Nuestra cultura occidental tiene la necesidad de recuperar datos que han sido deliberadamente ocultados, olvidados y perdidos por impostación filológica y por filtraje académico y universitario producidos básicamente por la Inquisición del Siglo XI al XVII primero y por la nacionalización de la educación superior del Siglo XVIII al XX. La misión de esta Enciclopedia es resucitar la sabiduría necesaria para salvar a occidente del proceso autodestructivo en que se encuentra en pleno desarrollo.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Las raíces de nuestro sistema económico y del régimen rentístico y las razones de nuestro deterioro institucional [1]
SUPLEMENTO DE DERECHO ECONOMICO
DOCTRINA
Por Raúl E. Cuello[2]
A modo de prologo
Las reflexiones político-económicas, constituyen un pretencioso intento de justificar la inconsistencia de los esfuerzos que conlleven a un país distinto y mejor al que constituimos, en tanto y en cuanto se concentren en políticas económicas y sociales carentes de una visión abarcativa de nuestra realidad y desconectadas del orden político que pretendieron forjar nuestros Padres Fundadores. El fracaso de concretar en realidades, sus sueños, carece de responsables con nombres y apellidos. Es un modo de ser de los argentinos que no hemos logrado sintetizar nuestros intereses como ciudadanos de un país federal. Tampoco el problema nace ahora, tiene sus raíces en la época de nuestra formación como Nación. Raíces que fueron distorsionadas con el transcurrir de los tiempos hasta alejarse de sus orígenes.-
La revolución industrial y sus efectos
Antes de Mayo de 1810, la Revolución Industrial había producido cambios en el mundo con repercusiones prácticas más profundas que la Revolución Francesa que fue de carácter doctrinario. A partir de entonces la producción inglesa es superior a su capacidad de consumo y debe conseguir mercados exteriores. Fracasan sus intentos respecto de Estados Unidos que se manifiesta como una nación proteccionista. La política inglesa es diseñada e implementada en función de la producción industrial y por eso Pitt dice “para Inglaterra, defender el comercio o perecer”
Esta aspiración se ve consolidada cuando la Constituyente Francesa declara, inocentemente, el 4 de agosto de 1789, “abolidos los obstáculos al comercio internacional”. Así, al compás de la Marsellesa, Francia se ve inundada de productos ingleses que arruinan a sus manufacturas. Europa se empobrece y sus hombres de gobierno consideran que esto así debía ser porque lo había pontificado Adam Smith. La riqueza está en la libertad, decían, pero no habían leído el título de la obra: “La Riqueza de Las Naciones”
Entonces irrumpe en la escena el defensor de los intereses franceses: Napoleón, que unifica a Europa para defenderla de la agresión económica inglesa, al punto de imponer en 1804 el bloqueo continental prohibiendo la importación de Inglaterra. Cerrado el acceso a Estados Unidos, sólo le quedaban a Inglaterra Portugal, Brasil, las posesiones coloniales de otros países y la América Española.-
En el plano militar surge la coalición de Inglaterra con Austria, Prusia y Rusia que Pitt consideraba suficiente para derrotar a Napoleón. Pero este se hace aliado de España cuando los ingleses atacan cuatro fragatas españolas en Cádiz el 5 de octubre de 1804. En estas condiciones, era imprescindible el dominio del Canal de la Mancha para desembarcar en Inglaterra, lo cual lleva al enfrentamiento de ambas escuadras, la inglesa y la franco-española en Trafalgar, un cabo frente a Cádiz. El almirante Nelson afirma con su triunfo la hegemonía inglesa de los mares. Pero un mes más tarde, los rusos y austríacos son vencidos en Austerlitz con lo cual el continente queda dominado por Napoleón.-
Es entonces cuando los ingleses se apresuran a intentar apoderarse de las colonias Europeas, entre las que se destacan el Cabo de Buena Esperanza con y las de Montevideo y Buenos Aires. En el Río de la Plata dos intentos fueron rechazados por los habitantes de la Colonia Española. Pero aun perdidosa Inglaterra cumplió con su objetivo de lograr asentar la piedra fundamental del comercio e influir en la política en el Río de la Plata.-
Más tarde, cuando España se declara enemiga de Napoleón al ser invadida por éste y aliada de Inglaterra el proceso se facilita para los intereses ingleses.-
En resumen, dos potencias enfrentadas con ámbitos de intereses distintos e ideologías distintas: Inglaterra dominante de los mares, Napoleón dueño del continente. Liberales los primeros, proteccionistas los segundos. En el ínterin, Estados Unidos seguía la expansión hacia adentro de su territorio con un enfoque proteccionista hacia afuera.-
Los intereses económicos en Buenos Aires
En Buenos Aires, cabecera del Virreinato del Río de la Plata, existían dos grupos económicos bien diferenciados, los comerciantes monopolistas y los vinculados con la ganadería vacuna. Aquellos importadores, estaban autorizados por la Corona para comprar y vender los productos que llegaban desde España y a precios muy caros, porque normalmente tenían como puertos de origen los ingleses y los franceses, lo cual convertía a la península española en un intermediario inútil. A su vez, los ganaderos querían exportar libremente a Inglaterra que era el destino casi excluyente de la carne vacuna.-
En medio del marco internacional y con tal estructura económica, la situación del virreinato era, luego de las invasiones inglesas, en 1809 casi caótica debido a que la guerra de España contra Napoleón limitaba el comercio y producía una enorme reducción de los recursos financieros.-
En esas circunstancias, el Virrey Cisneros dicta, con la oposición del Consulado, un reglamento provisorio de libre comercio por el que quedaba autorizado el comercio con Inglaterra. Los comerciantes se opusieron y lograron que el apoderado del Consulado enviara una nota de protesta a Cisneros. Esa presentación es replicada por otra cuya autoría se adjudica a Mariano Moreno conocida como “La Representación de los Hacendados” por el que se defiende la libertad y el derecho a comerciar libremente.-
Se acerca de este modo Moreno a los sectores revolucionarios disconformes con el gobierno colonial, lo cual lo lleva más tarde a ser designado Secretario de la Primera Junta. Así pudo impulsar la apertura de varios puertos al comercio exterior, reducir los derechos de importación y redactar un reglamento de libre comercio. Los sectores con los que se identificaba Moreno encarnaban los idearios de cambios muchos más que administrativos, procuraban cambios políticos, económicos y sociales.-
La política y las ideas en Buenos Aires
Los habitantes de Buenos Aires estaban divididos en distintos partidos, expresión cada uno de intereses e ideas distintas. El de más importancia era el autodenominado “Patriota” Estaba formado por quienes más activos habían estado en la Defensa y Reconquista. Sus Jefes eran Liniers y Álzaga. Constituían la expresión de quienes estaban arraigados en estas tierras contra todo lo que fuera europeo. Su fidelidad era a la patria (de allí su nombre) y al Rey.-
Le seguían “los Regalistas”, formado por los funcionarios, los miembros del clero, los oficiales de la Marina y algunos veteranos de Tierra, y algunas familias que consideraban que el predominio de la Metrópoli sobre la Colonia no podía discutirse.-
