Héctor Raúl Sandler
Profesor Consulto, Derecho, UBA
He leído con toda atención la tesina escrita por el abogado Alejandro Bertoldi titulada “Nuevo Sistema Tributario para el Partido de Pehuajó”. He leído a la vez algunos primeros comentarios que si bien laudatorios en su forma, son escépticos sobre la viabilidad u oportunidad de la propuesta de reforma del tesista: sustituir en el partido de Pehuajo todos los impuestos actuales por lo que se recaude en concepto de renta del suelo. La base imponible es el valor de mercado de la tierra (urbana y rural) en variables alicuotas del 1, 2 y 3 por ciento .
La sencillez, claridad y contundencia de su trabajo contrasta con los primeros juicios que, si bien son favorables a Bertoldi no acogen con el interés y el entusiasmo debido a su propuesta.
Esta dualidad entre su nítida propuesta y la escéptica mirada de quienes la han recibido, me impulsa a escribir estas breves líneas de introducción para apoyarla y aumentar la esperanza en su realización. Debe ser leída por todos con el mayor afán.
Comencé por felicitar al autor por el enorme esfuerzo en que se había empeñado, consiguiendo poner a la vista los hechos que las doctrinas legales y económicas y políticas al uso ocultan.
También lo felicité por la conclusión a la que arriba. Propone cambiar de cuajo e in totum al vigente régimen de recursos del en el Partido de Pehuajo. Legislación que castiga a la Argentina como país y degrada a los individuos como personas.
Propone cambiarlo en una dirección precisa y concreta. Esto revaloriza su trabajo. Hay que sustituir el actual de régimen de impuestos porque como todo “régimen de fuerza” carece de base moral. Solo existe y se sostiene por una legalidad –el derecho positivo- contraria a los ideales de la Revolución de Mayo, consagrados categóricamente en la Constitución Nacional, primera parte, Derechos y garantías.
En otras palabras si bien el actual régimen de impuestos es legal, teniendo en cuenta nuestros principios de orden constitucional, padece de ilegitimidad.
Solo pueden discutir su ruinosa ilegitimidad los que no han captado los principios de la Constitución y no tienen cuenta la experiencia histórica argentina. La “poderosa emergencia” de nuestra nación fue una primera experiencia. Tuvo por causa jurídica la nueva y brillante Constitución Nacional y por causa económica el bajo costo de la tierra. Dos factores que en conjunción transformaron a la escuálida sociedad de mitad del Siglo XIX en otra que quintuplicó su población. Ese formidable impulso hacia la modernidad justificaba los festejos del Centenario en 1910.
Pero también por esa época ya hubo quienes advirtieran síntomas de una posible decadencia. En la decadencia se incurrió abiertamente a partir de la década de los 1930. El “hecho nuevo” que nos condujo al camino de la ruina actual se encuentra es la esfera del derecho público: la ley de impuesto a los réditos, dictada en esa época. Esta ha sido la cepa de todo el regimen impositivo actual contrario a lo dispuesto por la Constitución.
Este nuevo ordenamiento legal se conjugó con el que traía el propio Código Civil de 1869. Éste había reimplantado entre nosotros (con fuerte criticas nada menos que de Alberdi), el derecho romano de propiedad sobre la tierra, la que se legisló como “objeto en comercio”. Que de “objeto en comercio” pasara a ser legal “fuente de especulación”, dependía entonces y depende hoy, del sistema impositivo.
Cuando en 1930 se optó por el nefando régimen que hace del trabajo y sus frutos el principal hecho imponible, la suerte del país quedó echada a favor de su bancarrota crónica en todas las esferas de la vida social.
El trabajo de campo de Bertoldi es de enorme valor. Me permito decir que se ofrece al ignaro con cierto aire de candidez. Es comprensible que aquellos cuya vista está nublada por el enjambre de teorías al uso, no puedan creer que el cambio sea posible. ¿Cómo, así de sencillo, se podría cambiar la desgraciada suerte que padece la Argentina desde hace más de medio siglo?, se preguntan. No creen y por ello no se abren al problema. La docta ignorancia.
No es cuestión de instrucción sino punto de vista. Todo aquel que ponga fuera de debate la cuestión del origen y del destino de la renta del suelo, aunque su voluntad sea la de mejorar las condiciones del país, con su negativa colabora – de modo conservador - a que la situación que tanto critica se mantenga y refuerce.
Me ha encantado la visión directa del asunto por parte de Bertoldi, libre de prejuicios teóricos. Orientado por el método de observar, medir y cuantificar la realidad ha conseguido dictar una valiosa lección de derecho y economía.
“Hic et nun” decían los romanos cuando el asunto en cuestión se enredaba al punto que ninguna solución parecía posible. Al exigir Bertoldi mirar directamente el “aquí y ahora” da un aldabonazo que invita a prestar atención a la realidad, exige pensar sobre lo que las cosas dicen y e impide ser arrastrado por aires doctorales y el fárrago de teorizaciones y palabrerío vacuo, que en lugar de abrir el camino hacia las soluciones lo obstaculizan.
Que para bien del país lo aproveche el lector.
1 comentario:
Está bueno que expliquen como es el nuevo sistema tributario en este blog, muchas gracias!
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