Nuestra cultura occidental tiene la necesidad de recuperar datos que han sido deliberadamente ocultados, olvidados y perdidos por impostación filológica y por filtraje académico y universitario producidos básicamente por la Inquisición del Siglo XI al XVII primero y por la nacionalización de la educación superior del Siglo XVIII al XX. La misión de esta Enciclopedia es resucitar la sabiduría necesaria para salvar a occidente del proceso autodestructivo en que se encuentra en pleno desarrollo.
lunes, 28 de julio de 2014
viernes, 25 de julio de 2014
IMPORTANTE MAL DEL CAPITALISMO
THOMAS PIKETTY IDENTIFICA UN
IMPORTANTE MAL DEL CAPITALISMO, PERO NO SU CURACIÓN (*)
por
Charles Lane, 14 de mayo Washington Post
El
año 2014 marca el 50 aniversario de la llegada de los Beatles en Estados
Unidos. Los aliados liberaron París hace 70 años. Y, por supuesto, han pasado
135 años desde el "Progreso y
Miseria", del estadounidense Henry George, publicado en 1879.
Qué
es esto? Nunca oyó hablar de George o de su tratado sobre las causas de la
desigualdad? Se vendieron 3 millones de ejemplares de aquel libro. Tal vez te
perdiste el aniversario de "Progreso
y Miseria" por estudiar atentamente el bestseller igualmente de este
año, "Capital en el siglo XXI"
por el economista francés Thomas Piketty.
Con
su profunda revisión de los datos históricos, que culminó con una advertencia
acerca del capitalismo inexorable, desestabilizadora, la tendencia hacia la
desigualdad - para ser curado por un impuesto sobre el patrimonio mundial - el
libro de Piketty ha motivadoi comparaciones con "Das Kapital", de Karl Marx. Sin embargo, el proyecto de
Piketty puede tener más en común con el libro de George que con el de
Marx. Y no sólo porque cada uno de ellos
llegara a los lectores de Estados Unidos
seis años después de una desastrosa crisis financiera - el Pánico de 1873 para
el caso de George, el colapso de Lehman
Brothers 2008 para el de Piketty.
Analizando
la economía estancada y la brecha entre ricos y pobres de su época, George no
culpó a los mercados libres, a los que él consideraba justos y eficientes, pero
sí a su corrupción por unos pocos privilegiados. Específicamente, George
argumentó que los propietarios de tierras gozaban de una alta y creciente participación en los de ingresos EE.UU. a
pesar de que su pretensión se basara en algo tan improductivo como el gozar del
mero titulo de propiedad sobre la tierra
- a diferencia de esfuerzo de trabajo de los obreros o la participación
real en los riesgos corridos por los
inversores de capital.
Para
George, la solución era abolir todos los impuestos, excepto un "impuesto
único" sobre el valor de la tierra. Puesto que la tierra ni se crea ni se
destruye, los impuestos sobre ella no
reduciría ni la riqueza total de la sociedad ni los incentivos de los
propietarios para poner la propiedad en un uso productivo , puesto que los
edificios y otras mejoras no serían gravadas. Por el contrario, la imposición
de la tierra, y sólo a la tierra, para pagar las cuentas del Gobierno, permitiría
a la mano de obra y el capital buscar su uso más productivo y por lo
tanto hacer crecer la economía. Una enorme fuente de riqueza no ganada es
contenida, cuando no se la elimina. El
capitalismo sería redimido y salvada la democracia.
"No es suficiente que los
hombres y las mujeres puedan votar", escribió George (incluyendo un género
que no podía hacerlo en ese momento). "Ellos deben tener la libertad para
hacer uso de las oportunidades y los medios de vida; deben estar en igualdad de
condiciones con referencia a la generosidad de la naturaleza. . . . Esta es la
lección de los siglos. A menos que se establecerán bases justas, la estructura
social de los Estados Unidos o cualquier otro país no puede subsistir ".
Del
mismo modo, la preocupación de Piketty sobre la tendencia a crecer la
rentabilidad del capital (que define con inclusión de bienes raíces, así como la riqueza
financiera) superando al crecimiento
económico , tambien le preocupa el
aumento de riqueza no derivada del
trabajo y la inversión de capital
cobrada sobre los recursos de la sociedad. Para Piketty, como George
el mayor admirador de la eficiencia del
mercado y oponente al proteccionismo, la resultante de acumular riqueza en
relativamente pocas manos, amenaza la
justicia económica, el dinamismo económico y a
la democracia. "La desigualdad extrema hace que sea imposible tener
un correcto funcionamiento de las instituciones democráticas", dijo
Piketty en una reciente reunión en el Instituto Urbano de Washington.