Finalmente estaban “los Ilustrados”. Fueron los “jóvenes de las luces”, los que nutrieron con sus ideas los ideales de Mayo. Se trataba de un conjunto de jóvenes con formación universitaria, para quienes la Patria no era la Ciudad ni la Nación. Querían constituir el Estado perfecto, el de Rousseau en el que naturalmente ellos se reservaban el rol de conductores debido a considerarse la “clase ilustrada”. Se trataba de un mundo idílico libre de ataduras políticas y monopolios.-
Buscaban reemplazar “el estado de bien común” propio de la Corona, por “el de la soberanía popular” Este era el paradigma que los animaba y que por medio de una lenta transición conduciría a la “regla de las mayorías”
El grupo de los iluminados se reunía en el café de Marcos bajo la jefatura de Castelli y lo integraban su primo, Manuel Belgrano que como el primero eran abogados, Vieytes (industrial), Padilla (periodista), los hermanos Rodriguez Peña y Berutti (rentistas). En términos actuales el grupo eran los progresistas por el desapego que tenían de todo lo que fuera español lo cual era asimilado a oscurantismo y atraso. En su idealismo no advertían que abrían la posibilidad de cambiar el coloniaje español por el inglés, como más tarde sucedió pero bajo otras formas décadas más tarde, aunque bajo otras formas.-
Los patriotas del interior, proteccionistas como buenos mercantilistas que eran, defendían sus industrias y artesanías, cosa que no ocurría con los del puerto porque carecían de industrias, no obstante lo cual se oponían al librecambismo para mantener la unidad política con la Patria Grande. Lo propio acontecía con los regalistas. En cambio “los alumbrados” liberales y progresistas, eran incondicionales de Adam Smith, aunque también de Quesnay el padre de la fisiocracia. Y de Montesquieu, Voltaire, Diderot y Rousseau fuentes políticas inspiradoras de todos los jóvenes de este ideario. El apego a las cuestiones vinculadas con la tierra, queda manifestado en el siguiente párrafo de la Representación de los Hacendados: “Fomentada la tierra, enriquecida la agricultura, deben igualmente enriquecerse los artesanos”. Pero la admiración por el liberalismo, Moreno la hace extensiva a Inglaterra de quien expresa: “Una nación generosa y opulenta, cuyos socorros son absolutamente necesarios para la independencia de España” El futuro, como he dicho, demostraría la influencia inglesa sobre la economía y las finanzas argentinas.-
La generación del 37
Los intereses políticos-económicos impiden la organización nacional y abren un período de anarquía con guerras civiles cuando aún no se había concluido la guerra con las fuerzas españolas El Estado carecía de organización y los antagonismos del interior con el puerto dan lugar al enfrentamiento, entre unitarios y federales. Claro está bajo otras modalidades y el uso de otros medios, ese antagonismo hoy persiste.-
Como hechos económicos más destacados, ya que en el plano de las ideas no se sucedía ninguno, pueden destacarse bajo el gobierno de Rivadavia la nacionalización de las tierras públicas y de la aduana. Asimismo y como garantía del crédito obtenido de Baring Brothers, dicta la Ley de Enfiteusis. Y bajo el gobierno de Rosas el estímulo a la expansión de la ganadería y la exportación de sus productos, la prohibición de la libre navegación de los ríos y el mantenimiento de Buenos Aires como puerto y aduana únicas. Rosas dio prioridad al equilibrio de las cuentas externas para lo cual hizo uso de los aranceles como instrumento de protección a la producción local. El equilibrio presupuestario también fue motivo de cuidado, por medio de austeras políticas de gasto y recaudación de impuestos, aunque lo primero conllevó la drástica reducción del gasto en educación y en sanidad.-
En ese escenario de desorden institucional, aparece la figura de quien fuera considerado el “albacea del pensamiento de Mayo”: Esteban Echeverría quien se constituye en la figura convocante del Salón Literario que se abre en 1837 en la librería de Marcos Sastre, de un grupo de jóvenes entre los cuales se encontraban Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, José Mármol, Miguel Cané, Carlos Tejedor, Vicente Fidel López, Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre, entre otros. El Salón es cerrado por Rosas y vuelven a convocarse en la que denominaron Asociación de Mayo. Eso ocurrió entre 1837 y 1838.-
El objetivo era recuperar la tradición liberal de la Revolución de Mayo y superar la polarización entre Unitarios y Federales. La democracia según la tradición europea, sería un objetivo a largo plazo. Al principio eran simpatizantes de Rosas, pero el análisis crítico del gobernante los fue alejando de a poco. Las críticas enajenan la simpatía que sentía el Régimen hacia ellos de modo que algunos deben emigrar del país. Sin embargo sus puntos de vista se destacaban por la objetividad que llevaban implícitos. Así consideraban que los unitarios habían tratado de imitar a las instituciones europeas sin tener en cuenta nuestra distinta realidad, por lo que habían hecho una amalgama de cosas heterogéneas debido a imitaciones forzadas. Ellos venían del futuro para construirlo y no del pasado para rectificarlo.-
Revertir la historia era la tarea de la generación que ellos representaban. Por eso y como muestra de pluralismo ideológico, Echeverría al inaugurar la Asociación de Mayo, brindó bajo el signo de la Federación y para que se cumpliera el Pensamiento de Mayo y el Juramento de Julio.-
El incumplimiento del orden institucional
La pretensión de construir una Nación sin bases fundacionales comenzaba a quedar atrás. Esa generación de argentinos fueron los arquitectos de la obra. No sabían, con su carga de idealismo que aquel camino que iniciaban y que culminaría en la Constitución Nacional de 1853, constituía una condición necesaria pero no suficiente. El país que modelaron, después de 157 años de vida institucional habría de seguir un derrotero cíclico. Creciente en lo económico y con graves inequidades hasta 1930 y declinante en ambos terrenos, con altibajos pero a largo de una pendiente negativa desde entonces.-
Desde mi óptica, entiendo que en el presente estado de situación de nuestro país, toda pretensión de dar solución a las cuestiones económicas y sociales, están destinadas al fracaso si no se entiende la naturaleza política e institucional. Es que las raíces de nuestro atraso se encuentran en un terreno que los economistas no conocen o si tal no es el caso, lo subestiman. La tesis que se expone en este trabajo, se ubica en el apartamiento de los principios de la Constitución Nacional, por lo menos en las últimas ocho décadas, tiempo a partir de las cuales hemos perdido el rumbo impreso a la República por nuestros padres fundadores.-
En el intento de contribuir a demostrarlo, se establecerá que nuestras falencias deben ubicarse más allá del estudio del Régimen Rentístico de la Nación[3], como es común escuchar. Ellas se encuentran en las distorsiones introducidas en el Sistema Económico Nacional hasta llegar a reemplazarlo por un verdadero “aquelarre”, del que se nutre el cuadro de anomia que invade al cuerpo social. Restituir la República la normalidad nunca alcanzada para algunos o perdida para otros, demandará imaginación, esfuerzos, tiempo y una alta cuota de paciencia por parte de una dirigencia lúcida y multidisciplinaria que deberá aparecer en algún momento.-
