Héctor Sandler, Profesor Consulto, Derecho, UBA
EXAMEN DEL ARTICULO DE RENÉ BALESTRA
En la edición de hoy (Lunes 1º de diciembre de 2014 del diario La Nación) René Balestra afirma “El problema es el peronismo”. Su análisis comienza recordando que éste “en muchos aspectos – dice - es una consecuencia” . Para explicar que sea causa y efecto recíprocamente se vale de las ciencias médicas. “En medicina - dice - ciertas anomalías tienen origen en un foco infeccioso. La enfermedad es una consecuencia de ese foco, pero en el desarrollo del proceso perturbador, la consecuencia a su vez se va convirtiendo, paulatinamente, en causa: la infección se generaliza y se desencadena una septicemia que es un círculo vicioso de causas y efectos recíprocos”.
La similitud es atractiva e interesante. Pero no sirve para mucho si se falla en el diagnostico sobre dos principales causas de nuestra patología social Un correcto diagnostico es indispensable para inventar y aplicar un adecuado remedio. El juicio de un hombre de la calidad de Rene Balestra es muy importante pues por su trayectoria, saber y peso en la opinión publica, puede ser tomado como muestra representativa de la visión de gran parte de los intelectuales preocupados por la cosa pública. Leyendo mas de medio centenar de opiniones de los lectores de La Nación que corren al pie del escrito que comentamos, se advierte la complacencia con su opinión.
El
autor de la nota afirma que “no se
necesita ser sociólogo ni profesor para saber que el peronismo aparece como
consecuencia de una sociedad perturbada. Desde 1930 el país vivía enfermo. El 6
de septiembre de ese año fue, a su vez, la consecuencia de causas anteriores
que anidaban en nuestra sociedad.” . Es curioso, pero aparte de no definir la enfermedad, tampoco da cuenta de su origen o momento de
aparición. Para esa etiología politica se remite a sucesivas opiniones de un intelectual, muy acreditado - don José Ortega y Gasset – al que, sin embargo, no
se le conoce una sola idea acerca de
como debe ordenarse económicamente una sociedad para que ella sea un habitat para la prosperidad de
todos. Ortega nos visitó por primera vez
en 1916 – recuerda Balestra – y . “quedó fascinado por nuestro país” , pues. “no conocía un conglomerado humano con más
sed de imperio”. Sigue escribiendo Balestra: “Pero 16 años después, en 1928,
advirtió extrañado el cambio. En palabras de Ortega: "No sé qué le ha sucedido a esta sociedad, pero el argentino
medio se ha convertido en un hombre a la defensiva, ha dejado de creer en sí
mismo, está dispuesto alternativamente a creer en cualquiera y en cualquiera”
Balestra
no muestra interés por mirar hacia atrás, hasta el comienzo mismo de nuestra
Organización Nacional (1862). ¿Qué ha provocado el cambio que registra Ortega
comparando dos fotos: la tomada en 1916 y la otra de 1928? Habían pasado solo doce
años. En 1928 se estaba apenas a dos decadas del año en que Argentina celebrara
con bombos y platillos el Centenario de 1810
bajo la admiración de los representantes del mundo entero.
Balestra
no inquiere las causas de esa mutación de “humor social”. Habla de una “sociedad
abandonada” y ocupada “por el Grupo de
Oficiales Unidos, el GOU, que gestó y realizó el golpe de Estado del 4 de junio
de 1943. No es ni un secreto ni una opinión, sino una flagrante verdad: los
oficiales del GOU querían evitar la posible alineación del país contra el eje.
Eran germanófilos. Uno de ellos, Juan Domingo Perón, había observado y
aprendido los métodos y las tácticas de captación multitudinaria de Benito
Mussolini en Italia. Esa sociedad italiana, seducida por ese verdadero
encantador de serpientes, continuó bajo los efectos hipnóticos después de caído
Mussolini”.
Todo
esto es verdad. Pero no aclara un ápice la causa por la que un pais constituido
“para todos los hombres del mundo que quieran habitar nuestro suelo”, pasara
del venturoso milagro económico a formas politicas autoritarias. No basta para
tan radical cambio un grupo de oficiales del Ejercito. Para que ese cambio
ocurriera era necesario un pueblo desencantado
con la democracia, la libertad individual y la republica. ¿ Que causo ese desanimo? Esto
es lo que debe ser aclarado.
Para
Balestra “La generación de 1880, más allá
y más acá de sus defectos, logró fraguar en su momento un país del primer
mundo. Fue capaz de meter en las entretelas del alma de la sociedad argentina
el anhelo por ser mejores. La herramienta fue el impulso oceánico de la
educación popular. Querer ser mejor -aunque no se lo consiga- tiñe la vida del
que aspira a ello, y la eleva”. No yerra el autor en la descripción del
alud inmigratorio – de hombres y de capitales - que dejaron sus familias y sus bancos para radicarse en este lejano y despoblado pais.
Pero justo esto que es una incógnita para los no entendidos en el núcleo de
nuestra constitución real , es la clave que explica todo para quienes sí la dominan. La clave se describe
asi: tierra barata y nulos impuestos
internos es sostenido progreso. Tierra
cada vez más cara para los trabajadores , con salarios cada vez más castigados
por los impuestos es la clave de la decadencia crónica. Estos dos
factores – valor de la tierra y carga impositiva - no pueden ser pasados por
alto por todo aquel que quiera, en serio, develar el “misterio de la decadencia
argentina”.
