jueves, 14 de abril de 2011

EL DERECHO POSITIVO DESTRUYE A LA ARGENTINA

Héctor Raúl Sandler, profesor Consulto, Facultad de Derecho, UBA

Pablo Tomino acabar de describir en La Nación (14.04.2011) un nuevo caso del mayor drama que sufre la Argentina, origen de la totalidad de los conflictos que día a día estallan por doquier. Junto a la Villa 31 está en marcha un nuevo asentamiento “ilegal”. Hombres y mujeres de trabajo que no pueden acceder al suelo con el fruto de su esfuerzo “usurpan tierra”. Lo hacen a “la vista” de la policía y “desoyendo” la prohibición de los jueces. Son, sin duda, “violadores” del derecho positivo estatuido por el Código Civil , las Leyes de impuestos y el Código Penal. Pero ¿lo son tambien de la Constitución? ¿Cuál es el “derecho correcto”?¿El estatuido por la Constitución Nacional que comienza con la más noble invitación dirigida “a todos los hombres del mundo” para que vengan a poblar el territorio argentino o las leyes posteriores (el derecho positivo) que impide a los habitantes acceder de modo fácil al vasto territorio de la Patria y ser dueños del fruto de su labor?

Decidir sobre ésta cuestión es el más manifiesto problema político que afronta la Argentina. El periodista ha sido capaz de exponerlo. Ha actuado como quien envía al medico un análisis conteniendo los datos del cuerpo de un paciente. Datos que revelan su estado de salud o si está enfermo. No se pìda del químico que además del análisis haga el diagnostico, ni menos que sugiera el remedio. La valiosa exposición del periodista (no es la única) debiera movilizar el alma y la voluntad de la ciudadanía y los políticos. En los primeros, para preocuparse por la continua emergencia de “villas miseria” en el seno de una sociedad supuestamente civilizada. En los segundos, porque su rol principal consiste en “curar” a la sociedad de los males públicos que padece. Para eso – se supone – se postulan para ser elegidos.

Por el momento fallan los dos. La ciudadanía permanece impasible (cuando no burdamente hostil) y los “médicos” , los políticos en completa inanición frente a este problema. En sus demandas y programas (pese a las cercanas elecciones), no se advierte la más minima señal que denote alguna opinión para remediar esta grave cuestión social.

No son ambos completamente culpables. Tampoco se ve en la actividad académica exámenes acertados (“diagnósticos”) que orienten para la solución de este gravísimo problema social. En los tres ámbitos sobran los comentarios, las protestas y las explicaciones, las más de ellas torpemente ideológicas, sobre las causas del miserable hacinamiento en las grandes y pequeñas ciudades de nuestro país. Pero son escasas, si hay alguna, que ponga el dedo en la llaga y que a voz de cuello, como aquel consejero de Clinton, grite: ¡Es el derecho positivo, estúpido!

Repasemos la nota del periodista Pablo Tomino. Sensibilicemos nuestra alma y afinemos nuestra inteligencia para descubrir las raíces de este escándalo social. Su existencia nos debe hacer enrojecer de vergüenza a todos los argentinos. Somos los titulares de un territorio tan vasto y saludable que en él podrían vivir y bien más de 200 millones de personas. Apenas somos 40 millones y más de la mitad vive mal. Hay que hacerse cargo y pronto de este asunto vital, porque como en Roma, la ruina total aparece en nuestro cercano horizonte.

La nota del periodista Tomino tiene que se iluminada con los múltiples escritos que corren en este Blog. A la vista de ambas cosas lector de buena fe se orientará para poner su grano de arena en la tarea común de poner fin a este proceso de degradación social y de disolución nacional.
Veamos la nota.


Construcción sin frenos en el predio usurpado en Retiro
Ayer, unos 25 policías no evitaron que 15 familias construyeran casas de material
Jueves 14 de abril de 2011
Pablo Tomino
LA NACION

Ocho patrulleros, tres combis policiales y más de 25 agentes de la Federal intentaron impedir ayer que unas 15 familias avanzaran en la construcción de casas de material en un predio usurpado que fue bautizado por sus habitantes la villa "San Martín", lindera a la estación homónima de trenes y con un callejón que comunica directamente con la villa 31, en Retiro.
Pero fracasaron. La gente siguió ingresando materiales como todos los días desde diciembre pasado, cuando el juez penal federal Ariel Lijo ordenó cercar el lugar y disponer de las fuerzas de seguridad para impedir que se construyera en ese predio de más de 5 hectáreas, usurpado durante la ola de intrusiones desatada ese mes.