Método de tratamiento
En lo que sigue, primero se hará una aproximación a los dos mayores desequilibrios que nos caracterizan: un extenso territorio con baja densidad de población y pésimamente distribuida.-
Más adelante, será señalado el grado de deterioro institucional, sus antecedentes y efectos.-
Por último, se puntualizara el grado de deformación paulatina de un Sistema Económico explícitamente consagrado en nuestra Carta Magna, como garantía de los habitantes de esta tierra y cuyos efectos pretendieron ser paliados por el Régimen Rentístico con el resultado de lograr un mayor deterioro. Una suerte de círculo vicioso que hoy se mantiene y es una verdadera trampa de la que es difícil intuir la salida. En resumen no tenemos Sistema Económico y tampoco Régimen Rentístico. Solo tenemos una lamentable aproximación a uno y otro.-
No está exento de riesgo el tratamiento de un tema que abunda en juicios de valor. La pretensión al exponerlo en tan destacado ámbito es modesta. Es la de abrir un campo relativamente nuevo, no por su contenido, sino por lo infrecuente de su abordaje, con el fin de contribuir al rescate de nuestro país del lugar que no se merece en el concierto mundial.-
Argentina: un país desequilibrado
Desde hace muchos años se vienen realizando, análisis y propuestas por parte de distintos segmentos de la sociedad, económicos sectoriales, profesionales y académicos, destinados a proponer soluciones a los problemas de todo tipo que afectan nuestro país.[4] Creo que los mismos, presentan características comunes debido a que se apoyan en diagnósticos parciales que desestiman la importancia de factores político-institucionales, pasan por alto nuestra realidad estructural, no trascienden el corto plazo y por lo tanto carecen de efectividad. En otras, palabras, que buscan modificar el acontecer tal como se presenta, sin profundizar en las cuestiones que dan lugar a una realidad patológica.[5]
En cambio, la producción intelectual es poco menos que inexistente cuando se trata de proyectar el futuro del país y remover los obstáculos que impiden, no sólo la promoción del crecimiento de la economía con los consiguientes beneficios sociales, sino obtener las ventajas, que en un planteamiento geopolítico del mundo por venir, nos permita sacar ventajas de los dos elementos en que se centrará el interés internacional dentro de la primera mitad del corriente siglo: los espacios vacíos y la producción de alimentos.-
Es que al modo de ser argentino no le interesa el largo plazo y por eso el país carece de proyecto. Tal la razón por la cual desde hace más de ochenta años nos movemos sobre un plano de continua declinación en todos los aspectos del quehacer nacional que sintetizo en un solo concepto: el creciente deterioro institucional.[6]
Si no fuera así, ya se habrían establecido políticas para evitar que el desequilibrio poblacional sea un formidable obstáculo para dejar atrás el inmenso espacio vacío donde no se explotan como debiera nuestros recursos. Antes pudimos ser indolentes. Ya no lo podremos ser más. En el mundo globabilizado la cooperación internacional lo está reclamando
Es una realidad incontrastable es que a partir de datos actuales, dentro de dos décadas y considerando el crecimiento demográfico, el cinturón que va desde Rosario a La Plata, será un conglomerado urbano de una superficie igual al 1% de nuestro territorio donde vivirá el 50% de la población nacional, una verdadera megaciudad pero no de las características modernas que se puede ver en el resto del mundo, porque estará plagada de villas miserias, barrios precarios y asentamientos, con carencia de servicios de todo tipo.[7] La superficie de la misma será menor en 2.000 km2 a la Provincia de Misiones y su densidad de 910 hab/km2.[8]
El otro 50% se encontrará en el 99% restante del territorio continental argentino, lo cual arroja una relación de 10 hab/km2[9] valor que se relativiza aún más si se tiene en cuenta que existen ciudades como Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Bahía Blanca, Santa Fe, Neuquén, Salta y Mar del Plata que bajan el promedio de un verdadero panorama de subdesarrollo poblacional en un territorio sumamente propicio para el desarrollo económico.-
Un dignatario de la jerarquía eclesiástica se preguntó: ¿“Cual es la relación que el hombre argentino tiene con la tierra?” para responder seguidamente, “A juzgar por la enorme extensión de la República, a su relativa escasa población, la alta concentración de la misma en el Gran Buenos Aires y en la mayoría de las capitales provinciales, no dudo en decir que esa relación es mala. Posiblemente una de las peores de América Latina y tal vez del mundo entero”[10]
Frente a esa afirmación, el economista profesional debe estar de acuerdo con que este no es solo un problema social, es un problema de eficiente asignación del más importante recurso del hombre: la tierra, que puede ser resuelto de una manera que está lejos del avasallamiento del derecho de propiedad como sugiere la ideología marxista. Solo que hace falta vocación y conocimiento para resolverlo.[11] ¿Adónde quedó el paradigma alberdiano de “gobernar es poblar”?
Por lo demás si algo hace falta agregar, es el carácter “obelisco-céntrico” de las relaciones del interior con la metrópoli, lo cual permite reeditar internamente el cuadro de subdesarrollo de los países centrales con su periferia. Todo converge a Buenos Aires, desde las riquezas a la sumisión política pasando por las comunicaciones y la energía. Y como complemento de todo ello, está la subordinación financiera del interior, paradójicamente la principal fuente de riqueza argentina.-
Argentina jamás inició el crecimiento hacia adentro de su territorio, como si lo hizo por ejemplo Estados Unidos que lo completó antes de 1930 y eso se relaciona exclusivamente con la falta de un proyecto integrador que hizo que los beneficios de la industrialización temprana “nos pasaran por arriba” [12] Algo hicimos mal hasta ahora y lo seguiremos haciendo de no redefinir primero el Orden Institucional y desde allí al Sistema Económico y el Sistema Rentístico en nuestro país. Instituciones y Sistemas hay una relación circular, la misma que define al Estado como diferente del Gobierno.-
Falta de crecimiento sustentable al largo plazo, presiones inflacionarias constantes, tradición de país incumplidor de sus obligaciones, expulsor de capitales y recursos humanos, receptor de mano de obra sin calificación que baja la calidad de nuestra población, incomprensible porcentaje de pobres e indigentes, niñez y juventud sin perspectivas de mejoras futuras. Todo esto y mucho más es la realidad que no se puede solucionar con simples propuestas económicas y que de persistir en el tiempo, harán que nuestro país sea expuesto ante el mundo como un ejemplo de lo que pudo hacerse y no fue.[13] Se deberá comprender que una población de 40 millones en un territorio continental de casi 2,8 millones de kilómetros cuadrados, constituye un verdadero despropósito que traicionó las ambiciones de nuestros Padres Fundadores. ¿Pero qué es lo que hicimos mal?
