PorLic. Guillermo A. Sandler
Profesor de Finanzas Públicas
En La Nación del jueves 4 he leído los interesantes artículos del profesor Natalio R. Botana “Descendiendo en espiral” y del economista Carlos Conrado Helbling “Sí, podemos los argentinos”.
El doctor Botana hace referencia a la fragilidad institucional que abarca la política y la economía; de los evasores, de los 4.500.000 trabajadores en negro con sueldos bajísimos, sin protección social que habitan en parte en las villas miseria en franco crecimiento de nuestras aglomeraciones urbanas, donde la población de las villas porteñas aumentó en un año en más de 50.000 habitantes y de otras cosas, como la patria sindical que comparto plenamente.
Por otra parte, el doctor Helbling destaca la importancia de terminar de cuajo con la inflación, la importancia de una moneda fuerte, el respeto a las instituciones fundamentales y la división de poderes, que llevarían a un nivel de enseñanza igual al que encontramos en Singapur, Corea y China. Esa colosal transformación se debería “a la existencia de medio millar de hombres para conducir un Estado eficiente”, pues sin un Estado eficiente no hay gobierno de turno viable.
Sin embargo, llama la atención que tales autores no hayan hecho la menor referencia al sistema tributario argentino que ha llevado a la decadencia de nuestra patria. Repitiendo palabras del escritor inglés C.N.Parkinson, el sistema tributario en pleno es la causa de la pérdida de influencia del país en los asuntos mundiales, merma la libertad y la estabilidad; el capital emigra y si no es posible adopta la forma de evasión, produce grave inflación y lleva a los países al desastre completo y definitivo que se traduce en decadencia, pobreza. colectiva. y consecuentemente emigración de la población más ambiciosa.
Email: guillermosandler@hotmail.com
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