domingo, 28 de febrero de 2021

Universidad Generadora de Injusticia, Desigualdad y Violencia.

 

¿Cuáles son algunos de los grandes problemas en Argentina?

Héctor R. Sandler, Profesor Consulto, Derecho, UBA

Dimas Otanio, licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad de San Andrés,  en la columna QUORA , respondiendo a la pregunta del título expuso sobre el malestar social de nuestro país. Si bien describe parte del malestar económico social argentino e inserta  una pequeña foto de un barrio céntrico de la ciudad de Buenos Aires, capital “política, social y económica” de la Argentina, en ningún momento se refiere a la grave dicotomía habitacional que la foto muestra. Con esta falta, sin quererlo, omite  mencionar al problema básico fundamental causante de nuestro permanente desorden social . Esta elusión no es excepcional; es la falla básica en las ciencias sociales aplicadas a la Argentina.

 


En la foto presentada por el licenciado Otanio que aquí reproducimos,  aparecen los dos rostros de la mayor tragedia que padece nuestro orden social: la desigualdad en el acceso a la tierra por causa de la apropiación privada de la renta del suelo. En el fondo, aparecen lujosos edificios en PH; al frente con carácter dominante las crecientes “villas de emergencia” construidas a las apuradas  en terrenos tomados del espacio público. La aparente pacífica coexistencia  de esta duplicidad a la vista de todos muestra que las leyes dictadas para nuestra sociedad producen doble efecto: a) causan desigualdad y b) degradan la “conciencia social” al extremo de tener por correcto al derecho causante de esta desigualdad.

Esta miniatura fotográfica muestra – como en un examen celular – los efectos causados por el orden legal establecido por el Código Civil de 1869 y la legislación impositiva dictada en su consecuencia partir de los 1930.  En lo que sigue  trataré describir este núcleo del derecho positivo generador de  varios efectos: el estado de “conflicto social permanente” , la tendencia a la “creciente dirección estatal de la economía”  y la inevitable conformación de oligarquías políticas y sociales ajenas al interés general. Este “combo” vacía a la democracia de contenido social, tal como anticipara Juan Bautista Alberdi en 1854 en la Introducción a su Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina.

En nuestro país,  con la mas extensa llanura fértil del mundo,  escasea la tierra

La ciudad de Buenos Aires con una superficie de unos 200 km2 es habitada por una población  de casi 3 millones de personas, cantidad que se  duplica durante el día. ¿De dónde provienen a diario estos “ocupantes transitorios”?  Pues de los alrededores, zona que se denomina Área Metropolitana o Gran Buenos Aires, cuya tierra pertenece  a la Provincia de Buenos Aires. La superficie de la CABA más  la del Gran Buenos Aires  frisa en unos 13.000 km2. Superficie territorial insignificante en un país como la Argentina cuyo territorio continental es de unos 2,800.000 km2. El “porcentaje” del  territorio de la CABA mas el Gran Buenos Aires es apenas “un punto grafico” en el mapa del territorio total del país. Sin embargo  en ese “punto” habita cerca del 30% del total de 44 millones,  la población total argentina y en él se concentra alrededor del 90% del “poder económico”. Esa “aglomeración” de población es bordeada y saturada por  “villas miseria” y “hacinamientos”. Esto ocurre en el país con la segunda llanura fértil  del globo terráqueo. El vastísimo territorio argentino mide de 2,800.000 km2 y equivale a la suma de las superficies de estos 10 países de Europa:   Polonia, Alemania, Dinamarca, Países Bajos,  Austria, Rumania, Grecia, Italia, Francia, España y Portugal (Superponga el lector el mapa del territorio argentino sobre el suelo en que están asentados  estos países y vera que gruesamente son superficies equivalentes). Sin embargo, salvo un par de “aglomeraciones menores”– muy menores en comparación a la “metropolitana” – como son de la el gran Rosario y el gran Córdoba. en el resto del territorio domina el desierto.

Esta pésima distribución demográfica  muestra el mas grave fracaso argentino: mientras  la población de esos 10 países, sumadas, alcanza a unos 280.000.000 de habitantes, nuestra población, que en amplia mayoría son descendientes de esos pueblos, apenas llega a los 44 millones. Con estos agregados: mientras en la poblada Europa arriban inmigrantes cada día, la Argentina padece desde mediados del siglo XX una emigración crónica.  Cada año emigran alrededor de 50.000 jóvenes argentinos en busca del lugar que en su país no encuentran.

El Derecho puede ser base de bienestar general o umbral del infierno social

¿Cómo es posible este “desastre demográfico” cuando la Constitución Nacional de la Argentina dictada en la que aun manda el principio “gobernar es poblar” y su Preámbulo “invita a todos los hombres del mundo a poblar el territorio argentino”? El “desastre demográfico” (aglomeración urbana más desierto territorial) es una flagrante violación a la Constitución. ¿Cómo ha sido posible? Es deber de todo argentino estudiar  las  causas de ese fracaso constitucional  para ser remediado.