El orden institucional
Tal como lo establece la Constitución Nacional, Argentina debiera ser un país Republicano, Representativo y Federal. Pero no es ninguna de las tres cosas. Y esto no es de ahora. El proceso de deterioro institucional viene de mucho tiempo atrás, tal vez desde el momento que nos dimos nuestra Carta Magna ya que entonces la República devino en “aristocrática”[14] porque se estableció un sistema político corrupto, donde se conculcaba la democracia mediante el engaño y la violencia para asentar el poder de “los notables”. Sin embargo las falencias no eran de la magnitud que con los años caracterizaron nuestro andamiaje político. No obstante deben recordarse hitos como la Rebelión de los Inquilinos, el Grito de Alcorta, la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde, en tiempos que se nos tenía como país destacado en el mundo.-
Las reglas de juego iniciales experimentaron un gran cambio en 1916 con la ley Sáenz Peña de voto secreto, universal y obligatorio. Pero no fue suficiente para producir una clara ruptura del orden institucional anterior, aunque sí una toma de conciencia ciudadana acerca de lo que implicaba la democracia representativa. Lamentablemente el ejercicio de aprender ejerciendo el poder político por parte de la ciudadanía, fue abortado por el golpe militar de 1930, el que inauguró el período de sucesión de gobierno militar y civil que fue el que sembró la semilla del atraso institucional en forma definitiva.[15]
Es necesario recordar y tener siempre presente, que la República funciona sobre la base de un andamiaje legal, dado por las leyes que reglan el ejercicio de derechos y obligaciones. Estas leyes son de dos tipos: de orden y de mandato. Las primeras son las que habilitan a los individuos para ejercer la libertad individual en un escenario de absoluta igualdad.[16] Las segundas son aquellas que disponen coercitivamente el cumplimiento de conductas específicas.[17]
Pues bien. Es importante destacar cual ha sido el uso que los gobiernos han hecho de las leyes de mandato interfiriendo en la vida de los ciudadanos. Entre 1862 y 1929 se dictaron 163 leyes de mandato, es decir un promedio de 2,5 leyes por año. Ese fue el período de mayor crecimiento y estabilidad de la República Argentina. Entre 1930 y 1943 se dictaron 99 leyes de mandato, esto es 7,6 por año. Posiblemente ese salto cualitativo se pueda justificar en las disposiciones regulatorias adoptadas en oportunidad de la Gran Depresión.-
De allí en adelante considerando solo hasta el año 1999, se dictaron más de 8600 leyes de mandato con el fin de “organizar la economía”. Eso arroja un promedio de 153,5 por año, sin contar los innumerables Decretos Leyes, los Decretos de Necesidad y Urgencia, y las normas secundarias dictadas por Ministerios, Secretarias y Direcciones Generales, del Poder Ejecutivo. Una verdadera inflación legislativa[18] Resulta obvio destacar que en el listado anterior no figuran las Leyes “y afines” dictadas desde 2000 hasta el presente.-
El uso abusivo de las Leyes de Mandato, le ha quitado seriedad a la ley en general. El famoso dicho que expresa “hecha la ley, hecha la trampa” revela el ejercicio de autodefensa que el argentino ha desarrollado frente a la verdadera “agresión legislativa” a que lo sometió y lo someten los sucesivos gobiernos.-
Ante esta realidad se podría plantear el siguiente interrogante: ¿pueden existir en ese marco un Sistema Económico y un Sistema Rentístico eficiente? ¿Pueden ser las Instituciones de la República caracterizadas como de excelencia? ¿Puede brindar Argentina las condiciones mínimas necesarias que satisfagan las preferencias de sus ciudadanos? ¿Puede asegurarse estabilidad en las normas para que el clima de expectativas sea favorable a la expansión de su economía? El listado de “los puede”, podría ser tan extenso como se quisiera y la respuesta sería siempre negativa. Coincidamos que algo ha fallado. Algo hemos hecho y seguimos haciendo muy mal. En términos abarcativos nuestra principal falla ha sido seguir viviendo en el pasado traicionando los ideales de los alumbrados de Mayo y de la generación del 37.-
Se impone que intentemos un análisis de introspección. En cualquier democracia consolidada y madura y la de Argentina debiera serla, la acción del Gobierno, que por definición es transitoria y está integrado por ciudadanos electos[19] que se renuevan periódicamente, se apoya en una estructura permanente integradas por burócratas que recibe el nombre de Estado, para lograr los fines de la sociedad que lo ha elegido.-
Se desprende en consecuencia que, tanto el Gobierno como el Estado, deben estar absolutamente separados en cuanto a la forma en que desarrollan su acción. La burocracia aludida debe ser jerarquizada e integrada por los mejores elementos de la sociedad que tengan espíritu de servicio público, por lo cual es lícito afirmar que pertenecer al Estado debe prestigiar a quienes lo integran. Obviamente al Gobierno deben llegar los mejores o al menos, los menos malos. No tenemos a aquellos y menos a estos en la medida deseable desde hace muchas décadas.[20] Naturalmente, como acontece en política, es una cuestión opinable establecer desde cuándo, si es que alguna vez los tuvimos.-
Si en lugar de separación hay simbiosis entre Gobierno y Estado, con el grado que se ha producido en Argentina, fluye de manera natural un proceso de degradación institucional. El Estado se convierte en instrumento del gobernante de turno, el que reemplaza a los burócratas calificados, por individuos carentes, la más de las veces de las condiciones mínimas indispensables para ejercer altas responsabilidades. Así se abre el camino para el ascenso de los amigos, clientes y parientes[21], todos los cuales, por regla general aplican las leyes o las hacen modificar en función de sus propios intereses y de las elites vinculadas con el poder. La corrupción hace su aparición y se expande como una verdadera metástasis en el cuerpo social.[22]
Y como los poderes Legislativo y Judicial, integrados generalmente sin orden a méritos surgidos de listas sábanas los congresistas y de los favores políticos no pocos jueces, se identifican con los fines políticos del Ejecutivo del que pasan a ser instrumentos. Se tienen así todos los atributos para conformar una sociedad que funciona sin premios ni castigos y donde el fin último de los gobernantes es mantener el poder a toda costa. Poder que da acceso al enriquecimiento patrimonial con lo cual se completa el círculo propio de un Gobierno Corporativo, donde los sectores empresarios y sindicales tienen una cuota de participación en el Gobierno. Así ocurrió en Argentina desde la década de los años cuarenta con la institucionalización de organizaciones para-gubernamentales, que aún subsisten con alguna diferencia de matices y que presionan para lograr ventajas económicas como contrapartida del apoyo político que brindan.-
Que en 1930 se haya dado origen a las condiciones para este proceso de decadencia hasta ahora no interrumpido, no significa que antes Argentina fuera el país que se dice haber sido a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Aquel fue un período de luces pero también de sombras, aunque la historia convencional destaca las primeras y oculta las segundas. Un valioso testimonio de esta afirmación lo da el discurso pronunciado por el Profesor José Terry en 1898 al inaugurar la Cátedra de Finanzas de la Universidad de Buenos Aires, cuando en un pasaje del mismo, el distinguido catedrático expresó:
“La República Argentina ha vivido 88 años de vida libre, es decir independiente. Ha sido la única de “dueña de sus actos y destinos y hoy, después de tantos años, si dirigimos nuestra mirada hacia el “pasado y juzgamos el presente, tendremos que decir con tristeza que la República ha perdido “lastimosamente tiempo y riqueza. Tengo para mí que si la República hubiera vivido “honradamente, que si gobernantes y gobernados hubiéranse inspirados siempre en el deber y el “patriotismo, hoy podríamos presentarnos ante el mundo con 20 millones de habitantes en lugar de “4, con cien veces más riquezas y progreso moral y material, sin los ruinosos compromisos causas “de nuestras quiebras anteriores y de nuestras dificultades del presente. Señores, la sociedad “argentina ha vivido en el despilfarro y en el déficit. Estudiar el déficit y los medios adoptados para “enjugarlo, es estudiar la historia financiera y también la historia política de argentina”
En ese párrafo queda explícito el fundamento que liga al Sistema Rentístico público con el estado de la República y su régimen político, como para poder afirmar que nuestros problemas del presente no son de hoy sino que tienen raíces profundas en nuestra historia institucional[23]. Pero no es del caso hacer un relato histórico, porque eso estaría más allá del propósito de este ensayo.-
La Constitución Nacional
La Constitución Nacional articuló la Democracia Representativa con la República de una manera tal que ambas conforman una verdadera unidad. Hoy esa unidad no existe, con lo cual de hecho, ni la Democracia ni la República existen, a menos que confundamos las formas con la esencia de ambas. De tal modo no existe el adecuado escenario para que se desarrollen en forma armónica las cinco esferas de vida que exige la condición humana: la política, la jurídica, la económica, la social y la cultural. Cuando esta armonía no se da se producen quiebres en la sociedad que llevan a un profundo deterioro del tejido social. Las pujas se suceden y la solidaridad se convierte en antagonismos.-
Más arriba, se hizo referencia al golpe militar de setiembre de 1930. El proceso disruptor que produce en nuestro ordenamiento institucional, comienza con la “derogación de facto” de la Constitución Nacional. Más tarde, en la década se avanza en el orden institucional con disposiciones que producen cambios en los ordenamientos fiscal y monetario, del sistema productivo con Juntas Reguladoras, en el régimen cambiario, en el sistema de transportes e intervención en mercados de distinto tipo, hasta llegar finalmente a la disolución de los partidos políticos[24], todo mediante leyes y simples decretos, que tal como si fueran parte de un plan armónico, llevaron –más tarde- a la República a su decadencia económica, moral e institucional.-
