lunes, 14 de mayo de 2018

ARGENTINA TIENE UN CÁNCER, HAY QUE TERMINAR CON EL

ACTUAR PARA QUE LA ARGENTINA RECOBRE SU VITALIDAD
Hector Sandler, Derecho, UBA


El editorial se titula “EL ESTADO INVIABLE” porque para el autor la crisis de hoy – 2018 - estalla “como han estallado otras tantas en los últimos 35 años” por causa de un Estado inviable y una sociedad en la que se gasta y se consume más de lo que se produce. El subtitulo del editorial refuerza este diagnostico invitando a “preguntarnos si podemos seguir teniendo un sector público que gasta mucho más que lo que recauda”. Todo lo demás que describe el editorial (apenas parte de nuestros males) tiene por fin para probar el pésimo Estado que sufrimos e invitar al Presidente a reflexionar sobre la asombrosa metodología que ha adoptado nombrando 5 o 6 ministros para atender los asuntos económicos, “sin un líder con conocimientos y experiencia que los coordine con suficiente vocación de mando”.


Por las muchas fallas que el editorial describe, sufridas en el período “democrático” (1983/2018) se justifica y debemos aplaudir este “grito de alarma”. Pero justo por compartir igual preocupación y considerando que “la sociedad no puede seguir ignorando lo que es una evidencia a riesgo de sufrir más daños” nos permitimos agregar la siguiente abreviada historia económica y política argentina.

1º) Desde 1860 a 1930. Cumpliendo el expreso mandato de la Constitución (Preámbulo y Primera parte) se legisló tratando de establecer para los miembros de la sociedad un específico tipo de “orden económico”. El formado por :
a) los planes de producción y consumo libremente formulados por los particulares (productores y consumidores) y
b) coordinados en los múltiples “mercados” en que se acordaban las ofertas y demandas.
Dejemos por ahora de lado los principales defectos que se le pueden señalar y resaltemos el principal beneficio: nuestro país dejo de ser un desierto. Éramos apenas 900.000 habitantes en un territorio de 2,700.000 km2. Gracias al “nuevo orden” ya en los 1910 lucíamos como una “asombrosa republica” con casi 10 milllones de habitantes, con casa y trabajo, exportadora de sus productos al mundo entero.

2º) 1930/1943. Por la epidemia “planificadora” nacida con y después de la guerra 1914/18, cada país se encerró económicamente en sí mismo. Los nombres fueron distintos, pero el orden económico era del mismo tipo, llámese fascismo, nazismo, comunismo, falangismo e incluso New Deal . Brutal caída de nuestra exportación e ingresos aduaneros. Para resolver la crisis fiscal, se recurrió en 1932 a un terrible sistema de recursos: los impuestos. Fue un castigo a los ingresos de los productores. Se llamo Impuesto a los Réditos. “Ley provisoria”a regir solo por 3 años. Pasó a ser la célula madre , la columna vertebral , del actual régimen formado por más de 100 impuestos que castigan hoy a la producción y al consumo.

3º) 1943/2018. Mediante un golpe de estado (1943) se estableció una dictadura militar, la que mediante el dictado de alrededor de 130.000 decretos-leyes abolió la economía social de mercado y estableció en su lugar una propia del tipo “Direccion central de la economía pública y privada”. Esto es, planificación de la economía pública y social a cargo del gobierno central. Tras un aparente éxito inicial (1944/49) comenzaron de modo regular los constantes fracasos.
Cada uno de ellos obligó a nuevas aparentes reformas; no pocas “engañosas: “cambiar algo” para que “el todo” siguiera igual. La “inflación legislativa y la monetaria” fueron algunos de sus venenosos frutos.
Las “crisis decenales” (1952 / 1962 / 1972 / 1982 / 1992 /2002 /2012) pasaron a ser lo “regular”en nuestra vida social.
La decadencia de la Argentina - dentro y en el mundo - ha sido y es el lamentable legado de aquel gran cambio de tipo de orden económico. Con el nuevo orden decayeron el orden político, el orden jurídico y el orden cultural. En el orden mundial, dejamos de figurar entre los primeros países para ,en constante descenso, ser parte de los últimos.

La misión hoy.
Este proceso es ignorado por la actual población; incluyendo las clases cultas. Por el desgraciado régimen establecido y la prevalente ignorancia estamos condenados al fracaso. Salvo que democráticamente resolvamos actuar para poner en vigencia efectiva al orden económico mandado a establecer por la Constitución.

El fin es sencillo: debemos establecer el orden economico real diseñado por la Constitución vigente. Fue una vez posible. ¿Por qué no habría de serlo hoy? La Carta magna puesta en existencia invocando la protección de Dios como fuente de toda razón y justicia, es un buen punto de partida.

Mas si el fin es claro, hoy la tarea es más difícil que ayer . Lo reconocemos. Pero difícil no significa imposible. Hay que recurrir a la democracia confiados en que solo “la verdad nos hará libres” (Juan 8, 31-59).
Comencemos por conocer y predicar la verdad. Este es el camino.
Buenos Aires, 13 de mayo del año 2018

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