Y
así, a la manera de una actualización de
impuesto único de Henry George, Piketty propone un impuesto sobre el patrimonio
mundial, haciendo afirmaciones similares acerca de sus beneficios tanto para la
igualdad como para el crecimiento. Para Piketty y George, la línea de fondo,
tanto en lo moral como lo económico, pasa por socializar "renta"
. Concepto “renta” no en el sentido coloquial, pero en el
sentido económico de ingresos no fundados en
la productividad.
Se
trata de una visión atractiva: una sociedad igualitaria, productiva, purgada de
parásitos que solo buscan rentas. Vamos!, tanto Piketty con su impuesto sobre el patrimonio mundial y George
con solo el impuesto a la tierra sufren del mismo defecto: no son prácticos
desde el punto de vista político, aunque después de todo, George casi consiguió que lo
eligieran alcalde de la ciudad de Nueva York en 1886.
Es
la dificultad inherente de separar el componente productivo que ha de
quedar libre de impuestos separado de la rentabilidad de la tierra o el capital
improductivo , que sí han de ser gravados. Lo que es claro en las páginas de un
tratado es más oscuro en la práctica. El
precio de mercado de un terreno baldío puede reflejar usos productivos
potenciales, así como el riesgo para un comprador apostando por ellos. Un
análisis similar se aplica a la tasa de rendimiento del capital.
Es
difícil concebir un impuesto sobre la riqueza formada por cantidad importante de ingresos. Pero no hay que desanimarse, pues
aplicándolo algún ahorro socialmente
beneficioso o mayores emprendimientos se lograrían.
Las
potenciales consecuencias adversas no deseadas - económicas y políticas - es
mayor de lo que Piketty parece darse cuenta. Grandes fortunas privadas suelen
dar derecho a sus titulares a apropiarse de una parte desproporcionada de los
ingresos actuales que corresponden a la
sociedad y con ello lograr poder político. Aunque a veces, sin embargo, la riqueza privada puede
servir como una fuente para la caridad o, de hecho, ser un baluarte contra
extralimitación de los gobiernos.
Hemos
estado debatiendo el equilibrio adecuado desde el siglo XIX y, probablemente lo seguiremos haciendo más
allá del Siglo XXI.
(*) the IU view Newsletter of the International Union for Land Value Taxation theIU.org. August , 2014. Tr. Hector Sandler
martes, 22 de julio de 2014
EL ESTADO TERMINATOR Y LA RECURRENTE CRISIS ARGENTINA Raul Girbau
Ernesto Sandler, empresario en
medios de comunicación nacional e internacional , fundador del Multimedios
UTILISIMA SATELITAL y del PROGRAMA para Internet YOU MUJER, actual presidente de Bellavision
Entertainment acaba de publicar EL
ESTADO TERMINATOR. En él el empresario argentino examina de modo hilvanado
y consistente nuestra realidad social desde un punto de vista multidisciplinario, como es hacerlo examinando
hechos, aspiraciones individuales e ideales colectivos desde aspectos legales, económicos, políticos y culturales. Pone especial
atención a los aspectos los que han obrado en la configuración de nuestra
sociedad actual a partir de la mitad del Siglo XX al día de hoy.
El
desequilibrio permanente, es el título con el que nos introduce en
interesante como ameno libro, muy oportuno dado el proceso electoral que se
avecina. Preocupado por la emergencia de una nueva crisis , propia de la ya clásica serie de crisis decenales que nos afligen desde los 1950, pone sobre la mesa datos
contundentes la existencia en nuestra sociedad de severa contradicción
existencial, como sociedad y como individuos. Mientras cada uno de sus
habitantes, como individuos, más allá de diferencias políticas, intelectuales,
de clase o de actividad profesional, trata
de hacer su vida según valores propios
de una economía de mercado, a la
hora de abrazar y postular sus ideales sociales y políticos y, sobre todo, cuando actúan desde en la función pública, lo hacen obrando embargados por una conciencia social por completo contraria
a la primera. En lo público los argentinos valoran, juzgan y actúan para
sostener e incluso ampliar orden económico que, de hecho y de derecho, es cada
vez más dirigido por el Estado nacional.