Cierto es que algunas disposiciones fueron tomadas, como consecuencia de la Gran Depresión de 1929, pero también es que superados los efectos de la misma, las Instituciones que entonces se crearon adquirieron carácter de permanencia. Algo debe enfatizarse, no fue el Gobierno de Facto en sí mismo el que inicia el camino a la decadencia sino que es “el derecho positivo” estatuido entonces y mantenido por los sucesivos gobiernos que lo acrecentaron y empeoraron.[25]
Un Profesor de la Universidad de Yale, dedicado durante la mayor parte de su vida al estudio de nuestro país, llegó a interrogarse “¿Qué pasó? ¿Cómo pudo ser que a una Nación beneficiada con “envidiables recursos naturales y humanos, le resulte tan difícil revertir esta lenta y melancólica declinación hacia la mezquindad y la insignificancia?”[26] Su pregunta es la que pretendo responder. Pero para ello debemos referirnos al siguiente tema.-
El sistema económico y el subsistema rentístico
Generalmente el Sistema Rentístico es el que se identifica con la Economía Pública en tanto el Estado es el proveedor de “bienes públicos” financiados por medio de la tributación, los empréstitos y en situaciones de descontrol con la emisión monetaria. Sin embargo, prefiero apartarme de esta visión parcial y considerar primero al Sistema Económico de la Nación, del que el Régimen Rentístico considero es un subsistema. La fortaleza de la economía depende de la riqueza creada por el esfuerzo laboral, empresarial y creativo de todos los argentinos. No puede haber “economía pública sólida” en el contexto de un sistema económico débil.-
Conforme la concepción moderna de economía pública, no hay un límite definido entre el Sistema Económico y el Régimen Rentístico toda vez que las decisiones gubernamentales afectan la asignación de recursos disponibles y alteran el estado de distribución de la renta. No existe la posibilidad de un Estado neutral en el funcionamiento de la economía dedicado solo a la función de proveer bienes sociales y financiarlos de una manera eficiente[27] La realidad indica otra cosa ya que el cuadro de la distribución justa debe ser alcanzado por el Estado por medios indirectos, dado que las imperfecciones del mercado no llevan al estado óptimo conforme a las preferencias sociales. Es en este orden que el derecho positivo se hace necesario, pero ciertamente de un modo muy limitado. El punto es que en Argentina carecemos de una economía robusta, porque tenemos un Estado disruptor del funcionamiento del Régimen Rentístico Nacional que contribuye a una modesta tasa de crecimiento económico, debida a una muy regresiva distribución del ingreso y a la débil formación de capital. Paradojalmente tomando en consideración su aptitud territorial para producir alimentos, presenta un inaceptable porcentaje de pobres y marginados sociales.-
¿Frente al panorama descrito, cuáles fueron las coordenadas ideológicas de la Constitución Nacional en el terreno de la economía? ¿Las hubo? No sólo que las hubo sino que fueron expuestas con una claridad meridiana en la obra que a posteriori diera a conocer el inspirador y redactor principal de la misma.[28] Ellas fueron la expresión del pensamiento de mayo interpretado fielmente por Belgrano y Moreno, recogido luego por la generación del 37 con Echeverría[29] a la cabeza y plasmado magníficamente por Alberdi en nuestra carta fundacional.-
Como bien dijera el insigne tucumano, la Constitución “contiene un sistema completo de política económica en cuanto garantiza por disposiciones terminantes, la libre acción del trabajo, del capital y de la tierra como principales agentes de la producción, ratifica la ley natural de equilibrio que preside el fenómeno de la distribución de la riqueza y encierra en límites discretos y justos los actos que tienen relación con el fenómeno de los consumos públicos. Toda la materia económica se halla comprendida en estas tres grandes divisiones de los hechos que la constituyen”[30]
Al leer esta declaración de principios, se desprende que nuestra Constitución privilegió la riqueza de la Nación como base de grandeza en cuanto a prosperidad y base para el poder soberano. Y es más, al hacer un planteamiento normativo de política económica, dio por superada cualquier discusión en cuanto al fondo ideológico de la misma. En efecto, Alberdi hizo la distinción entre economía pura (teórica) y economía aplicada, señalando que la Constitución ya ha resuelto el debate que pudiera presentarse al optar por los fundamentos de la economía clásica.[31] Admirador de Quesnay y Adam Smith, Alberdi escribe que “A esta escuela de libertad pertenece la doctrina económica de la Constitución Argentina y fuera de ella no se deben buscar comentarios ni medios auxiliares para la sanción del derecho orgánico de esa Constitución”
Debió haber sido obligación de los gobiernos de la República, “observar y hacer observar” estos principios fundacionales, fuentes de toda razón y justicia, del progreso y del bienestar, para todos los que habiten el suelo argentino. Lamentablemente esta no fue la norma seguida. [32] La resultante fue un Sistema Económico caracterizado por reglas de juego inestables, propagador de incertidumbres respecto del futuro, acrecentador del riesgo, polarizador en la distribución del ingreso, fabricante de pobreza y miseria, aislado del mundo y con un lamentable bien ganado prestigio de Nación impredecible en cuanto a su comportamiento frente a la comunidad internacional. Esto es el cuadro que presenta infortunadamente nuestra Argentina de hoy.-
A ello ha contribuido decididamente una pobre dirigencia política que en cada turno sucesorio pretendió que todo lo actuado anteriormente debía ser redefinido y así el país volvió a empezar según los gobiernos de turno, independientemente que fueran civiles o militares. En situaciones límites, el arbitrio fue reformar nuestra Carta Magna convertida en chivo expiatorio de culpas que no tenía. Precisamente las dificultades se originaban y originan en no respetarla. Esa es la justificación del cúmulo de Leyes de Mandato ya citadas, cada una violando las leyes del mercado, permitiendo la constitución de privilegios, avasallando la libertad de producir y comerciar, invadiendo el terreno de los derechos de propiedad y en definitiva creando las condiciones para el florecimiento de conductas contrarias al interés colectivo, como ejercicio de autodefensa de la agresión gubernamental a través del Estado. Pero también las de aquellos que por la corrupción incrementaron su posición social sin escrúpulos y sin castigos.-
Con este marco de referencia aparece el subsistema Régimen Rentístico que hace a las necesidades públicas y que realimenta las tendencias a la ineficiencia del acontecer productivo. El Estado en lugar de promover la justa asignación de los recursos en términos sectoriales y espaciales, hace exactamente lo opuesto. La prioridad del mismo, además de proveer a la oferta de bienes públicos esenciales y de arbitrar en el terreno de la distribución de la renta por medios indirectos, debió haber sido en todo tiempo y ahora, estimular el crecimiento de la población, acrecentar el acervo capital físico y humano y desarrollar la infraestructura de modo que todas las regiones del país se encuentren interconectadas del modo más eficiente y barato. Nada de esto se ha hecho en la medida de lo necesario y conveniente. Por el contrario, el presupuesto ha perdido su función rectora, ha dejado de ser “la ley de leyes” y el tratamiento que merece es de clara subestimación de su importancia.-
El gasto no contempla las preferencias sociales, su asignación es tan deficiente que el país carece de los bienes que el Estado y solo el debe proveer. Resultaría ocioso hacer el listado de las carencias y excesos, porque son por todos los argentinos conocidas y sufridas. La filosofía implícita en la Constitución respecto del presupuesto plantea un enfoque principista absolutamente ajustado al enfoque de las modernas finanzas públicas y opuesto a la “sabiduría convencional”
En efecto, el planteamiento normativo es primero decidir el gasto eficiente y luego propender a su financiamiento genuino. No es recaudar primero y gastar lo que se pueda como es común escuchar en medios interesados. Dijo Alberdi al respecto: “la ley no tiene nada que hacer en los consumos privados, pero puede establecer reglas y garantías para que los consumos públicos o gastos del Estado, no devoren la riqueza del país, para que los recursos del Tesoro Nacional, destinados a sufragarlos, se formen, administren y apliquen en bien y utilidad de la Nación, y nunca en daño de los contribuyentes.” “El conjunto de estas garantías forma lo que se llama el sistema rentístico o financiero de la Confederación.”[33]
La realidad se encuentra muy alejada de tales principios porque el Gobierno a través del Estado dilapida recursos por medio de una extendida burocracia que para justificarse inventa normas y procedimientos para entorpecer el accionar de los contribuyentes. Esa burocracia poco capacitada, nucleada de prácticas que nada tienen que ver con el mérito, alimenta los canales por los cuales los gobiernos obligan a los productores, consumidores y usuarios, a pagar costos por servicios encima de los vinculados con los beneficios que reciben y a los costos de producirlos.-
Alberdi se refiere sagazmente a estos obstáculos.[34] “Es posible afirmar que el Estado argentino pareciera estar imbuido de un prejuicio contra los privados y no comprende que de su jerarquización y grandeza depende la generación de riquezas, que no se efectúa porque sí, sino porque de ella depende la prosperidad de la Nación, el bienestar de los ciudadanos y una mayor cantidad de bienes públicos y de mejor calidad. No hay Gobierno poderoso con un Estado desvaído y carenciado. Y no hay Estado poderoso con una economía nacional pobre.”
