miércoles, 11 de marzo de 2009

SOBRE LA JUNTA NACIONAL DE GRANOS. Ver texto resaltado



Radio El Mundo. 2 de marzo 2009.
Entrevistador: Rubén Rabanal.

Entrevistado: Alberto Ferrari Etcheberry

- Lo tenemos en línea a quien es el ex presidente de la Junta Nacional de Granos, Alberto Ferrari Etcheberry; Rubén Rabanal lo saluda, buen día.

- Mucho gusto.

- Está todo el sector agropecuario pendiente de esta noticia que no se sabe si es noticia o no, si el gobierno va a avanzar o no, con la creación nuevamente de un organismo estatal que intervenga en el mercado de granos y nos parecía interesante hablar con usted para que nos contara cómo fue la última experiencia, la última vez que se aplicó el sistema en la Argentina y cómo funcionaba y cuáles eran los efectos.

- Muy bien, me parece muy pertinente la pregunta. La Junta fue eliminada en el gobierno de Menem-Cavallo. Hace un rato yo escuchaba a (Felipe) Solá hablar sobre esto. Fue muy gracioso, ¿no? porque fue uno de los autores de la política agropecuaria de esa época, incluso el comercio de granos. Cuando fui presidente de la Junta de Granos, la Junta intervenía efectivamente en el mercado de dos maneras. Por un lado en exportación. Era un mercado internacional donde había muchas agencias estatales de compra. Había convenios de estado a estado y la Junta era la encargada de vender, de cumplir esos convenios y vendía a China, a la India, a Argelia, a México, a Irán. Y después la Junta, como un exportador, iba al mercado a comprar esa mercadería, y el efecto económico era el de un precio sostén, es decir, rompiendo la posibilidad de cartelización de los exportadores para pagar menos. El segundo aspecto en que intervenía la Junta, que era muy importante y muy tradicional, era en materia de trigo. El trigo, en aquel momento, era el cereal que tenía como característica, además de su gran consumo interno, que la oferta se volcaba al mercado a fin de año, cuando se cosechaba, porque era el elemento financiero de los chacareros. Usted imagínese, por ejemplo, una de las campañas que manejé yo, quince millones de toneladas que se volcaban prácticamente en dos tres meses contra una demanda de los exportadores mucho menor, por lo tanto el precio caía enormemente. No sólo el precio interno sino también el precio externo del trigo argentino que si se podía vender a cien llegó a momentos en que no se vendía sino a ochenta. Bueno, entonces la Junta compraba en ese momento, acopiaba, y en el segundo semestre del año, para que no faltara trigo, se lo vendía a los molineros al costo de compra, más el costo de financiamiento. Ese era el mecanismo que se usaba no como dijo Solá que la Junta le vendía con pérdida a los molinos. No, no es cierto eso, no se le vendía con pérdida a los molinos. Los molinos no tenían capacidad financiera como para comprar el trigo entre enero y marzo, compraba la Junta y eso funcionaba muy bien, con las restricciones a veces de la escasez financiera. Pero se puede decir que ese era un sistema que funcionó muy bien y que era muy sencillo de manejar.

- Ahora, usted recién mencionó un dato que me parece que es clave en todo esto y es que había en ese momento en todo esto que no existía que era la soja, ¿ésto cambia el perfil?

- Por supuesto, cambia fundamentalmente. En todo lo que se está hablando, el primer cambio importante que hay que tener en cuenta es que no hay más agencias estatales de compra. Eso ha provocado, segunda consecuencia, un crecimiento muy, muy grande de las empresas multinacionales del mercado, que se compran, se venden, etcétera, etcétera, que además tienen gran poder financiero y además, gran capacidad técnica. La soja ha provocado muchos cambios, porque la soja, además del mercado de grano de soja, tiene un mercado diría, manufacturado que son los aceites y los pellets y que son los dominantes. Hoy en la Argentina el tradicional centro de exportadores de granos no existe, ha sido absorbido por la cámara de la industria aceitera que es la verdadera patrón y sota del mercado de granos hoy. Porque con los subsidios que recibe la industria aceitera del estado, que pagan los productores, por otro lado, ha podido dominar el resto de los mercados, el del maíz, el del trigo, etcétera. Es cierto, sí, la soja provoca un cambio importante en todo esto por esos factores que le estoy diciendo.

- La función, entonces, usted sabe que una de las expectativas que hay es si mañana el gobierno en la reunión con la mesa de enlace, en la segunda reunión, le va a plantear o no a los dirigentes del agro la creación, se dice de un ente mixto, de un estadio intermedio de participación del estado...