En el capitulo El ADN del ideario económico, sostiene
que los argentinos – respecto del orden económico - “están convencidos que el Estado representa el bien común, mientras que las personas son egoístas y contrarias al
bienestar colectivo”, razón la cual – más allá de las fuertes diferencias que
separan a dirigentes y partidos en otros campos, la mayoría cree que “el Estado debe asumir la conducción
integral de la economía, desplazando o controlando a la gente que solo esta
preocupada en satisfacer sus necesidades personales”, pues “la economía privada es socialmente
cuestionada y mal vista”.
Ante esta realidad , de la que
da múltiples ejemplos de nuestra vida real, afirma Sandler que “no
se puede seguir sosteniendo que las crisis recurrentes de nuestra economía son
obra de los malos funcionarios, políticos corruptos o técnicos incapaces. Es
hora de poner los ojos sobre la raíz de nuestro problema” , la que a su
juicio explica la real dicotomía entre las aspiraciones
personales de cada argentino, guiada por una fuerte conciencia individual, rayana a veces en el egoísmo, y el ideario social dominante que embarga a los mismos individuos. Una conciencia
social y pública que propicia y
sostiene políticas de Estado cuyos efectos llevan a la progresiva ruina de nuestra
sociedad y con ella la de todos sus miembros. Esta dicotomía, si bien tiene
antecedentes históricos lejanos, en la actualidad obra como una culpa, la que con creciente fuerza
nos ha introducido en el tirabuzón de la decadencia como nación y como miembros
de ella. Cupla de la que es preciso y con urgencia escapar, antes que sea
demasiado tarde.
El libro está
dirigido a dirigentes sociales, políticos y sindicales. Esencialmente a los
gobernantes y a los que aspiran gobernar en los próximos años.
El ensayo
intenta poner en evidencia que los argentinos históricamente adhieren emocional
y racionalmente a un tipo de Estado que es contrario estructural y
funcionalmente al desarrollo, la estabilidad, el progreso y el crecimiento
económico del país y cada uno de sus habitantes.
El Estado que
los argentinos han construido ha destruido sistemática y permanentemente la
moneda nacional, la seguridad jurídica, la estabilidad institucional, el
federalismo, la transparencia gubernamental, la eficiencia administrativa y el
uso racional de los recursos aportados por los sectores de la producción y – lo
peor de todo – generando un alma nacional
que afecta seriamente el alma individual de cada habitante, con lo cual
nosotros mismos somos la causa de nuestra derrota.
Es hora de
cambiar ese sentimiento de idolatría hacia un Estado destructor, omnipresente y
contrario al progreso social. Ha llegado el momento que los argentinos
perciban que existe otro tipo de Estado, que se distingue del actual por ser
eficiente, democrático y participativo, gracias al cual ocurrirá la convergencia productiva entre lo público y
lo privado. Los argentinos debemos comprender que es posible
construir otro tipo de Estado. Uno que no se ponga por encima de la gente
so pretexto de protegerla ni menos aún se atribuya un poder que someta nuestras vidas
y condicione la posibilidad de cada uno de hacer su propia vida en un ambiente
de fraternidad social.
No nos
conviene – dice el autor - un Estado que so pretexto de brindarnos un supuesto
mejor derecho teje cada día una más espesa maraña legal que nos obliga, en
verdad, a rendirle pleitesía como condición de sobrevivencia. El Estado
que necesitamos ha de ser un baluarte
contra la corrupción y amigable con todos sus habitantes, en especial para con
sus trabajadores, sometidos a una expoliación impositiva que reducen al 50% ,
cuando no aniquila, sus ingresos. Un
Estado capaz de mejorar la prestación de
servicios en seguridad, educación, salud e inclusión social, que sea la palanca
que nos posibilita un mejor porvenir y no la pala que cava la fosa de la cual
ninguno puede escapar.
En estos días
el libro del economista francés Thomas Piketty ha sido un llamado de atención
sobre la necesidad de revisar el pensamiento dominante en los países
desarrollados de Europa Europea y los EEUU. El libro de Ernesto Sandler puede
cumplir un efecto semejante a favor de una reorientación del pensamiento
social-económico vigente en nuestro país.
