miércoles, 15 de agosto de 2012

El Pensamiento Económico y la Estructura Impositiva. Por Raúl Cuello

Brillante  conferencia del Dr. Cuello que muestra la evolución y corrupción de la estructura impositiva reinante hoy en la mente y en el corazón de todos nuestros economistas y abogados y que destruye las potencialidades de la argentina -y del mundo- empujando a los paises a guerras civiles en ciernes.

Este es el "Marco Teorico" que esta faltando al mundo de hoy, para poder salir de la peligrosa tension de civilización generado por la economia neoclasica dominante en la izquierda y en la derecha.





 

“EL PENSAMIENTO ECONOMICO Y LA ESTRUCTURA IMPOSITIVA”
                                                                                    DR. RAUL E. CUELLO[i]
                                                                      16-05-2012

El sistema económico no está desvinculado de crisis recurrentes, cada una de características que las diferencian de las precedentes.  Cuando se producen, los economistas tratan de explicar, lo que no previeron,  con instrumentos de análisis desvinculados de las estructuras sociales donde se producen y con una visión “ahistoricista”.  Así la Gran Depresión de los Años Treinta, La Crisis de la Deuda de los años Ochenta,  la Crisis de las Hipotecas Sub Prime del 2008 y la Crisis de la Eurozona en curso, por citar solamente las más conocidas de los últimos ochenta años, pretenden ser explicadas por análisis que focalizan la cuestión en factores monetarios y fiscales, pero sin ir al fondo de la cuestión.  ¿Cuál es la razón de la recurrencia y de los conflictos sociales que emergen siempre con un solo resultado: la concentración del poder político y económico en los grupos dominantes?

La respuesta hay que buscarla en la evolución del pensamiento económico y el lugar que al Estado se le confiere para arbitrar entre los sectores sociales según el orden político vigente. En este orden de ideas, considero que el tema transciende los límites de la frontera de un país en particular para convertirse en un problema de índole universal.

Ha habido pensadores que demostraron su preocupación por las bases del funcionamiento de la sociedad y no focalizaron el interés en aspectos sectoriales, siempre en el ámbito de las cuestiones económicas.  El primer antecedente lo encuentro en Jenofonte (430-354 AC), discípulo de Sócrates, quien en  una obra[ii] se refiere a  “los medios para mejorar las rentas del Estado destacando el impuesto sobre los terrenos y su localización”. Sigue así al pensamiento  de los griegos que en cuanto a los factores de la producción, consideraban que la tierra era el más importante.

Más adelante y hasta llegar a los romanos  (siglo VI A.C.) no hay pensadores que se destaquen por su interés en el análisis de los hechos económicos. Hasta la llegada de los agraristas que comienzan a estudiar la actividad rural. Pero en lo que se refiere exclusivamente a la propiedad de la tierra, los aportes provienen  de los  Jurisconsultos  Romanos cuando focalizan su interés por la “res pública”  y  demuestran su preocupación respecto de la administración del Estado y la tributación.

La doctrina romana no definió la propiedad, sin embargo, destacaron los “derechos de usar, disponer y gozar de los frutos de una propiedad”, pero nunca lo entendieron como  derechos absolutos, pues reconocieron limitaciones entre lo público y lo privado”.

Las interpretaciones del derecho de disponer de la propiedad de la tierra no fueron uniformes. En su versión  extrema y absoluta, es la que refleja el neoclasicismo de fines del siglo XIX. Pero la que acepta la limitación al derecho de propiedad, se extendió por Europa, tanto en la common law inglesa, como en el  código prusiano (1794), el napoleónico (1804), y el alemán (1900) entre los más destacados. Más recientemente la doctrina de la Iglesia Católica ha resumido su posición en dos frases muy recordadas la función social de la propiedad” y “toda propiedad soporta una hipoteca social”[iii]  

Es de destacar la diferencia entre el pensamiento aristotélico y el romano. Mientras que aquel limitaba el derecho de propiedad y el individualismo, lo cual constituye la base de la filosofía medieval y del derecho canónico, el derecho romano servirá de justificación a instituciones legales (Códigos Civiles, entre otras) del capitalismo después de mediados del siglo XIX.