Claves son necesarias para entender lo pasado y lograr otro provenir
Al
pasar por alto esta grave cuestion la casi totalidad de los autores – como es
el caso de Balestra - se pierden , cada uno a su gusto , encandilados por diversos fuegos reales o
fatuos que se han ido encendiendo en la Argentina siguiente al Centenario . Fuegos reales o importados que en varias ocasiones
han colocado a nuestro pais al borde
mismo de una general guerra civil. La Argentina se ha debilitado así en grado sumo por
causa del desarreglo institucional. Este
es causado por la forma en que son atendidos por el derecho positivo esos dos
pilares (acceso a la tierra e impuestos). La “pax romana” existente desde 1983
no es garantia alguna para la tarea de
recobrar la paz social perdida y menos aun recuperar el entusiasmo creador
que nos animaba a fines del siglo XIX.
El
desmadre de nuestro orden social tiene
principal origen en las leyes
dictadas para regular dos bases esenciales para establecer y
mantener una economia social y pública como la prometida en la Constitucion Nacional.
Estas dos bases son el derecho
positivo que regula el acceso a las
parcelas de tierra que cada uno demanda (urbanas y rurales) y el derecho positivo que establece el sistema de recursos para la economía
publica.
Al
no contar con las rectas claves interpretativas que expliquen la causa de nuestra
inicial y vertiginosa prosperidad (1862-1910), no se entiende el inicio de una decadencia
economica social (1910-1930) ni luego los empellones y sacrilegios cometidos
para llevar a cabo los experimentos
politicos más absurdos (1930-1983). Que desde este ultimo año hasta la fecha
hayamos sido capaces de sostener – “atada con alambre” – la democracia vigente
no es garantia bastante sobre la estabilidad institucional y menos que menos de
un progreso materialmente posible. Contamos con los factores materiales. Pero esa posibilidad se
ve cercenada de cuajo por el derecho positivo vigente en los dos puntos que
abajo menciono. . Este derecho no es algo dado por los dioses. Es creación de los hombres todos. Pero ha de
ser inspirado por aquellos que calen las raices reales de nuestro desorden
social. .
Necesitamos cambiar dos pilares
de nuestro derecho positivo
Balestra y todos sus
comentaristas en el blog que publica La Nacion
de la fecha , se limitan a subrayar parciales verdades en el campo político. No
se ocupan del rol del derecho
positivo en la constitución de nuestro actual orden económico. El orden
económico contiene dos esferas; la economía social y la pública. En aquélla se
produce la riqueza material. De ésta ha
de salir la necesaria para afrontar el “gasto público”. Éste es afrontado con
lo que se extrae de la economía social. mediante la bomba que succiona
“recursos para el Estado”. Nuestro sistema de recursos – los impuestos - arruina
a la economía social.
BREVE HISTORIA DE LAS RAICES DE
NUESTRA DECADENCIA
1)
No se distinguió el derecho al suelo del derecho a la renta del sauelo
Una
cosa es el sistema de derecho de propiedad sobre la tierra. Derecho
indispensable para que los aportadores de trabajo e inversores de capital
puedan puedan realizar sus planes económicos para
producir riqueza. En nuestro país a partir del Código Civil de 1870 a este necesario derecho se le agregó a esta posibilidad una
facultad contraria al progreso, la libertad, la igualdad y la democracia. Se
permitio al dueño del terreno a
apropiarse de la renta de la tierra. Así nació y sigue siendo legal la
especulación con la primera fuente de
vida: la tierra.
2) Frustración del proyecto de
orden social de Roque Saenz Peña
A este mal lo pretendió
corregir el presidente Roque
Saenz Peña. Envió al Congreso 2
proyectos de ley. Uno para que los ciudadanos ejercieran el derecho político de elegir su gobierno.
El otro destinado a crear por derecho el
fondo económico de la sociedad . Disponía recaudar la renta del suelo para
afrontar el gasto publico sin gravar lo edificado. El Congreso aprovecho su
muerte para archivar este proyecto. Sin
criterio abrió la caja de Pandora al aprobar la ley del voto universal sin asegurar la “ciudadanía
económica”.
3) Se remachó un orden legal de
impuestos que arruina a la sociedad
Aun se estaba a tiempo para
evitar el colapso. Pero en 1932 se puso la lápida que ahogaría hasta asfixiar a
nuestro pueblo. Para afrontar el gasto público, cada vez mayor, se inventó el
actual regimen de impuestos. Su
germen fue la ley de Impuesto a
los Réditos. Hoy es maraña asfixiante. Más de 90
impuestos nacionales y otros tantos provinciales y municipales castigan al trabajo, la inversión y el
consumo. ¿Quiénes son responsables hoy? En parte los políticos, pero en primer lugar
los profesores e intelectuales que ignoran este problema o conociéndolo lo
callan..
DOS LEYES PARA LA REINICIAR LA PROSPERIDAD
Son muy simples.
1) Legislar
para recaudar el 1% del valor de mercado de todos los predios, urbanos y
rurales., apelando a los informes de los Catastros existentes
2) Legislar
para derogar tantas leyes de impuestos como sea posible en
tanto graven el trabajo y la inversión de capital y cuya recaudación histórica
muestre que puede ser sustituida por lo que se recaude por la reforma anterior.
Con esta legislación se
encenderán los motores del
trabajo y la inversión de capital y aumentara el bolsillo de los consumidores,
fuerzas dinámicas de todo progreso moderno..
Buenos
Aires, Diciembre 1º del año 2014