El libro
contiene los siguientes secciones: Introducción
– Cap. 1 La planificación Económica –
Cap.2 Economía Pública – Cap.3 Reforma del Sistema Tributario – Cap.4 Por un Estado de Convergencia Social. 384 págs.
domingo, 20 de julio de 2014
"Capital en el Siglo XXI" EL LIBRO QUE ESTÁ ENLOQUECIENDO A LOS SUPER RICOS,
EL LIBRO MÁS VENDIDO ESTÁ ENLOQUECIENDO A LOS SUPER RICOS,
Rana Foroohar, Revista
Time , Negocios, Abril 23 de 2014
Tr. Hector Sandler
23 de abril 2014
Hay
muchas razones por las 685 páginas tomo del académico francés Thomas
Piketty, Capital en el Siglo XXI , "ha
abovedados a la parte superior de la lista de libros más vendidos de Amazon.com
y está siendo discutido con igual fervor por los principales responsables de
las políticas económicas del mundo y de clase media que se preguntan por qué no
han conseguido un aumento en años. La
razón principal es que prueba, fehacientemente y con claridad, lo que todos
hemos sospechado desde hace algún tiempo: Los ricos se hacen más ricos en
comparación con todos los demás, y su riqueza no gotea hacia abajo.
De Piketty examina
datos minuciosos durante siglos por valor de los registros de impuestos en
lugares como Francia, los EE.UU., Alemania, Japón y el Reino Unido y ofrece una
prueba clara de que con los grandes acontecimientos como guerras mundiales o
intervenciones gubernamentales como el New Deal , los ricos se hacen con una
parte cada vez mayor del pastel económico del mundo. Esto se debe a las ganancias sobre el
capital (es decir, las inversiones) superan a los de PIB. Resultado: las personas con un montón
de inversiones toma un pedazo más grande de la riqueza del mundo, en relación
con todos los demás, con cada año que pasa. La única vez que realmente cambia
es cuando los ricos pierden un paquete (como sucede con frecuencia en tiempos
de conflicto global) o el crecimiento llega a través de una reconstrucción que comienza
de un salto (como a veces se hace después de las guerras).
Esto es
particularmente cierto en tiempos de crecimiento lento, como lo que hemos visto
en los últimos años. He escrito cualquier número de columnas y blogs
sobre cómo flexibilización cuantitativa ha impulsado el mercado de valores,
pero en realidad no siempre el tipo de patada que se necesita para impulsar el
crecimiento de los salarios en la economía real, ya que beneficia
principalmente a las personas que disponen de existencias, eso es los más ricos,
o sea 25% de nosotros. Mientras tanto, el consumo y el
crecimiento de los salarios permanecen estancados. Y como dice Piketty es probable todo que
empeore antes de mejorar. No es de extrañar que un anuncio en el metro de una
compañía de almacenamiento decía: "La aristocracia francesa no lo vio
venir , esta tampoco."
Ese es uno de los más
grandes de mensajes de Piketty ; la desigualdad será lenta pero seguramente
socavará la fe de la población en el sistema. Él
no cree, como lo hizo Marx, que el capitalismo simplemente se queme con el
tiempo. De hecho, él dice que los
mercados tanto más sean perfectos y
avanzados se convierten (al menos en términos económicos), y mejor será su
funcionamiento y más completa la forma
en que sirven a los ricos. Pero sí cree que el aumento de la desigualdad conduce
a una unión menos perfecta, y una probabilidad de un grave malestar social como
la que reflejó su Francia natal a finales de 1700. De hecho, la colección detallada de
datos de riqueza en la forma de elaborar los ingresos y los registros de
impuestos convirtió a Francia en una rica fuente de datos para su libro. (¡La burocracia es bueno para algo!)
Mi impresión de este
libro es similar a la del columnista del The New York Times , Paul Krugman. Su libro va a ser recordado como el
tomo económico de nuestra época. Básicamente,
Piketty ha condenado a muerte, con datos, las falacias de la economía gota a
gota y la curva de Laffer, así como la noción cada vez más fantáseosa que todos
podemos simplemente arrancar nuestro camino para ingresas en la lista de Forbes
400.
Es revelador e
importante que Piketty no tuviera que forjar su carrera económica en Estados
Unidos, como muchos pensadores más destacados hacen, con lo que se apartó de la
obsesión por los modelos matemáticos no
realistas, que florecieran en el 1980, con exclusión de casi todas las demás
ideas y disciplinas, y de las falsas ideologías que fueron utilizados para
justificarlo. "La verdad es que la economía nunca
debería haber intentado divorciarse de las otras ciencias” dice Piketti.
