domingo, 11 de septiembre de 2011

LA OTRA MANO INVISIBLE."La riqueza de los ricos a costa de la pobreza de los trabajadores".


CARTA MÁGICA PARA UNOS Y SUPLICIO DE TÁNTALO PARA OTROS
Raúl Girbau, economista.

Tete se encontró la semana pasada con una amiga. A pesar de su reciente viudez desbordaba de alegría.
De clase media, sesentona, vivió toda su vida en el Bajo Belgrano.
Con mas precisión, casi en la esquina de Blanco Encalada y la avenida "del bajo", antes Blandengues, hoy, irónicamente, “Del Libertador”.
Cuando éramos chicos, era un lodazal. A la fecha la zona esta toda edificada, pero a la antigüita. Un almacén aquí, el taller de mecánica ligera allá, la verdulería enfrente y casitas en toda la cuadra. Sobre Blanco Encalada, en Belgrano, estaba la de la amiga de Tete. Dos departamentos, uno abajo, otro en altos.

¿Que más podrían haber hecho sus abuelos, iletrados inmigrantes del siglo pasado, que construir esa casita de dos plantas sobre un terreno de 8,66 m de frente (las clásicas 10 varas) por unos 25 de fondo? .Apenas unos escasos 216 m2.¿Ahora, cien años después, cómo se ganaba la vida la ahora alegre nieta de aquellos inmigrantes? Tiraba las cartas. La quiromancia y los modestos ingresos del alquiler del departamento de abajo le bastaban. Y no le iba mal. Lo que no sabia es que le iba mejor de lo que ella suponía. A pesar de saber tanto sobre el futuro tirando las cartas, no sabia que la Diosa Fortuna le iba a mostrar su sonrisa más amable. Que unos duendes misteriosos obraban bajo los cimientos del duplex.

Hace un par de meses dos señores llamaron a su puerta y, aunque no los reconoció, resultaron ser los mejores "clientes" de su vida.
No pretendían que les tirara las cartas por $50 pesos cada uno. No. Pretendían algo que era mas bien lo contrario. Ellos le tirarían "la carta" y ella solo debía firmarla.

Claro, no era carta de mazo de naipes, sino esas que se archivan en polvorientos folios y que en la jerga habitual las llama "escritura publica".
Contra la firma de esa carta le pagarían una agradable suma.
Lo pensó, pero no mucho. Lo que sí casi cae crisis fue la fe en su profesión de adivina. A pesar de su reconocida habilidad para describir el futuro no había previsto jamás el actual presente. Ignoraba (e ignora aun) que otra gente, desconocidos por completo, estaban trabajando y muy duro para ella.
Mientras ella se limitaba a examinar las cartas y se concentraba para anticiparles el porvenir a muchos, cada uno con su pena al hombro, no había previsto el suyo. Sin dudar un minuto firmo la "carta" y entrego los departamentos. Entrego hasta la cuna de su nacimiento y a plena conciencia que al dia siguiente la piqueta se haría cargo de “nuestra casita”.

No ha abandonado su profesión de adivina ni muchos menos. Pero su actividad ha pasado a ser más cómoda, La vida le sonríe. Sus hijos ya se han casado y su esposo descansa en paz, Seguirá tirando las cartas, pero sin el apremio de otros tiempos. Con la firma puesta en aquella "carta" su futuro está asegurado. Esas buenas y desconocidas gentes le parecieron ángeles llegados a su vida. (No puede abandonar las explicaciones esotéricas). Y tiene bastante razón. Por la firma de "la carta" , sin mover un dedo para gestar el negocio, le pagaron la friolera de 750.000 dólares. Aunque no es millonaria en verdes, sí lo es en pesos. Al cambio de hoy , 4 pesos x 750.000 dólares , posee la cifra 3 Millones de pesos. ¡Flor de carta tenia en el mazo de la vida la amiga de Teté! La vida, al fin, le da razón don Luis Barrionuevo: “en la Argentina nadie hace plata trabajando”.

AHRIMAN HACE CÁLCULOS Y SONRÍE
Ahriman, esa potencia que con enorme poder enfrenta al mismo Cristo, emplea la mayor parte de su tiempo en hacer cálculos aritméticos, Los hace sin cesar. No sabe ni entiende de “viejas casonas de antaño” ni se emociona porque se construyan casas con “60 balcones sin ninguna flor”. Enterado de la “carta” que cambio la vida de la amiga de Tete, al toque se puso a hacer cálculos. Los de verdad, con números y no con palabras poéticas

¿750.000 dólares pagados por 216 m2 de terreno, con la carga, además, de tener que demoler el viejo edificio? ¿A que precio cobro el metro cuadrado de tierra esa mujer? Veamos, se dijo. Y tomando su computadora dividió los 750.000 dólares por 216 m2. Le dio la friolera de 3,472 dólares y monedas. Espíritu practico por excelencia, sonriente se dijo: ¡Caramba 3.500 dólares el metro cuadrado!