El Estado argentino al desconocer esta afirmación, procede como si funcionara al margen del contexto productivo y social. Y en lugar de procurar que el gasto público no entorpezca hasta anular en gran medida el esfuerzo de los privados, insiste, además en financiarlo con un sistema impositivo que completa la maquinaria obstruccionista.-
La Constitución establece un sistema de coordinación tributaria cuya interpretación generalmente admitida y avalada por el pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia, como también por la acción legislativa consecuente, ubica al ordenamiento constitucional argentino, como adscripto al sistema de separación de fuentes en materia de derechos aduaneros y de contribuciones directas y al de concurrencia de facultades respecto de contribuciones indirectas. El sistema se completa con la competencia excepcional y transitoria del Gobierno Federal para establecer contribuciones directas cuando las razones previstas constitucionalmente lo justifiquen.[35]
Tal consistencia ideológica y técnica expresada en la Constitución de 1853-60 fue paulatinamente desvirtuada por la implementación de estructuras impositivas con las características ya apuntadas y que se sintetizan en criterios de urgencia recaudatoria y desconocimiento de los impactos que los impuestos tienen en el cuerpo social. El resultado es un país donde la presión tributaria es nominalmente muy alta puesto que se encuentra en el orden cercano al 33% del PBI[36]. Pero dada la existencia de un muy alto grado de evasión, la presión efectiva para quienes cumplen con sus obligaciones los pone en un verdadero estado de asfixia económica.[37] Asimismo, la falta de reconocimiento de la inflación produce un marcado divorcio entre las tasas nominales y las efectivas que deben afrontar los contribuyentes.-
Está más allá del propósito de este trabajo hacer un análisis pormenorizado de la estructura tributaria argentina. Sin embargo debe puntualizarse que la misma plantea una verdadera distorsión en el Sistema Económico al que llega a desvirtuar totalmente. Esto ocurre porque la división entre impuestos directos e indirectos está relativizada por las imperfecciones de los mercados, de modo que los mecanismos de traslación a precios operan en unos y otros, aunque con diferencias según sectores. En el balance, son los consumidores los que resultan particularmente perjudicados.-
Desde siempre los impuestos se aplican entre nosotros privilegiando sus rendimientos financieros y sin estudios acerca de sus impactos económicos, ni de sus efectos distribucionales, tampoco de su contribución a la formación de capital ni a la competitividad de la economía. Agrava el cuadro de situación la existencia de regímenes de percepciones y retenciones, que plantean costos de financiamiento al sector privado, y que son la consecuencia de la debilidad de la Administración tributaria para controlar al sistema.[38] Ante la expansión del gasto, todos los esfuerzos se dirigen a buscar nuevas alternativas impositivas, ya sea por aumento de los impuestos existentes o por creación de otros. En el plano fiscal, la combinación de malos impuestos con deficiente administración tributaria es igual a alta evasión.-
Como se ha expresado más arriba, la Constitución de 1853-60, delimitó el campo tributario con el criterio de separación de fuentes. Hasta 1890, el gasto total era del 10% del PBI del que el 30% pertenecía a las Provincias. Regía entonces el principio de corresponsabilidad fiscal, ya que sólo el 5% era financiado por la Nación.[39] Más adelante en 1935 el Congreso Nacional dicta un conjunto de Leyes Tributarias entre las que se incluye la de Coparticipación Federal y es a partir de entonces cuando las Provincias, que “son preexistentes a la Nación” pasan a depender financieramente de esta hasta que en el presente, sus gobernadores con simples delegados del Ejecutivo Nacional. Así el Gasto Provincial se ha desvinculado de su financiamiento por ser las transferencias del gobierno central superiores a los propios recursos.-
Naturalmente la ecuación política para los gobiernos provinciales es relativamente cómoda, puesto que el gasto público arroja dividendos al beneficiar a la población cualquiera sea su calidad, mientras que la recaudación de impuestos produce pérdidas en el electorado de mayores patrimonios y rentas. Distinto sería el caso si el Régimen de Coparticipación Federal funcionara en sentido inverso, esto es desde las Provincias a la Nación que debe su origen a aquellas, que es como debiera ser. El país sería entonces auténticamente Federal. Y lo que no es poco, sobre la base del principio de “correspondencia fiscal”[40]
Como ya fuera expresado, el principio establecido ´por Alberdi fue “que los gastos no devoren la riqueza del país….” Es decir que debieran ser ajustados a las necesidades ciudadanas hasta el punto de no interferir en la creación de riqueza.-
Ahora bien, el gasto ha de ser financiado con recursos impositivos y si estos no alcanzaren con el endeudamiento y/o la emisión. El caso es que históricamente los impuestos no cubrieron los gastos y el déficit fue la resultante[41] Forma parte del paisaje tributario a todos los niveles, el juicio negativo que los especialistas hacen respecto de su diseño y por lo tanto, son comunes propuestas tendientes a mejorarlos, según la particular óptica de los proponentes. Las observaciones son legítimas en cuanto todos y cada uno de ellos están mal diseñados y peor implementados. Se estima que la recaudación potencial de impuestos más las de las contribuciones sociales da lugar a una evasión cercana al 40%, lo cual es igual a afirmar que bajo el supuesto de menor evasión, los impuestos debieran ser reducidos.[42] O también que se diseñan descontando la evasión que se admite como normal a sabiendas que la Administración Tributaria no puede fiscalizar con eficiencia un sistema basado en declaraciones juradas en un país donde la mentira la ha institucionalizado el Estado con sus reglas cambiantes y obstaculizadoras.-
El punto es que cualquier alternativa que se presenta del régimen tributario presente, extrañamente, no propone la introducción “como base”, del más eficiente de los impuestos, el único que no tiene efecto precio negativo, con un efecto positivo sobre la producción y además desalentador de la especulación; “El Impuesto a la Tierra Libre de Mejoras” y al que se refirió Esteban Echeverría de este modo. “El impuesto territorial es entre todos el más seguro, el más fácil de establecer, el que menos dificultad presenta, el más fácil de establecer, el que menos dificultad presenta para su recaudación y el que proporciona al Estado, una renta fija.”[43] Impuesto que puede establecerse a nivel Municipal en concurso con las Provincias.-
Autores como Quesnay, Smith, Ricardo, George, Wicksteed, Walras[44], Goosen, Marshall, y Samuelson, entre otros, se pronunciaron a favor de este impuesto, argumentando que, tratándose la tierra de un recurso de oferta totalmente inelástica, el mayor valor que registra al desarrollarse el contexto le pertenece a la sociedad. Al respecto la posición de la Iglesia es que la sociedad dispone de un derecho de hipoteca sobre la tierra.[45]
Si este impuesto, que hoy es prácticamente inexistente desde el punto de vista cuantitativo, se aplicara tendría los siguientes beneficios: a) por tratarse de una suma fija representaría un verdadero incentivo para aumentar la producción, b) al capitalizarse, produciría un descenso del valor de la tierra como factor de producción, c) se modificaría la función producción en aquellos predios donde no se produce o se lo hace con métodos tierra intensivos, d) al reemplazar a los impuestos que hoy gravan la producción, trasladaría la carga desde los más eficientes a quienes no lo son, e) su evasión sería igual a cero, f) daría lugar a que se eliminaran los impuestos distorsivos de hoy[46] y a reducir los que gravan beneficios y consumos.-