Sólo podemos esperar
que los políticos que se ocupan de los programas económicos hoy lleven este libro
a su corazón.
viernes, 18 de julio de 2014
Si la plusvalía transformó París, ¿por qué no usarla en América Latina?
Si la plusvalía transformó París, ¿por qué no usarla en América Latina?
by Gabriel Nagy · 15 julio 2014
Uno de los mitos de la plusvalía es
que eleva el valor de la tierra y encarece la vivienda. Es tan
arraigado el mito y tan alto el desconocimiento de este concepto, que
los propietarios de tierras lo aborrecen y erróneamente lo han usado
como justificación para especular.Lo cierto es que el instrumento de plusvalía sirvió para financiar las transformaciones de París. En efecto, hacia la segunda mitad del siglo XVII, los lobos rondaban libres por las calles de París. Pero la visión de Luis XIV y la determinación de las autoridades municipales hicieron de la capital francesa la primera ciudad de la historia moderna que no creció espontáneamente, pasando de villorrio a una expansión urbana con planificación.
Pont Neuf, Paris, Francia. Foto por Wiki Images
Obras como el Pont Neuf, el puente que transformaría la manera en que las ciudades europeas se relacionan con los ríos, y la Place Royal, hoy la Place des Vosges,
una plaza que cambió el concepto del espacio público, fueron posibles
porque Enrique IV fue el primero en reconocer el valor de las mejoras
por obras públicas y el papel que dichos proyectos podrían jugar para
financiar la expansión de la ciudad.Cuando vemos que nuestras ciudades crecen sin ninguna planificación,
¿Por qué no pensar cómo este instrumento de gestión podría ayudarnos a un mayor desarrollo en nuestras ciudades?
La plusvalía no es un impuesto, es un mecanismo que permite a los municipios recuperar entre el 30% y el 50% del mayor valor, como resultado de una decisión o inversión de la autoridad local. La plusvalía se puede definir como un ‘plus’ o un ‘más’ al valor del terreno, por un cambio en las regulaciones urbanísticas o por la ejecución de obra pública que permite el desarrollo del terreno.De acuerdo a Juan Felipe Pinilla, los hechos generadores de plusvalía por efectos de cambios en la regulación urbanística son tres:
- Incorporación de suelo rural a suelo de expansión urbana, o la consideración de parte del suelo rural como suburbano.
- El establecimiento o modificación del régimen o de la zonificación de usos del suelo.
- La autorización de un mayor aprovechamiento del uso de la edificación, bien sea elevando el índice de ocupación o el índice de construcción, o ambos a la vez.
La plusvalía es un instrumento de gestión que prioriza el desarrollo y promueve el uso eficiente del suelo urbano. Le permite al promotor o desarrollador vender un número adicional de unidades como bono, que compense los costos, y hagan el negocio inmobiliario factible y rentable.
La ciudad, las autoridades y la comunidad se benefician al recuperar una parte de la inversión en el esfuerzo de urbanizar. El mercado de tierras se autorregula y los promotores inmobiliarios adquieren terrenos. Esto les permite consolidar bancos de tierra, hacer integración de terrenos y desarrollar proyectos donde pueden sacar ventajas de las economías de escala.
Romper los mitos alrededor de la plusvalía, permitirá frenar la especulación y generar un desarrollo urbano planificado, más sostenible, así como en Paris, más espacios públicos donde personas de todos los estratos y condiciones económicas interactúen y disfruten la arquitectura y la calidad de vida de la ciudad.
martes, 1 de julio de 2014
LIBERALES LIBERTARIOS: "LA BARBARIE LETRADA" de Juan Bautista ALBERDI
"Existe una Barbarie Letrada mil veces mas peligrosa que
todos los indios de America" J. B. Alberdi
UN ERROR FRECUENTE EN LOS LIBERALES LITERARIOS
Héctor Sandler, profesor Consulto, Derecho, UBA
En el diario La Nación de hoy (Lunes ,30-jun-2014) Vargas Llosa dedica un extenso comentario a Ortega y Gasset, con motivo de la biografía que sobre éste ha escrito Jordi Gracia, titulado El fracaso de Ortega y Gasset (Taurus). La reseña abarca diversos aspectos de la vida del filósofo y hombre público español, de los cuales nos interesa comentar los párrafos que aluden a la fuerte vocación y actividad política de Ortega y Gasset. Respecto de éstas concluyen Jordi y Vargas Llosa que ella remató en colosal un fracaso. No solo porque terminada la sangrienta guerra civil tuvo que exiliarse, sino porque a pesar de haber militado en las filas republicanas, con la cabeza gacha y a boca cerrada, regreso a España para vivir bajo el régimen falangista del dictador Franco.
