotros los mismos tipos de "bárbaros" que destruyeron la civilización romana. No falta el “panen et circenses” Con “planes trabajar” y “programas de futbol gratis” se trata de calmar los encrespados ánimos de los miserables.

Hoy la tea ha ardido en Villa Soldati. No ha sido, no es , ni será la única. Variadas y recíprocas acusaciones de lanzan entre si los miembros de los distintos gobiernos, pretendiendo con hueca y chabacana verborragia ocultar su responsabilidad A la par reina un significativo silencio entre los líderes de la sociedad, tan proclives a hablar tantas veces como les es posible. Frente a la irrupción explosiva de los hechos en cadena iniciados en Villa Soldati están estupefactos. Su silencio es revelador.

Los hombres ilustrados, los profesores, los dirigentes políticos y sindicales, los consejeros religiosos y sociales, todos. Guardan un preocupante silencio. Silencio causado mucho más por la ignorancia de las causas que por la moderación ante la tragedia. Cuando un medico conoce la raíz de las causas de la enfermedad que pone en riesgo de muerte al paciente, no calla sino que se apresura a revelarlas para poder remediarla.

Estamos sufriendo la contradicción que existe entre una “sociedad civilizada" y la “barbarie social” . Esto depende, sobre todas las cosas, del derecho que sienta las bases para una actividad económica moderna y civilizatoria. La Revolución de Mayo se pronuncio a favor de esa “civilización” asegurando un igual derecho de acceso a la tierra para todos y cada uno de los habitantes mediante una ley exclusivamente argentina : la Ley de Enfiteusis La posibilidad de la "barbarie" renació cuando se aprobó a libro cerrado en 1869 el Código Civil. Como en la Antigua Roma, habría de dividir a la sociedad entre los dueños de la tierra y los carentes de ella, con las sabidas y perturbadoras consecuencias.

¿Hay remedio para evitar esta calamidad? Si lo hay. El sistema del Código Civil puede ser sostenido con beneficio de todos y para cada uno de los habitantes si se corrigen sus efectos negativos. Si no se lo hace, al inmediato bienestar que generó una vez, le siguen crecientes explosiones sociales. Como ningún ser humano puede vivir sin tierra, los “carenciados de tierra” de mil modos, lícitos e ilícitos, tratan de remediar los males que esa radical carencia les produce.

Para colmo de males, la fatal calamidad con que amenaza el sistema de acceso a la tierra creado por el Código Civil, si bien puede ser salvada, puede ser agravada. Esto ocurrió entre nosotros. Cuando al sistema de propiedad del suelo se le sumó el "bárbaro" sistema de impuestos. Los vigentes en la actualidad, cuya piedra fundamental fue la Ley de Impuestos a los Réditos dictada "solo por tres años" en 1932.

Antes de vencer ese plazo se la prorrogo por otros 10 años. Finalmente se la tomo como “piedra fundamental”• del sistema impositivo vigente. Comenzó por ser un cáncer; pero con los años hizo metástasis en nuestro organismo social todo. Mas de 85 impuestos (contando solo los nacionales) tienen por "objeto imponible" al trabajo, al fruto del trabajo, al ahorro, a la inversión y a las ganancias. Este sistema es el peor palo en la rueda en la actividad económica, mina el orden social y degenera a la moral colectiva.

Quien quiera que sean verdad los derechos humanos y en especial la invitación de la Constitución dirigida a "todos los hombres del mundo que quieran poblar el territorio argentino" (incluyendo a los nacidos en nuestra patria) , ha de conocer a fondo la perniciosa dupla que conforman el “sistema romano para uso de la tierra” y el “sistema de exacciones” impositivas aplicado a quienes viven de su trabajo.

Argentina sufre desde hace décadas una fatal decadencia, a pesar de los enormes recursos naturales con que cuenta y el estar poblada por gente de excelente condición. Que a pesar de contar con esos dos factores básicos para conformar una apetecible sociedad, gira sobre si misma tropezando de derrota en derrota. La clave esta en su derecho positivo actual, alejado por completo de los ideales humanistas y cristianos de la Revolución de Mayo y de la Constitución de 1853

Los terribles hechos de Villa Soldati pueden ser un paso mas hacia la ruina si se anda por las ramas y solo se atina a recurrir a cataplasmas. Puede ser eso; pero también puede ser visto como el fuerte aldabonzazo de la realidad. El necesario para que los argentinos despertemos y honremos el destino que justificara el nacimiento de una nación en la que su gente sin distinción disfrute a plenitud de todos los derechos humanos que la civilización exige, empezando por el igual derecho a la tierra.

Buenos , 10 de Diciembre del 2010, Dia de los Derecho Humanos. .



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