Debería agregarse que este impuesto es totalmente compatible con los principios constitucionales de libertad y absoluta apertura de la economía. La lista referida de autores, aleja cualquier referencia a la concepción marxista que le imputan quienes se le oponen. Hay suficientes ejemplos de países que lo aplican y al que le deben la ausencia del desequilibrio social en relación a la tierra.[47]
Detrás de la estructura tributaria se encuentra la preferencia del “hacedor de la misma” en cuanto a la elección de la base de imposición, criterio del que se nutren principios de filosofía social que no pueden pasarse por alto[48] A este respecto ellas son: a) la renta de la tierra, b) el interés del capital y la utilidad empresaria y c) los salarios de los trabajadores, definidas según los factores de la producción, lo cual sería igual a cuáles serían los contribuyentes elegidos, ¿los propietarios de la tierra, los dueños del capital, los empresarios o los asalariados sean obreros o empleados? Pues bien en Argentina hay una clara opción por gravar: los beneficios, y a los asalariados en su doble función de generadores de rentas y de consumidores.[49] Ninguna, si alguna propuesta existe, propone gravar la renta de la tierra. Se opta por gravar a muchos, los consumidores con poco poder político y nada de propiedad inmueble, que a pocos con gran poder político como son los propietarios de la tierra.-
No cabe duda alguna que la respuesta a aquellos interrogantes definiría no ya al sistema económico porque está definido en la Constitución, sino el tipo de sociedad que sería el resultado del mismo.-
Naturalmente una reforma en la dirección apuntada, debe hacerse en el marco de un equipo interdisciplinario que abarque a todo el andamiaje político del país, pues debiera servir de base para restaurar la República Federalista, cuestión que debería demandar vocación por el cambio y un fuerte apoyo político para neutralizar los intereses que se le opongan[50]. Como bien fuera señalado “…el poder de los intereses creados se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas…tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien.[51]
A modo de conclusión
La idea central que corona estas conclusiones es que definitivamente, los problemas argentinos no son en modo alguno de naturaleza económica, sino política. Han sido gobiernos incapaces y poco representativos del conjunto, movilizados por enfoques sectorizados y altamente cargados de ideologías, desprovistos además de ideas, los que produjeron ese resultado.-
Quedó señalado que los déficits institucionales se encuentran en el abandono que se hizo de nuestros principios constitucionales los que se entroncan con un régimen de absoluta libertad en el marco de un mundo abierto. Fueron los Gobiernos, en mayor o menor medida, que al utilizar al Estado para sus propios fines, abandonaron los ideales de nuestros Padres Fundadores y convirtieron a la República Argentina en una verdadera máquina obstruccionista de la capacidad creadora de sus habitantes. Nuestro sistema económico ha sido reemplazado por “el anti-sistema” y el régimen rentístico en una aparato destructor de ingresos privados para ponerlos al servicio de una burocracia contraria al interés general y realimentadora de un insostenible gasto público.-
Se trata asimismo de que se comprenda que la estructura tributaria, además de proveer de recursos suficientes para el financiamiento presupuestario, en armonía con el gasto público, debe inducir al país que debe ser justo, en crecimiento armónico, discriminadora de la ineficiencia productiva y garantizadora de igualdad de oportunidades para todos.-
El que la distancia a tal escenario sea grande, en gran medida fue producto de una verdadera inflación legislativa que en definitiva restó respetabilidad a la ley y a todo el andamiaje institucional. El argentino, agredido permanentemente, levantó sus mecanismos de autodefensa y el resultado ha sido un sistema carente de solidaridad, con la mentira elevada a la categoría de institución nacional y la corrupción que alcanza a todo el cuerpo social. Sin eufemismos puede afirmarse que “el país no tiene semáforos”, que se respeta poco a sí mismo y nadie tiene autoridad para restablecer el orden[52].-
Se impone un cambio cultural y como es natural, tiempo para concretarlo para permitirnos volver a nuestras fuentes. Como dijera Alberdi, las ideas de la Constitución no pueden discutirse, porque surgen de sus principios, pero dentro del margen que ellas imponen podemos debatir acerca de nuestros objetivos como país y los medios para alcanzarnos. El respeto por la República y la pluralidad de ideas, harían así, que nuestra democracia fuera una realidad y no un sueño. Pero además en un país equilibrado en todos sus órdenes, incluyendo el espacial y poblacional.-
Si la tarea se comenzara ahora, será posible en dos generaciones que el avión de la metáfora de Rostow, vuelva a volar. Muchos de nosotros tal vez no lo veamos, pero podríamos en los años que nos quedan, contribuir a repararlo.-
[1] Texto en base a la conferencia pronunciada en el CPCE de San Salvador de Jujuy el 7 de octubre de 2010 y ensayo presentado en el “Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales” perteneciente a la “Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas” el 29 de octubre de 2009.
[2]Profesor Consulto de la Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires. Profesor Pleno de la Universidad de Belgrano.
[3] Hay percepción equivocada que es en el manejo de las Finanzas Públicas donde encuentran los problemas centrales de la economía argentina. Pero esto es parcialmente cierto.
[4] Debe entenderse por tales a todas las manifestaciones que con carácter patológico se encuentras insertas en la sociedad argentina, y que hacen de la misma una realidad frustrante por la no concreción en realidades de sus potencialidades en recursos naturales y humanas
[5] Ejemplo de ello serían los debates que esterilizan los esfuerzos y recursos puestos en ellos, pero que no van más allá de lo circunstancial. Casos en punto serían los vinculados a las retenciones a las exportaciones, a la intervención estatal en los mercados, propiedad pública o privada de los prestadores de servicios públicos, al tratamiento de la deuda pública, a las relaciones internacionales, a los sistemas de seguridad interna en la lucha en todos los campos del delito, y así hasta el infinito podría darse un detalle respecto de los temas que dividen a la opinión de los argentinos y que agravian el bienestar de la sociedad.
[6] Así podríamos mencionar el lamentable estado de la educación, la justicia, la salud pública, la seguridad interior, la indefensión de nuestras fronteras, el clima generalizado de corrupción, la penetración de la droga y otras expresiones negativas de fácil constatación y que hacen que el país de hoy no resista comparación con el que fue nuestro orgullo.
[7] Para tener idea de lo que esto puede llegar a ser, piénsese que la población de la villa 21-24 de la Capital Federal tiene una población de 40.000 has. en 0,65km2 lo que da una densidad de 26.100 hab/km2 (Dr. Hector Sandler – Prof. Consulto Fac. de Derecho Bs. As.
[8] La superficie de la Provincia de Misiones es de 29.801 kms2
[9] De acuerdo con el economista alemán Ernst Wagemann, un país con una densidad inferior a 10 h/k2 solo puede aspirar al desarrollo agrícola-ganadero (nacido en Chile 1884-falleció en Bonn 1956) Profesor de Economía de la Universidad Católica de Chile.
[10] Monseñor Carmelo Giaquinta “Introducción para una justa división de la tierra”, en Conferencia Episcopal Argentina, 2005 (cita de H. Sandler “En Búsqueda del Tesoro Perdido” ed. ICE, 2008 Bs. As.)
