Héctor
Sandler, Profesor Consulto, Derecho, UBA
“Ningún factor es más decisivo (para el buen orden social y
el bienestar de sus miembros) que
el tamaño social, tal como lo expresan el
número (cantidad de
habitantes) . la densidad (habitantes
/km2) , la integración (articulación de aspiraciones y
esfuerzos) y aceleración
demográfica (crecimiento anual de la población necesaria)”
Leopold Kohr, El
superdesarrollo .Los
peligros del gigantismo,
LM, Barcelona,1961
Nuestra
realidad demográfica sobre la mesa
1.
Si de modo principal se tienen en cuenta los factores “número” y “densidad”
considerados por Leopòld Kohr, debe decirse que en nuestro pais existen 2 Argentinas. Por un
lado la Argentina/urbana , formada por el 85% de la
población según último censo. Sobre 42 millones son unas 35 millones de
personas. Ellas habitan en la
Ciudad de Buenos Aires, el gran Buenos Aires , capitales de provincia , ciudades
y pueblos con mas de 2000
habitantes. Se puede conjeturar que la superficie territorial ocupada por los
“urbanos” no supera, ni de lejos, los 34.000 km2. Aceptando a modo de hipótesis
esta cifra, la densidad
media de la “Argentina/urbana” oscila alrededor de 10.000 h/km2.
2.
Junto a la anterior está la Argentina/desértica . Es el 15% de la población que vive en
unos 2.766.000 km2 . Surge
de restar a los 2.800.000
km2 de nuestro territorio
continental los 34.000 km2
“urbanos” . La densidad media no alcanza en esta otra inmensa
Argentina a 2 h/km2. Un
gran geografo aleman probó con hechos de la historia que el mínimo de densidad
necesaria para que emerjan rudimentos de una “civilización” son unos 12 h/km2.
Desde este punto de vista, en mas del del 99% del territorio argentino el tipo
de vida es “prehistórico”.
3.
Este es un primer vistazo. Afinando la mirada la realidad demografica argentina
en mucho, pero mucho peor. La suma de las poblaciones de la CABA , el gran BA. Rosario y
el gran Rosarios, Córdoba y la gran Cordoba , frisa los 20 millones de habitantes y que se aglomerarn en una superficie que no llega a los 4000 km2.
¿La población del resto del pais esta distribuido en foma mas regular? No, el
fenomeno de la aglomeración ciudadana” se repite en cada una de las capitales
de las sendas provincias, con lo cual el fenomeno del “desierto” domina en la Argentina.
El
problema social menos considerado en la Argentina
3.
Reconocer la realidad de 2
Argentinas ( la poblada y la
desertica) es clave para entender muchos graves problemas que nos
aquejan y abrir nuestras
cabezas para pensar qué hacer para lograr una sociedad demográficamente
equilibrada. La
disyuntiva sarmientina “civilización a barbarie” y la sentencia alberdiana
“gobernar es poblar”, siguen tan vigentes como lo estaban al promulgar la Constitución Nacional
1853/60. Solo que los graves problemas de “orden social” que derivan de ese
enorme desequilibrio demográfico
son mucho más difíciles de
resolver hoy que hace un siglo atrás. Lo más grave del caso es que este enorme
desequilibrio no es percibido como problema, cuando de hecho es el generador de
constantes conflictos latentes y abiertos que estancan nuestro desarrollo
general en perjuicio de todos los habitantes.
Un
mal antiguo que se agrava aceleradamente
4.
El señalado desequilibrio es
hoy peor que en la etapa de la Organización Nacional pues mientras el desierto de aquel entonces no
ha cedido han emergido en las zonas pobladas hacinamientos
urbanos entonces
inexistentes. Entre esas poblaciones
hacinadas suele, a veces,
mediar gran distancia; pero solo en esta separación entre ellas pueden ser
tomadas como oasis en el desierto prevaleciente. Cuando uno llega al gran
Buenos Aires, al gran Rosario o al gran Córdoba, para citar los ejemplos mas
conocidos pero no únicos, lejos esta de encontrarse con un oasis. Con lo que
choca es con reales aglomeraciones humanas que sufren una verdadera de
patología social. Aglomeraciones de edificios y de millones de
personas fuertemente masificadas que han perdido no solo la condición sino el
sentimiento mismo de vecindad. Es en ellas donde germinan y persisten de modo
constante focos de incendios sociales, los que cuando estallan consumen bienes
y vidas humanas. Por su forma de ser aun en momentos de aparente tranquilidad
la aglomeración hace de los individuos solo miembros de grupos de gente, con lo
que se enervan las ya debilitadas energías de la sociedad
argentina.