La decadencia del Imperio Romano abre las puertas al feudalismo que cubre el período que va del Siglo V hasta fines del siglo XVIII y se propaga por los actuales territorios de Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, Bélgica, España y el Este de Europa. Se trató de un régimen cuasi militar de obediencia a “un Señor” dentro de su territorio o “feudo”. Las tierras originariamente del Rey, se repartieron luego a los Señores, cediéndoles el usufructo vitalicio a  cambio de obligaciones. Entre ellas la  del “diezmo  eclesiástico” y otro tanto para el Monarca. Con el tiempo y vista la necesidad de recursos para defender sus dominios, el Rey creó una categoría de recaudadores para evitar la intervención de los Señores Feudales que lo hacían sobre la base de porcentajes que cubrían sus costos y los riesgos que asumían.

La doctrina  del Medioevo  actúa en paralelo con el feudalismo, pero la moral era independiente de la economía y por lo tanto lo que realmente importaba a la iglesia era si las acciones económicas de los individuos eran justas o injustas. Así se enseñaba, por ejemplo, en la Universidad de Glasgow donde fueron  Profesores David Hume y Adam Smith, que desde la moral racionalizan el funcionamiento económico de la sociedad.

El eclipse que se va produciendo en el feudalismo está relacionado con los grandes descubrimientos geográficos y con la Reforma Religiosa en Europa. La preocupación por el Estado-Nación se ha de ir generando a lo largo del siglo XVIII. Los escritos de esta época pertenecen al campo que hoy denominamos Finanzas Públicas”. Los autores interesados en estos temas pertenecen a lo que se conoce como “Cameralismo”. La denominación proviene de kammer”, que significa tesorería del Estado.

Los estudios incluían legislación fiscal y administración impositiva. Las Universidades que descollaban en estos estudios eran las de Viena, Praga, Halle, Upsala, Cracovia y Nápoles. Una contribución sin la cual esto no hubiera sido posible, la dio la difusión de la imprenta. Sólo en Alemania, en el siglo XVII se imprimieron más de 170 periódicos con noticias económicas.


LAS FINANZAS PÚBLICAS DAN ORIGEN A LA ECONOMIA CLASICA

El precursor de la economía moderna se llamó William Petty (1623-1687).[iv] Fue autor de “Treatise  of Taxes and Contributions” (1662) y “Political Arithmetik” (1664)[v]. Y según mi particular punto de vista, el análisis de los impuestos debe comenzar con la obra de quien Marx expresara  que fue quien realmente debiera ser considerado el fundador de la Ciencia Económica y no Adam Smith.  Los principios destacados en su “Treatise…” anticipan en más de 100 años  a la obra de Smith y en 260 años a la “Teoría General” de Keynes                                                                                                                                
 El mérito de Petty fue deducir los impactos que producirían en la economía los impuestos que habrían de financiar el gasto público. Dicho de otro modo, la política fiscal sería la piedra fundamental a partir de la cual se erigiría la economía como ciencia. Extrañamente éste se trata de   un capítulo de la economía que no es enseñado ni conocido por los economistas profesionales que se ocupan de los impuestos. Y que en sus orígenes reconocía como lo destacara Petty, tres bases imponibles: los patrimonios, las ganancias y los consumos, y así fue siempre, hasta llegar a los neoliberales, que relativizaran la importancia  de la primera. Aunque como expresara Walras, para implementar el impuesto a la Tierra “hacía falta un poder político del que carecen las ideas económicas”.  

Desde Petty  en adelante, hasta 1860, los factores de la producción que originaban la riqueza eran la Tierra, el Capital y el Trabajo que combinados por el Empresario, daban lugar al flujo de bienes que daban lugar a  de ingresos, los que habrían de formar la base imponible. El ingreso de la Tierra era su Renta, el del Capital el interés, el del Trabajo los salarios y el de los Empresarios la utilidad en caso de tener éxito en su actividad. Los impuestos debían ser justos, fáciles de administrar y no crear excesos de gravámenes.