Unas 500 familias viven hoy allí. Primero lo hicieron en precarias casas de tela y chapa. Poco tiempo después, empezaron a verse las primeras construcciones de material. Ayer ya se veían viviendas construidas con ladrillos y cemento, con proyección de crecer en altura. El material de construcción se distribuye a la vista de la policía.

En la víspera, después del mediodía, una versión motivó un fuerte despliegue de agentes de la Federal en la zona: decenas de uniformados hicieron una barrera humana en uno de los dos accesos al asentamiento, en el cruce de la calle 14 y Ramos Mejía. La misma policía informaba que su presencia en el lugar respondía a un posible desalojo. Pero no hubo una nueva orden judicial en ese sentido.

Sólo prevalece una reciente resolución del juez Lijo para evitar que esa usurpación se siga extendiendo en una franja lindera al ferrocarril San Martín, terreno de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), que depende del Estado nacional.

En medio de la confusión de los usurpadores sobre tamaño despliegue policial, hubo algunos insultos y empujones, que terminaron con tres personas detenidas por desacato a la autoridad. Al principio, la policía evitó que esas 15 familias construyeran allí sus moradas. Pero después de las 17, la mayoría de los agentes comenzaron a retirarse y aquéllos continuaron con las obras.

Según contaron habitantes del asentamiento y también agentes policiales, los lotes de esta villa se ganan y se defienden a los tiros. "Hace tres semanas hubo dos muertos porque se pelearon por 30 centímetros de más que tenía un lote", contó Duilio, un ciudadano paraguayo que levanta su casa de material y que llegó al país hace un año tentado por un familiar que vive en la villa 31.

"Nosotros estamos acá para evitar que siga creciendo la construcción. Pero la verdad es que avanza minuto a minuto. Estamos esperando una orden de desalojo para que esto termine", comentó un policía que, como todos los agentes consultados ayer por La Nacion, pidió reserva de su nombre.

Una recorrida por el lugar permitió advertir que muchas construcciones de material tienen pilares de hormigón y hierro, de un metro de profundidad. "Esto te permite hacer tres pisos y te lo aguanta bárbaro", explicó Omar, también nacido en Paraguay. Y advirtió: "De acá no nos vamos a ir, porque estamos cansados de pagar alquiler y queremos una vivienda propia. Hay embarazadas y chicos, por lo que sería una locura que la policía nos desaloje. Nadie nos presta atención, ni Macri ni Cristina".

"Inversiones"
En la villa San Martín hay gente que alquila una pieza a 750 pesos. Son "propietarios" que viven en la villa 31 y que "invierten" en esas tierras usurpadas. "Hay gente que se movió rápido para ocupar el lugar y bueno... es así. Nosotros ocupamos la franja al costado del ferrocarril San Martín, pero la policía no quiere que construyamos porque esto era un terreno que tenían los peruanos, donde se armaba una feria los fines de semana. Yo estoy amenazada de muerte, pero ya no me importa nada", dijo Mabel, una de las ocupantes.
Las casas de material de este asentamiento están a 25 metros de la avenida Ramos Mejía, donde pasan por día miles de turistas hacia y desde la terminal de ómnibus. Según los comerciantes del barrio, la presencia policial en la zona evita, en gran medida, los robos, ya que ese largo pasillo de la calle 14 suele ser un corredor efectivo para los arrebatadores.
Ayer, en la división San Martín de la Policía Federal informaron que no iban a dialogar con la prensa. Fuentes judiciales indicaron, sin embargo, que los operativos en el asentamiento continuarán. Mientras tanto, la nueva villa de Retiro sigue creciendo.

1 comentario:

proferic dijo...

Sin duda esa es la causa, la propiedad de la tierra al estilo romano y no el "derecho a uso" de la misma, como debiera ser de todo recurso natural limitado. E leido a H. George, Rudolf Steiner, H. Sandler, Dieter Frei y otros; tenemos el diagnóstico y el más adecuado remedio: como hacemos para actuar de multiplicadores? como insertar este germen en los demás?. De todas maneras este blog contribuye muchísimo, pero tenemos que buscar la concientización también en la gente común. Gracias. V. Ricardo Profetto DNI: 10.318.977, San Martin Norte 1607 Malargüe Mendoza.-