Los
oficiales promedios de
densidad asignados
a la Argentina en la literatura corriente no reflejan
la dramática realidad que sufre nuestra sociedad. Ni siquiera permiten
atisbar a su través nuestro
mayor problema de orden social necesitado de urgente atención.
Este
problema radical se puede enunciar en dos preguntas esenciales:
1º) ¿qué ha causado esta
deformación demográfica?
2º) Cómo eliminar los actuales hacinamientos y a la vez poblar
ordenadamente nuestro inmenso desierto?
Es
el más difícil de nuestros problemas políticos. Pero mientras no se tome
conciencia viva de su existencia y se actue para resolverlos, fracasaran todas las políticas de
gobierno aplicadas a resolver , no ese
problema fundamental , sino de los millares y variables efectos
derivados de su destructiva existencia.
Empecemos
por bosquejar la realidad para despertar la conciencia dormida de los
dirigentes y la ciudadanía.
El
hacinamiento de los pobres
5.
La información diaria da cuenta de graves y crecientes problemas sociales en laArgentina/urbana.
Para registrar la dinámica
conflictiva que existe en
esta sección –basta con leer en los periódicos y ver en la televisión las
noticias sobre el incremento de la delincuencia más burda y la constante cadena
de conflictos, individuales
y colectivos, que emergen cada mañana borrando de la retina el que estallara
la semana anterior. Estos primeros días de Diciembre han sido suficientemente
mostrativos del mal que nos preocupa. Pero ese dinámica violencia responde a una realidad estructural no
del todo ignorada, aunque mal entendida y peor atendida. Todos saben de los inhumanos habitat que proliferan en toda
ciudad relativamente grande. Son los denominados conventillos, villas de emergencia,
casas ocupadas, tolderías provisorias, taperas sobre veredas y paseos públicos,
etc.
6.
Con pseudo verdad aritmética se sostiene, por ejemplo, que la densidad de la
población en la CABA
es de alrededor de 15.000 h/km2 (3 millones viviendo sobre 200 km2). Este dato
no sirve para nada y menos para
reconocer nuestro principal problema social. La densidad
real en cada lugar está lejos
de esa uniformidad estadística. Fluctúa a saltos de un punto a otro dentro de
cada ciudad. Así, por ejemplo, en la
“villa 11/14” ubicada en la CABA la densidad real es tres veces la media aritmética
oficial. Sobrepasa los 45.000h/km2. Estos niveles de densidad impiden una
sana vida humana y el desarrollo de indispensables virtudes sociales, que
ninguna instrucción escolar – cuando existe b- puede suplantar. Estos
“asentamientos” se repiten en muchos lugares de la Capital , en el gran Buenos Aires y en todas las capitales de provincia e
incluso en las ciudades menos pensadas. Cada día aparece un nuevo asentamiento
de este tipo sin que haya desparecido ninguno de los anteriores. Esto prueba de
la existencia de un mal crónico, producido – anticipémoslo desde ya - por una mala conjunción existente en nuestro derecho
positivo vigente entre dos
materias: el derecho de propiedad sobre la
tierra y el derecho
impositivo.
El
hacinamiento de los “no pobres”
7.