[11] Pensadores de la talla de Smith, Ricardo, George, Walras, Keynes entre los más destacados se ocuparon de esta cuestión.
[12] Referencia hecha para América Latina por el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias en la Cumbre de las Américas el 18/4/09.
[13] ¿Por qué la Argentina se estrelló después de despegar? W. Rostow, en J.Tulchin “La Argentina y los Estados Unidos. Historia de una desconfianza”. Ed. Planeta 1990. Pag.65 Citado por H. Sandler op.cit. pag.91
[14] Como expresara K. Wicksell, cuando las minorías se apropian del poder es natural que gobiernen en función de sus intereses. Esto es válido no sólo para la Aristocracia, sino para cualquier forma autoritaria de gobierno.
[15] Es posible imaginar el deterioro a lo largo de una curva exponencial que arranca en 1860. El año 1930 podría identificarse con el punto a partir del cual la curva comienza a empinarse.
[16] F. Hayek en “Los Fundamentos de la Libertad” Ed. Unión Editorial, Madrid, 1975, 2* ed. Pag.161 hace esta distinción. (H. Sandler. Op.cit)
[17] Son las que han violado la liberta de elección y de producir, por ejemplo, en contra de los principios de la Constitución Nacional.
[18] Un detalle pormenorizado puede verse en J.C.De Pablo “La Economía del Siglo XX, Tomo II. Ed. La Ley, 2005
[19] A los que se agregan sus inmediatos colaboradores, como es el caso de los Ministros y Secretarios
[20] Podría afirmarse que la calidad de la burocracia argentina fue buena hasta mediados del siglo XX, a punto tal que haberse desempeñado en ciertas instituciones como la DGI o los Bancos Oficiales prestigiaba a los funcionarios. Debe tenerse presente asimismo la calidad de los investigadores y destacar la obtención de Premios Nóbel en el campo de las ciencias duras. La Universidad Argentina se prestigiaba con un cuerpo de la más alta calidad científica y técnica. Hoy esos atributos de entonces desaparecieron o representan en forma muy aislada, como curre por caso, en el campo de la energía nuclear fundamentalmente.
[21] El límite se alcanza cuando se identifica el ejercicio de la función con un bien ganancial. En este caso el o la cónyuge adquiere un derecho político cuasi natural
[22] Es conocido que la burocracia, para justificarse, crea funciones inútiles.
[23] Las raíces se encuentra en el Régimen Rentístico.
[24] Decreto 18409 del 31 de diciembre de 1943.
[25] Meier Zylberger. “Las raíces totalitarias del fracaso argentino. De la emergencia de 1932 a la de 2006” pag. 19. Ed.Cooperativas, Bs. As.. 2006 (en H. Sandler, op.cit)
[26] Nicolás Shumway. “La invención de Argentina. Historia de una idea” Ed. EMECE, Bs.As. 1993
[27] Desde que existen, gastos, impuestos, tasas de interés, tipos de cambios, regímenes provisionales, aranceles, etc. hay interferencias en la estructura de precios relativos y por lo tanto no hay neutralidad del Estado en la Economía.
[28] J.B. Alberdi “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina”. En esa obra, Alberdi sin mencionarlo explícitamente, le confiere al Sistema Rentístico, el carácter de subsistema que se le confiere en este trabajo y que con no mucho esfuerzo, cualquier estudiante de economía encontrará en el clásico flujo circular de bienes y rentas que integra el sistema económico.
[29] Al que Alfredo Palacios consideró el albacea del Pensamiento de Mayo.
[30] J.B.Alberdi, Introducción de la op.cit.
[31] J.B.Alberdi. en op.cit. al referirse a la escuela mercantil y a la economía socialista, expresa que ellas son opuestas a la doctrina en que descansa la Constitución Argentina.
[32] Con la limitación anotada respecto de la inexistencia del orden democrático y la concentración de la propiedad y la renta en los primeros cincuenta años de nuestra institucionalidad.
[33] J.B.Alberdi. Op. Cit. Introducción
[34] Lo hace cuando se refiere al diálogo entre Diógenes y Alejandro. Lo hace respondiendo a esta pregunta: ¿Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Que no le haga sombra.
[35] Senado de la Nación. Comisión de Coparticipación Federal. “Elementos para la discusión de una nueva ley convenio de coparticipación federal de impuestos”. Pags. 28 y 29 Bs. As. 2001
[36] Consolidación del Estado Nacional y los Estados Subnacionales.
[37] FIEL “La Presión Tributaria sobre el Sector Formal de la Economía” Bs. As. 2006
[38] Prueba de esta afirmación son las reiteradas leyes de olvidos fiscales y moratorias, las que agravan el cuadro de equidad respecto de los contribuyentes que no pueden o no quieren, evadir sus obligaciones.
[39] J. Ávila “Propuesta de Federalismo Fiscal” CEA, Bs.As 2000 para ver La evolución de las relaciones Nación-Provincias, pag.20 y sigtes.
[40] Por este principio queda vinculado el gasto con su fuente de financiamiento
[41] En los años 2004 a 2008 no hubo déficit por el aporte de dos impuestos altamente distorsivos como el que grava los débitos bancarios y las retenciones a las exportaciones. En el último año se agregaron los aportes previsionales por la derogación del régimen previsional de capitalización
[42] FIEL op. cit. caps 5 a 8
[43] Esteban Echeverría “La contribución Territorial” citado por H. Sandler en op.cit. pag. 80
[44] Walras y Gossen eran partidarios de la nacionalización de la tierra. Curiosamente a Walras se lo conoce por sus aportes la teoría del equilibrio general y a la teoría del valor. En cambio, sus ideas sobre economía aplicada son curiosamente pasadas por alto en las universidades.
[45] Este impuesto se aplica en Argentina por parte de las Provincias con el nombre de “Contribución Inmobiliaria, a tasas muy reducidas y sobre una base imponible alejada del valor venal. La contribución a la recaudación es sumamente baja en términos de PBI ya que es de solo el 0,0075. Como ITAEA por ley 18033 se aplicó en el año 1969, pero su implementación fue desvirtuada al aplicarse el pago como anticipo del impuesto a las ganancias, de modo que los grandes propietarios fueron beneficiados en relación a los medianos y pequeños.
[46] Fundamentalmente Retenciones a las Exportaciones, Débitos Bancarios , el actual Impuesto al Patrimonio, Impuestos sobre salarios y Sellos a nivel Provincial
[47] Se aplica preferentemente en los países anglosajones como es el caso de Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y otros. Se aplica a nivel Municipal y Provincial preferentemente.
[48] Por eso, independientemente de la calidad del economista que se interrogue, cada uno será partidario de una estructura tributaria y no otra. No existe criterio de eficiencia que indique cual es la “estructura óptima”
[49] Cuando se grava la producción el impuesto puede trasladarse hacia atrás y grava las utilidades (caso de las retenciones a las exportaciones) o hacia adelante y grava los consumos.
[50] Un avance en la dirección apuntada implicaría reemplazar a las actuales retenciones a las exportaciones por un impuesto del tipo sugerido, con el mismo rendimiento, pero aplicado de manera consistente en todo el agro argentino. Las retenciones hoy discriminan en contra de los productores más eficientes al adicionarse a la curva de sus costos marginales.
[51] J.M.Keynes “The General Theory of Employment, Interest and Money” Cambridge 1973, pag 337
[52] El bloqueo del paso a la República Oriental del Uruguay, es tal vez el más claro ejemplo de la falta de respeto a garantías constitucionales y de la inexistencia del Estado Argentino.
Citar: [elDial.com - DC1500]
Publicado el 17/12/2010
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