A Petty, le sigue el pensamiento de los Fisiócratas que se basaba en la consideración que el trabajo de la tierra era el único capaz de lograr un resultado positivo. El hecho que se considerara que tanto la industria como el comercio eran estériles,  no implicaba que fueran inútiles. Por lo tanto el fruto de la tierra era el único que debía pagar impuestos y preferentemente uno solo, como   lo afirmaba el mayor exponente de esta Escuela de Pensamiento, F. Quesnay  (1694-1774) al expresar que el impuesto único se cobraría sobre el ingreso neto del producto de la tierra.[vi]

Los fisiócratas utilizaron como lema de su posición política, la expresión “laissez faire, laissez passer n*est pas trop de gouverner° y que fuera recogido posteriormente por el ultra liberalismo. El poder económico de entonces,  hizo que en la práctica, la propuesta fuera suspendida con el argumento de la incidencia sobre el precio de los alimentos. Quesnay fue removido de su cargo en la Corte, justo al tiempo que aparecía la obra de Adam Smith, lo cual llevó a la pérdida de prestigio de las ideas fisiócratas.

A partir de la aparición de “La Riqueza de las Naciones” la economía comienza a ser atractiva no sólo por el lenguaje, su contribución al desarrollo industrial y  por su aplicación a las necesidades de las colonias americanas. Se realizan traducciones, al castellano de las obras y artículos de Quesnay, Smith, Malthus, Say y Rousseau.

En este punto merece una consideración especial la figura de Manuel Belgrano (1770-1820) como partidario y difusor de la escuela fisiocrática. Tradujo a Quesnay, a Dupont de Nemours y a Margrave de Baden y además presentó varias Memorias al Consulado de Buenos Aires, tituladas “Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio en 1798”, escribió sobre prevención del contrabando (1798)  y artículos económicos entre 1810 y 1811.[vii] El pensamiento económico de la Revolución de Mayo tenía su origen en las ideas de Manuel Belgrano, y fue el mentor de un grupo de preclaros pensadores del Río de la Plata.[viii] , que culmina con la “Generación del 37” con Echeverría y Alberdi. El primero de los cuales fue considerado “albaceas de las ideas de Mayo”[ix] y decidido partidario del Impuesto sobre la Contribución Territorial, al que consideraba el mejor de los impuestos.

Adam Smith (1723-1790), fue Profesor de Lógica, Filosofía y Moral en las Universidades de Edimburgo y Glasgow. Existen apuntes de sus clases y se sabe que las clases dictadas después de 1760 contenían mucho material sobre economía. En lo que nos ocupa, conoció a los fisiócratas pero no compartía sus ideas. Si tenía especial dedicación al estudio de la administración pública y los problemas de financiamiento del Estado, inclinación que recibió de los “cameralistas” y los “mercantilistas”. En “Investigación acerca de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones” (1776), que desarrolla en cinco partes, dedica la última a las Finanzas Públicas, particularmente al gasto público, a los ingresos impositivos y a la función aduanera.

Para Smith, el Estado debía reducir a tres sus funciones: defensa, justicia y sostenimiento de obras no y servicios no rentables. Era naturalista para el diseño de la política económica. Este modo de aproximarse al Sistema Económico, es recogido entre nosotros por J.B.Alberdi y adoptado en la Constitución Nacional de 1853-60[x]. En general  la fisiocracia y el clasicismo, tenían una visión disímil respecto del orden tributario, pero mantenían la clasificación enunciada aun cuando con diferente peso relativo  en el caso de  la Renta de la Tierra. Pero las unía su visión “ofertista”,  es decir ocuparse  del aumento de la producción por medio de un sistema que asegurara la propiedad y la libertad de los individuos en cuanto a cómo, qué y para quien producir.

Asimismo se encuentra en Smith la base de la teoría de la distribución de los ingresos fundada en los tres factores de la producción: la tierra, el trabajo y el capital. Pero lejos de ser ingenuo, en EL Capitulo X se pronuncia contra los empresarios que tienden a comportarse como monopolistas y contra los terratenientes por desear cosechar “donde no han sembrado”

David Ricardo (1772-1823) perteneciente también a la Escuela Clásica mostró por primera vez, como un simple modelo económico, operando con muy pocas variables definidas con precisión podía utilizarse para analizar problemas económicos complejos. La parte original más destacada del aporte ricardiano es la referida a la distribución de los ingresos y como en cada momento se fija el nivel de cada uno de los factores de la producción, En el caso de la tierra por la incorporación de tierras anteriormente lejanas e improductivas. “La Teoría Ricardiana de la Renta” es el eje central desde donde se instrumenta el impuesto a las tierras (rurales y urbanas) libres de mejoras.