Si la densidad en las villas y asentamientos semejantes hace que la vida
sea inhumana, casi horrible, desde cierto punto de vista no lo es menos en
los sectores “no pobres” de las ciudades. En una gran cantidad de casos , a
pesar de las apariencias, la
calidad de vida llega igualmente mala cuando no peor. El regimen
de la Ley 13.512
creando el derecho real de propiedad horizontal ha rebajado la calidad de vida en forma inaceptable. Este es el peor invento legal
argentino. Apilar los hogares de las familias como si fueran cosas ha arruinado
la vida ciudadana. En barrios habitados por personas con mejores ingresos, sobre cada hectárea, se edifican (en
promedio) alrededor
de 10 edificios de 10 pisos
cada uno sobre cada lado del cuadrado llamado “manzana”. Podemos ejemplificar este fenómeno
diciendo que hay barrios en los que en cada manzana hay alrededor de 40 edificios construidos bajo régimen
de propiedad horizontal. Si suponemos
cada piso contiene 3
departamentos el total de
éstos por manzana es de 120 departamentos. Habitados cada uno por una “familia
tipo” (4 personas) la
población sobre cada hectárea alcanza a casi
500 personas. La densidad en este caso es de 50.000 h / km2. Más
alta que en las villa miserias mas numerosas de la Capital. Aunque
pintado de rosa y con “moñitos del mismo color” el fenómeno del hacinamiento
urbano se repite aqui. Hay aun otro efecto peor: la
acumulación de edificios aumenta la renta del suelo, que en la Argentina pagada
principalmente por los trabajadores. Digo: los salarios son castigados por el creciente valor
de la tierra, que se traduce en cada vez más elevados precios de la ncesaria
casa o departamento y del alquiler para los que no pueden comprarlo.
Ciudades
que agobian a sus habitantes
8.
Hasta aquí solo hemos dado datos
estáticos del hacinamiento. La dinámica
de la vida moderna multiplica exponencialmente los efectos de esos datos.
Piénsese entre otros los siguientes: la permanente necesidad reconstituir
calles, veredas y caminos,
el deplorable estado de los transportes ferroviarios, el costo del transporte
automotor, la congestión en los lugares de trabajo y en los centros comerciales,
la falencia de servicios públicos, etc. Con esto. se tendrá solo una primera imagen de esta agobiadora dinámica ciudadana.
No se necesita mucha estadística para conocerla. Se la sufre todos los días del
año. Hay que comparar el tipo de vida en este tipo de ciudades argentinas dominadas por el hacinamiento, con la vida que se suele
disfrutar en algún subsistente “pueblito del interior” o en los aislados “countries” lejos del “infierno” de la
ciudad. Estos lugares que en las grandes ciudades argentinas son “islas
privilegiadas” son, llamativamente, el
modo regular de ser y de vivir en pueblos y ciudades de otros países. Valga
como ejemplo la forma de vivir en paises como Austria o Dinamarca, Canadá o
Nueva Zelandia, para citar solo algunos casos. ¿Qué cosa diferencia a ellos de
nosotros? Se suele decir ,demasiado ligeramente , la “cultura”. Es verdad , pero parcial. Lo que más nos
diferencia es el derecho positivo en
materia de propiedad del suelo y el que establece el sistema de impuestos.
CONCLUSIONES
I.
Emerge por doquier el hacinamiento
de gente en superficies insignificantes cuando el país posee un vastísimo territorio dotado de enormes recursos naturales. Ha sido poblado por quienes abandonaron sus
patrias europeas para forjarse su porvenir mediante el trabajo, el ahorro y la inversión de capital. Este designio
constitucional ha fallado.
II. En el caso argentino no es la economía la causa
originaria del actual desorden y de
los crecientes conflictos sociales. En
el mundo actual el orden económico es “materia” que recibe su “forma” del derecho positivo.
IV. Nuestro derecho positivo en los
ámbitos inmobiliario y de recursos para el gobierno no responden a los principios de la Constitución fundadora
(1853-60) ni los de la vigente. Los efectivos princiuos de orden (causantes del
actual desorden social) han sido establecidos primero por el Código Civil (Derecho Reales) y
complementado en el Régimen legal Impositivo vigente. Éste esta conformado por casi 100 leyes de
impuestos que efectivizan los principios
sentados por la Ley de Impuesto a los Réditos
dictada en 1932: todo el sistema tiene por hecho imponible al trabajo, la
inversión de capital real y el consumo Este “derecho positivo” –una verdadera maquina
de impedir - ha provocado la decadencia argentina.
III
. Finalmente , si bien la causa inmediata de nuestros permanentes conflictos
sociales y la consecuente decadencia que sufrimos desde hace mas de medio siglo
radica el derecho positivo vigente, la causa que impide recobrar la senda del progreso
inicial que una vez gozáramos es el
pensamiento dominante forjado por nuestra enseñanza superior.
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