- Si, ayer el vocero oficioso del ex presidente Kirchner, Horacio Verbitsky en Página 12, habló de, entre el montón de confusiones que lo caracterizan en este tema, habló de un sistema como el de Australia, Canadá, etcétera, etcétera. Sí, he leído eso. Y en cuanto a eso yo le quiero decir varias cosas. En primer lugar, en Canadá, Australia, Nueva Zelanda, hay una enorme tradición en esta materia que se manifiesta en la carne, en los granos, pero que la base está en que tienen sistemas muy serios, muy antiguos, y muy importantes de impuesto a la tierra. En la Argentina las retenciones no vinieron del cielo, ni porque sí. Vinieron porque por imposición de los dueños de la tierra nunca ha habido un sistema de impuesto a la tierra importante. Hoy tiene usted provincias como Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut donde el impuesto a la tierra es cero. Usted habrá leído las crónicas de los Menéndez Bethy o de las estancias de Benetton, etcétera, bueno pagan impuesto a la tierra cero, que en esta materia es el impuesto básico porque es el reparto (estoy hablando teóricamente, no es cierto) de un bien que no es producto del trabajo sino de Tata Dios, que tuvo una apropiación privada. Entonces, en esos países, el impuesto a la tierra es el gravamen principal, lo que alienta a la inversión y la producción. En nuestro país es justamente al revés, las retenciones, como dijo en su momento Federico Pinedo, un gran patriarca del conservadurismo argentino, vinieron porque no había un impuesto a la riqueza; cuando por algo, faltaba plata, bueno, vinieron las retenciones, derecho de exportación, lo que fuera. O sea que este es el primer punto que hay que tener en cuenta. La comparación es totalmente absurda. Segundo punto, esos sistemas en Canadá, Australia y Nueva Zelandia que tienen mucha tradición, ya no son más estatales, como que estarían en contradicción con la Organización Mundial del Comercio, con la OCDE, etcétera, son organizaciones que aún cuando eran estatales, básicamente, eran de la producción que se autorregulaba. Acá, por supuesto, eso tampoco existe. Y el tercer elemento que yo le diría, es que para actuar en este mercado que probablemente sea el más sofisticado del mundo, hace falta en primer lugar, capacidad técnica y profesional, que la Junta tenía. A mi me preguntaron muchas veces si yo era partidario de crear una Junta y cómo lo haría. Digo que sí, en primer lugar, un concurso, concurso de antecedentes, de oposición y si me dan quince, veinte personas bien calificadas, como pueden ser, por ejemplo, los técnicos que hay en el Banco Central, entonces ahí comenzamos a hablar. Si se cree que por una norma se va a crear una institución de este tipo... nó, lo que se va a crear es en primer lugar, un elefante en un bazar; en segundo lugar, yo tengo todo el derecho a pensar que va a continuar la política que está haciendo este gobierno en esta materia. Que es el gobierno, desde que el mercado libre existe, pongámosle desde el ´77, el gobierno más favorable a la exportación que ha existido. Yo denuncié el año pasado que hay dos mil millones de dólares que se han transferido de la campaña de soja a los exportadores aceiteros.

- Lo recuerdo.

- La ONCCA dijo mil setecientos millones de dólares, los propios exportadores dijeron que "por la aplicación de la ley Martínez Raimonda reconocemos que tenemos una deuda" que serían unos quinientos millones de dólares, y no ingresó un centavo. Pero en trigo, desde hace cuatro años están ganando treinta, cuarenta, cincuenta dólares extra, para una actividad que dos dólares de ganancia líquida neta se festeja con champán, desde hace cuatro años gracias al señor Moreno, que les dice "ustedes no paguen más el trigo que esto y exporten a lo que quieran". Hoy es lunes, mañana martes, busque en "La Nación", están los precios FAS teóricos y debe andar alrededor de quinientos sesenta pesos, lo que deberían estar pagando, contra cuatrocientos diez, cuatrocientos veinte que están pagando realmente. Entonces, ¿yo cómo puedo analizar con seriedad cualquier proyecto de esta gente?

- Ahora, Etcheberry, para terminar, independientemente de la calidad técnica que pueda o no tener este organismo, ¿es momento para tener en la Argentina de nuevo un organismo estatal?

- ¿En este gobierno y con esta gente? Por supuesto que no, absurdo. Si usted me está hablando en teoría, por supuesto que sí. Yo creo que en trigo hace falta un precio sostén, hace falta un mecanismo de comercialización como el que dije antes, sin ninguna duda, en maíz, que ya está tomando características similares a las del trigo, también. Pero fundamentalmente aquí lo que hay que entender es que los problemas no son transferencias que vienen de afuera, del mercado internacional, en el que va a ser imposible influir. No es la época del IAPI, ni la época del ´73, ni siquiera la época del ´80. Los mecanismos a corregir están adentro, es lo que el estado, los funcionarios como Etchegaray, la ONCCA, Moreno y compañía le transfieren a la exportación por el sistema de regulación interna y por los subsidios. Entonces ¿qué tiene que ver eso? si usted me pone a mi hoy a cargo de esto, ese tema se lo resuelvo en diez minutos sin necesidad de crear ningún organismo. Con transparencia, que esta gente ha destruido totalmente, hoy ya en el mercado no se tiene idea de qué se está exportando, por ahí se sale a decir "abrimos el cupo, quinientas mil toneladas". Son las quinientas mil toneladas que ya los exportadores tienen compradas, o sea que el efecto sobre el mercado no existe. Esto es muy grave, lo que ocurre con todo esto. Usted me pregunta y yo no soy un político, yo no entro como un político a contestar ubicándome en opositor o en oficialista, esto es mucho más grave. Esto es tomarle el pelo a la gente y a los productores.

- Etcheberry, muchísimas gracias.

- Buen día

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