En su maniática tarea de calcular numéricamente todo, para obrar así en el destino del hombre, prosiguió con otro cálculo. ¿Cuánto cuesta entonces ese cuadrado de tierra al que unos llaman “manzana”, otros “hectárea” y que al fin y al cabo son 10, 000 m2 ? Multiplicó 10.000 por 3.500 dólares y el resultado asombró al mismo señor de los Abismos. La hectárea en el Bajo Belgrano, otrora barrio de pungas y caballos de carrera, cuesta hoy la suma de 35,000.000 de dólares.

Potencia fríamente intelectual sonrió con malicia recordando que entre esos tipos llamados argentinos (cuyo nombre viene de “argento”, plata), los hay que estudian economía y derecho, pero ignoran estos hechos. Muy sueltos de cuerpo y con aire de sabihondos dicen que hoy la hectárea en su país se ha ido por las nubes, pues en algunos sitios alcanza la suma de 25.000 dólares.”Es una suerte para mis planes cósmicos que haya pueblos tan cortos de vista , al punto que actúan como ciegos”, se dijo, restregándose las manos..

No sin satisfacción para sus planes contemplaba lo mucho que trabajan millones de argentinos buscando el cielo para acabar en el infierno. Contempló al país entero en una imagen. Multitudes abigarradas rodeando la codiciada manzana pujando entre si para adquirir unos metros de tierra, la indispensable para vivir, pagando por ella con el fruto de una vida entera de trabajo. “No tienen mayor esperanza, pues por el derecho que se han auto dictado, sufren el suplicio de Tántalo” pensó. :El precio de la tierra le gana siempre a los ingresos. Con la misma constancia y facilidad con que la liebre le gana a la tortuga.

Ahriman no dejó de sonreír. “Estos aspirantes a pagar con su salario la tierra que necesitan – se dijo a si mismo - tienen puestos su ojos en esa única ambición. No advierten que su sueño es imposible, como lo advertirían si siguiendo mi ejemplo apelaran un poco más a las cifras y al calculo”.

El sueño de tener todos y cada uno su “propia tierra”, en las actuales condiciones legales es imposible. No cree esto la mayoría de los argentinos, pues se conforman con solo el sueño de tener “su tierra”. El sueño de “propiedad de la tierra para todos y en paz” es imposible. Y bajo las actuales leyes, lo es para todos los integrantes del conjunto. Aun para los que el azar los beneficie, como a la amiga de Tete. No solo por esa despareja carrera entre el ingreso por el trabajo y el costo de la tierra elevado por la demanda. Ahriman, que entiende de cálculos, con satisfacción observaba el proceso que ocurre a espaldas de los “pudientes”. Éstos embelesados con sus sueños no alcanzan a darse cuenta que están rodeados. A su alrededor día a día, crecen las legiones de gente furiosa, con un puño alzado y con piedras en la otra mano. De vez en cuando solo amenazan a los ocupantes de la imaginaria manzana. Incluso, muchos de ellos, también sueñan con poder adquirir su porción en ella.

Es creciente el conjunto de gente carente de fácil acceso a la tierra suele agruparse aquí ya allá con animo feroz. Ahriman sabe que todos emergen por la misma causa. Mas sabe también que los “sin tierra” son fantasmas de hombres (pues no llegan a “encarnar” en su tierra propia). Solo atinan a formar tribus con distintos nombres: “los sin tierra”, “los excluidos” y recientemente, “los indignados”. Son éstos jóvenes que en la flor de la vida palpan lo inútil que es su capacidad para ganarse el pan por sí mismos. Ahriman sabe que no son un peligro para sus planes cósmicos. Palpar es conducta de ciegos, otra es la condición de los videntes.

“Mientras confíen su suerte a los hombres que eligen, jamás descubrirán las reales causas por las cuales debieran en verdad indignarse. Solo si esto ocurriera podrían evitar caer mis manos”, se dijo Ahriman. Y optó echarse a dormir una siesta, pues los hombres – defendiendo el derecho que los esclaviza- harían su trabajo por él.

Buenos Aires, septiembre 11, Día del Maestro, 2011

1 comentario:

Edwin Yaque dijo...

Buen articulo. Lamentablemente la pereza de pensar o pereza creativa, ha llevado a muchos a no ver que estan sentados sobre minas de oro, y luego que otros pocos, pero mas visionarios, mas creativos o menos perezosos aprovechan las oportunidades, sencillamente lo mas facil para la mayoria perezosa es agruparse para seguir armonizando sus lamentos.