Esa suerte no tuvieron miles de sus compatriotas,
entre los cuales recuerdo al republicano
abogado vasco don Carlos P. Carranza, contemporáneo de Ortega y Gasset,
por años exiliado en nuestro país. Fue
insigne autor de varios libros explicando
las bases legales y económicas necesarias para que todos los habitantes
de un país gozaran de un igual derecho de acceso a la tierra y que la renta que
sobre ella crece fuera la base del fondo para afrontar el gasto público.
Estudioso de Álvaro Florez Estrada fue
admirador de Belgrano y Rivadavia como inspirador y promulgador,
respectivamente, de la Ley de Enfiteusis de
1826. Tipo de ley indispensable para
establecer una economía privada ordenada por mercados libres y otra economía pública sustentada con lo recaudado en concepto de valor de la
tierra libre de mejoras. No por ocurrencia, sino para que sea la base material necesaria de
los ideales de libertad individual, igualdad de trato y justicia social.
Gracia y Vargas Llosa lejos de atribuir a su
ignorancia en economía y derecho el fracaso de Ortega, cuando trata de
concretar su vocación política, lo
atribuyen a la incomprensión del pueblo español, sin mayores distinciones En pocas palabras,
Ortega y Gasset estaría imbuido de tan excelsos ideales políticos que quedaban fuera
del alcance del hombre común. .
Conviene a todos los argentinos reflexionar
sobre estos comentarios de Vargas Llosa y Jordi Gracia, pues ambos cometen el
mismo error que , para colmo, se propaga entre nosotros. Tratan de explicar el
fracaso político del filosofo español por su adelantado idealismo. Por haber
hecho propuestas demasiadas avanzadas para
el común de sus conciudadanos, la mayoría
simples campesinos y todos asalariados.
Que la violencia y el salvajismo imperó en ambos
bandos a partir del estallido de la guerra civil , esta fuera de cuestión. Pero también lo está
que fue largo el período anterior a la irrupción de Franco. Este largo periodo tratando
de poner en pie la República
estuvo saturado de ríspidas discusiones entre los propios “republicanos”.
Sentimientos e ideologías diferentes predominaban en ese combate civil, en el que las mas disparatadas
ocurrencias semejaban a los dioses y
diosas griegos que intervenían en la guerra de Troya a favor de unos y otros Pero justo en este abierto combate de ideas era la ocasión
para que un hombre del talento y el crédito intelectual que ya gozaba Ortega y
Gasset , hubiera puesto de modo claro y preciso
las ideas sobre el necesario orden económico a concretar mediante pocas y
precisas leyes a fin de establecer así la base material que una república
democrática requiere. Y es aquí donde Ortega y Gasset brilló por su
ausencia. Cuando en su patria desde Jovellanos hasta Flores Estrada las ideas
fisiocráticas han calado muy fuerte.
Consideramos necesario analizar desde este punto
de vista lo que mas abajo se transcribe del articulo de Vargas Llosa, porque también entre nosotros se ha dado y
repite hoy, a modo de clisé, que muchos de nuestros gobernantes contemporáneos no han sido
comprendidos por los hombres de su tiempo. En ciertos casos puede ser verdad;
pero han sido mucho mas frecuentes los casos en que los
fracasos de los gobiernos democráticos se han debido a una supina
ignorancia de quienes ejercían directa o indirectamente el poder político.
Desconocían que pocas leyes positivas son
bastantes para establecer las bases económicas que hagan posible la
libertad individual, la igualdad de oportunidades y la fraternidad entre los
habitantes. Para colmo, se calla que este saber fue el inspirador de la Revolución de Mayo en materia legal y económica, que fue
cultivado en la Asociación de Mayo presidida por Esteban Echeverria e incorporado en normas de la Constitución, aun
vigentes por obra de Alberdi. Aparten la
atención los estudiosos del derecho de
las famosas Bases,
pues fueron escritas para elegir la Constitución entre muchas el modelo que necesitábamos
para poblar nuestro desierto país con “todos los hombres que quieran habitar el
suelo argentino”. En cambio, recomiendo
estudiar a fondo su Sistema Rentístico de 1854, escrito por Alberdi después de aprobada
la Constitución para que diputados, senadores, presidentes y jueces interpreten y apliquen sus normas para
poner en pie el orden económico ordenado por la Constitución.