En Francia Jean B. Say (1767-1832), adhiere a la distinción de los factores de la producción, con sus respectivos ingresos y enuncia la Ley que lleva su nombre y que dice que la suma de todas las mercaderías producidas tiene que ser equivalente a la suma de todas las mercaderías compradas, por eso la simplificación  de su Ley al expresar que “la oferta crea su propia demanda”.


PORQUE VINO EL ATAQUE AL LIBERALISMO

Los Clásicos aún los mas liberales, enfatizaban el papel activo de las clases 
sociales y los conflictos de intereses en momentos  que el clima político europeo se volcaba hacia el nacionalismo de las potencias europeas, al tiempo que se debilitaba la cohesión social por la doctrina marxista, las revueltas de la mitad del siglo XIX y la Comuna de París en 1871. Es entonces cuando se pasa a destacar el papel del individuo y se relega el tema de las clases sociales. Es cuando aparecen  los neoclásicos son bien recibidos  por la sociedad que deseaba capitalizar los resultados positivos evidentes de la revolución industrial y alejarse de los conflictos ideológicos.

Al cambio de paradigmas contribuyó el darwinismo, al afirmar la idea de la supervivencia de las especies más capaces en la naturaleza. Herbert Spencer (1820-1903), filósofo inglés fundador de la filosofía evolucionista, que se basaba en que “nadie debía interferir con las leyes naturales”  dio un paso adelante y llegó a la conclusión que en la sociedad también se debía dar el triunfo de los mejores sobre los menos capacitados y encontró  al instrumento disciplinador: “el mercado”.

Y más mercado suponía menos Estado, de modo que la nueva teoría, cambia el eje de la anterior ya que pasa de la objetividad en la observación a la subjetividad  en el análisis. El lugar del productor lo ocupa el consumidor con su escala de preferencias y como por un pase de magia, desaparece la teoría del valor trabajo que se suple con el enfoque  marginalista  basado en abstractos cálculos matemáticos que se obtienen de supuestos  comportamientos individuales.  Los factores de la producción pasan a ser dos solamente, ya que la Tierra desaparece, al igual que la teoría de sus excedentes. El Estado queda sujeto al análisis marginalista y la intervención óptima surge de un modelo de equilibrio general que maximiza la eficiencia en la asignación de recursos entre usos públicos y privados[xi]

En tal andamiaje, cobran identidad los efectos renta y sustitución derivados del funcionamiento de precios, entre bienes y factores. Pero como la Tierra había desaparecido como factor de producción, no es tenida en cuenta a la hora de establecer la estructura impositiva que financie el gasto público.

Pero más allá de los principios y los intentos de sistematizar la economía a los requerimientos de la época, me permito destacar los aportes de Petty ya citados y el que hiciera en 1879 Henry George (1839-1897) ambos en lo que particularmente se refiere a construir propuestas impositivas que apuntaron a construir un orden social distinto.  George fue un filósofo (no graduado) que fue capaz de establecer la validez de ideas filosóficas.

No fue un reformador agrario y tampoco un tratadista impositivo. Fue el más importante reformador social del siglo XIX y lejos de aplicar ideas contrarias al orden político de su país, propuso una solución enmarcada en a) la abolición de los monopolios industriales, b) facilitar la competencia y el librecambio, c) facilitar el acceso del capital y el trabajo a la tierra, d)  eliminar la apropiación de la renta de la tierra (madre de todos los monopolios, así caracterizada por Winston Churchill)[xii].