A nuestro juicio una principal raíz del fracaso de la Constitución radica en el contenido de las  leyes dictadas para efectivizar lo mandado por ella.  Dictadas  para “constituir al país” que ella manda, han constituido otro muy diferente. Desde este punto de vista dos principales sistemas legales han frustrado al mandato constitucional:

1)      El régimen legal de propiedad sobre la tierra establecido por el Código Civil (de 1870 vigente por el Código actual).  Este régimen  incluye dos derechos distintos: a) uno correcto: la apropiación particular de la cosa material llamada “tierra” indispensable para la vida  y la producción y b) otro incorrecto: el aprovechamiento por parte del propietario del “creciente valor de mercado el lote de tierra”, llamado “renta del suelo”. Este no es cosa sino valor y  por su origen y destino ha de ser tratado por la ley como lo que es: un valor de la sociedad. Así tratado se evita la “especulación con la tierra” que beneficia a unos y perjudica a otros  y se beneficia a todos, pues la “renta de ese valor” se aplica a  formar el tesoro para obrar el gasto público.

2)      Los impuestos: Un remedio transitorio convertido en sistema permanente. El régimen del Código Civil hizo sentir sus malos efectos desde un comienzo frenando cada vez más la inmigración de habitantes dispuesta por la Constitución. Las dimensiones del territorio argentino y las condiciones mundiales anteriores a la guerra 1914-18 aminoraban los malos efectos; pero éste “soportar el estado de cosas”  y la reducción de la posibilidad exportadora de la Argentina,  tras la crisis de 1929 con más la tendencia hacia el “proteccionismo económico” en el mundo, cambió nuestro destino. Nuestros “ingresos por exportación” cayeron y hubo necesidad de “cambios de política económica”. Entre las reformas sugeridas merece ser recordada la del presidente Roque Sáenz Peña, procurando “recaudar la renta anual de la tierra libre de mejoras”, para que la tierra dejara de ser “objeto de especulación” y fuera accesible a la población trabajadora.  Sus proyectos de ley no prosperaron. Sin embargo en los 1930  la “crisis del tesoro” se hizo presente y un remedio había que aplicar. Con el velado pero claro propósito de no afectar a los propietarios en tierras,  el remedio apunto recaudar de los ingresos de los trabajadores e inversores de capital. Así en 1932 se dictó la Ley de Impuesto a los Réditos. Por esta ley se pagarían impuestos por el trabajo y el capital, aunque  solo por un breve tiempo: por 3 años.

3)      Una vez más lo “temporario” paso a ser “permanente”. Vencidos los 3 años se la prorrogo diez años más y así sucesivamente por otro tanto hasta que paso a ser el “corazón” del sistema impositivo argentino. Para colmo, en los 1970 se le agrego el “impuesto al consumo” (IVA). En la actualidad, alrededor de 170 impuestos castigan a la producción, el comercio y el consumo argentino mientras  prosigue la especulación con el valor de la tierra. practicada hoy por todo el que puede, pues para la conciencia social argentina es “normal” que así ocurra. La venalidad social de este “negocio” aparece  en el lenguaje cotidiano: no se habla del negocio de la tierra sino del provechoso “negocio del ladrillo”.

La ciudadanía debe asumir el problema descripto y acometer la reforma legal  

Si el poder destructivo de estas dos “fallas legales” dadas en los cimientos del orden social no es comprendido,  y si tras su comprensión  no se promueve  una reforma impositiva del tipo propuesto por el Presidente Roque Sáenz Peña, nuestra patria no podrá llegar a ser lo que por nuestra Constitución debemos ser. El proverbio Sanmartiniano “serás lo que debas ser o no serás nada” cobra aquí dramática realidad. El  problema descripto  genera responsabilidad en todo argentino, pues se trata de recuperar el destino que nuestra patria merece  para sí y el mundo.

Buenos Aires, febrero 26 del año 2021


N. de la R.: Con su nacionalización la universidad Argentina y la Academia de Ciencias Morales se dedicaron a generar la contrarrevolución de Mayo de 1810 defendiendo intereses de clase para que la oligarquía se apropie de la renta pública, generando injusticia, desigualdad y violencia. El derecho moderno o Cristiano de la Constitución Argentina fue reemplazado por su opuesto, el derecho Antiguo, bárbaro y esclavista de los romanos, que se impuso en la mente y el corazón de nuestra clase letrada a sabienda que "aquellos hombres no podrán ver más que lo que han aprendido" San Juan.

Para terminar con "El engaño neoliberal" como en mayo de 1810 debemos abolir todo el régimen de impuestos al trabajo, la producción y el consumo y reemplazarlo por el SISTEMA FISCAL BÍBLICO de RENTAS a los recursos naturales, de la economía clásica y científica y de la Constitución Argentina según su Revolución de Mayo.

Sólo la verdad nos hará libres.

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