La inquietud y actividad de Ortega como político
– dice Vargas Llosa - . “fue tan
importante como la intelectual. En su juventud, en su temprana y media madurez,
ambas vocaciones se fundían en una sola; quería ser un gran pensador y un gran
escritor para cambiar a España de raíz, volverla europea, modernizarla,
democratizarla, lo que para él -como para los intelectuales que atrajo a la Agrupación al Servicio
de la República-
significaba llevar a gobernar el país a sus hijos más cultos, inteligentes y
decentes, en vez de esa clase política que desprecia por mediocre, falta de
ideas y de creatividad, acomodaticia y cínica.
Queda bien a la vista que para ambos – Ortega y
Vargas Llosa – la cuestión del buen orden social queda resuelta con una clase política ilustrada y
decente. Una simple lectura al libro de Alexis de Tocqueville La
Democracia en
America, basta para descalificar por completo este juicio. La democracia es
el sistema político en que los hombres comunes cuentan. No hay que seleccionar
a los mejores, sino que debe dictarse un
orden legal que establezca un orden económico que fomente la libertad de decisión
y acción para que todos y cada uno pueda lograr su bienestar mejor a través de decidir dónde y como
trabajar.
“ A
tratar de formar un movimiento que materialice ese proyecto dedica buena parte
de su tiempo – continua Vargas Llosa - pues él está convencido de que
se trata de una acción cultural, de diseminación de ideas nuevas y fértiles, y
eso explica que se vuelque de ese modo a la tarea periodística, en diarios y
revistas, convencido de que ésa es la mejor manera de cambiar la política en
uso, contagiando entusiasmo por unas ideas y unos valores que deben llegar al
gran público de la misma manera que llegaban a sus estudiantes: a través de la
persuasión. No es difícil advertir que en los escritos de Ortega no hay consideración alguna sobre las bases
materiales necesarias para la vida de cada no y las legales para un orden económico
construido mediante el ejericio de la libertad individual. Ni vestigios hay en
su obra que denuncien, al menos, la importancia de determinado tipo de orden económico – el de libre mercado
- para que puedan emerger y concretarse los ideales sociales..
Hasta lo que mi conocimiento alcanza no conozco
escrito alguno de Ortega y Gasset que trate del orden económico, orden necesario para que se sostenga como realidad
un orden político democrático y republicano. Si tal escrito existe, ruego al
lector avisado me lo ponga a disposición para leerlo.
Igual desconocimiento padezco acerca del orden legal auspiciado por Ortega y
Gasset para constituir un orden económico
en el que el trabajador (de toda clase y condición) sea el dueño exclusivo del
producto de su trabajo, es decir su salario, el inversor dueño del fruto de la inversión
de sus ahorros, esto es el interés , y que el gasto público sea calzado con la recaudación de la renta del suelo que los gobiernos han
de recaudar tasando a la tierra libre de
mejoras y a precio de mercado.
No veo por ningún lado que Ortega y Gasset en
tanto político sea – como dice Vargas Llosa -
“uno de los grandes pensadores de nuestra época, y que, precisamente en el
tiempo en que vivimos - no en el que él vivió”,
ni menos aun que sus ideas políticas hayan sido en buena medida
confirmadas por la realidad de la
España actual con millones de hombres sin trabajo ni
perspectivas de tenerlo en el
porvenir.
Vargas Llosa cierra su articulo con este
pensamiento: “leer a Ortega y Gasset no es un quehacer arqueológico, sino una
inmersión en un pensamiento candente, muy provechoso para encarar la
problemática actual”. Mas allá de mi
aprecio hacia la persona de Vargas Llosa,
casi en prueba de amistad, sostengo que padece de un grave desconocimiento de
los requisitos materiales, legales y económicos, para que el liberalismo que dice apreciar sea
una realidad en nuestros pueblos latinoamericanos.
Buenos Aires, junio 30 de 2014
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