El impuesto lo propuso para todas las tierras, fueran rurales o urbanas, no como un fin en si mismo, sino como instrumento de reforma social, siguiendo las ideas de Smith y Ricardo, que las habían estudiado de la fisiocracia. Pero además de fijar la imposición, definió la base imponible  al expresar que “Tierra es todo lo que no es Capital ni Trabajo”. En otros términos, Tierra es la Naturaleza que como tal pertenece a todos los hombres. Y por lo tanto quien la use debe pagar un impuesto por el recurso de que se trate, sea la tierra, los mares, los ríos, el subsuelo, el aire, las ondas aéreas, el espacio aéreo, etc.


LOS INTERESES Y LA ESTRUCTURA IMPOSITIVA

Ha resultar una tarea difícil encontrar un manual sobre la Teoría de la Hacienda Pública que conceda al impuesto a la tierra el mismo espacio que los impuestos a las ganancias, a los consumos y al trabajo. Eso no es casual ya que es el reflejo de la “Sabiduría Convencional” en economía, pero además porque en la implementación de una estructura de financiamiento del gasto público, está reflejado el peso político que surge de la distribución de la renta. Y como fuera dicho por Phillip Wicksteed (1844-1927), resultará muy difícil que los que más tienen legislen en contra de sus intereses.[xiii]

Como consecuencia de ello y excepto en países sajones fundamentalmente, el impuesto sobre la tierra libre de mejoras rurales y urbanas carece de relevancia, de modo que las necesidades presupuestarias se cubren con gravámenes sobre las ganancias (incluyendo como tales a los pagos a los asalariados en relación de dependencia) y sobre los consumos (en sus múltiples variantes). Los primeros inciden negativamente en la formación de capital ya que se penaliza excesivamente a la inversión y a la eficiencia, y los segundos reducen la magnitud del mercado por la disminución que producen en el ingreso disponible para el gasto privado.

Y llegamos al principio de este ensayo. Cuando la tierra es materia de especulación y las inversiones en ella se apalancan con créditos, dan origen a un proceso que concluye con una crisis bancaria derivada del  incumplimiento de las obligaciones asumidas por los especuladores. Dado que la tierra es de oferta es fija, al tener que venderla su precio baja dando lugar a ciclos de auge y depresión. La caída generalizada de ingresos reduce la base imponible y ello se refleja en déficits de presupuestos, emisión de deuda soberana a tasas altas de interés. Es cuando llega el momento del ajuste.

Y como los gastos públicos son inflexibles a la baja, la respuesta se busca por el lado de los ingresos públicos, pero siempre los que gravan la producción, los consumos y los salarios, todos de efectos disruptivos que se potencian en la medida de su relación aumenta cada vez más con la caída del PBI. Así se polarizan los ingresos, aumenta la regresividad y la democracia se debilita porque llegan al poder   representantes de los ciudadanos  que luego se identifican con los grupos de poder dominantes. Que es lo que expresaran los pensadores que fueron citados a lo largo de esta exposición.



[i] Profesor Consulto de la Universidad Católica Argentina, “Santa María de los Buenos Aires”
[ii] “La Educación de Ciro”
[iii] Juan XXIII Encíclica Mater et Magistra 1961, Parr. 119 y Juan Pablo II, Puebla, México 1979.
[iv] R.E.Cuello – “William Petty Precursor de la Economía Clásica” Paper presentado en el Instituto de Ética y Política Económica, Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Bs.As 4/11/2004
[v] Además  escribió: “Verbum Sapienti” (1690), “The Political Anatomy of Ireland” (1691) y “Cuantulumcunque Concerning Money (1695)
[vi] Autor de la “Tableau Economique” presentada en 1758.
[vii] Een el Correo de Comercio de Buenos Aires.
[viii] Hipólito Vieytes, Director del “semanario de agricultura, comercio e industria” fundado en 1802, y Francisco Cabello y Mesa, Director del “Telégrafo Mercantil” fundado en 1801.
[ix] Por Alfredo Palacios.
[x] El sistema económico y rentístico de la Confederación Nacional Argentina, 1862.
[xi] Paul Samuelson, Scientific Economic Papers.
[xii] El desconocimiento de George en nuestra comunidad académica es tal, que para muchos es un pensador marxista
[xiii] P.Wicksteed – “Common Sense of Political Economy) 1910.

No hay comentarios: