domingo, 7 de febrero de 2010

LOS IMPUESTOS Y EL ODIO A LA DEMOCRACIA.


DEMOCRACIA MODERNA Y EL SISTEMA DE IMPUESTOS
Hector Raul Sandler, profesor Derecho, UBA


INTRODUCCIÓN

Glenn Beck de modo implacable se basa en el “sentido común” para desnudar la dramática separación en los EEUU de America entre la “clase política” y “la ciudadanía común”. Los “representantes del pueblo” se han separado como grupo de interés de intereses generales de “los comunes”. El “sentido común” es la mas filosa arma con que los ciudadanos simples cuentan en la democracia para proteger sus libertades y darles un sentido practico. La democracia moderna pensada por los Padres Fundadores en los EEUU (en nuestro país por los hombres de Mayo y los constituyentes de 1853, que son nuestros “padres fundadores”) fue concebida para garantía de todos los derechos “evidentes por si mismos”, los propios de todos y cada uno de los seres humanos actuales. Vigentes antes que Constitución alguna sea escrita. La que se dicta y publica como documento fundacional es solo un guardia riel para el mejor ejercicio de aquellos derechos y obligaciones de los individuos.

La sección de “derechos y garantías” es así el sentido profundo de todas las otras secciones de la Constitución destinadas a “organizar” al gobierno del Estado. Ambas secciones están fuertemente vinculadas, a punto tal que una “defectuosa organización” o un “abusivo funcionamiento” de los poderes que emergen de la organización del Estado, puede hacer trizas a los derechos y garantías individuales, frustrando el profundo sentido de la Constitución. Para la época moderna, la Constitución ha de ser vista como valla para protección de los derechos del hombre en sociedad frente al peligros que para esos derechos entraña poderes emergentes dentro de la misma sociedad y de la organización estatal.

Esta idea fundamental, a la vista de los hechos, no es ni ha sido siempre compartida y practicada en nuestra historia desde la Organización Nacional. Para colmo, nuevas realidades, emergentes necesidades, problemas generados por el orden de hecho constituido y sobre todo por pensamientos intelectuales ajenos, cuando no contrarios a la democracia moderna y - last but not the least – los inevitables intereses creados en los procesos económicos y políticos, todo esto actuando en conjunto, ha debilitado la conciencia de los ciudadanos comunes, destinatarios primeros de la democracia moderna. En otras palabras, como una vez fuera dicho, “el sentido común”, por adormecimiento y torpeza de la flaca democracia practicada , ha pasado a ser el menos común de los sentidos. En tales condiciones la democracia moderna está al borde del abismo, por más elecciones que se practiquen.

La clásica definición de democracia moderna fue expresada de manera brillante por Lincoln como el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Por causa de cambios culturales tiende a evaporarse. Contemplando la realidad de estos tiempos (casos típicos como el escándalo producido con motivo de la creación del Fondo del Bicentenario) muestran acabadamente que los “hombres comunes” son de palo. Cuando ocurren cosas como éstas la democracia ya no puede ser definida con aquella famosa oración. Se la debe redefinir de otro modo, si se la quiere describir en serio. En la actualidad ella no es un sistema político del pueblo. Es un sistema “gubernamental” cerrado sobre si mismo, pues – parafraseando a Lincoln – hay que decir que “es el gobierno del gobierno, por el gobierno y para el gobierno”.

Esta hipótesis explica muchas cosas que a primera vista no se entienden. El desapego, por desanimo de la ciudadanía frente a la política, el resentimiento de los hombres comunes cuando en el 2001 dieron un grito revelador: “¡Que se vayan todos!, reveló la existencia de una brecha entre los hombres comunes y sus “representantes”, sin distinción de ideologías y partidos.

La incisiva pluma de Glen Beck se ocupa de los EEUU en el 2009. Revela aspectos de la fallida democracia americana actual, teniendo a la vista el concepto de “democracia moderna”. En su reciente libro, (alcanza hasta el comienzo de la presidencia de Obama), hay simples pero contundentes descripciones de hechos. Lo que describe Beck da razón a quienes han definido a la democracia real actual como una “democracia delegativa”. El pueblo no está presente, mediante sus representantes, en la toma de decisiones. Los representantes, de todos los partidos, aunque en aparente enfrentamiento, estrechan filas entre sí y apoyados en el circunstancial resultado de elecciones, en lugar de actuar “de, por y para” los hombres comunes, lo hacen en defensa de los suyos propios, sean materiales, partidarios o ideológicos. Da lo mismo.

Del libro de Beck hemos elegido una parte que consideramos importante para la democracia moderna: el sistema de impuestos. Dictada la Constitución en 1853, Alberdi con toda premura y temor, al año siguiente, en 1854, publicó el libro “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853”. Su obra más importante y menos leída, por los intelectuales y los hombres comunes. Como liberal en serio sabia cuánto depende la democracia moderna del sistema de recursos del Estado.
Hoy, desde los EEUU y 145 años después, el libro de Beck parece reivindicar la política de impuestos de nuestra Padres Fundadores, sustancialmente cambiada por el Congreso del año 1932 creando el impuesto a los Réditos. Con ese fin hemos traducido parte de del capitulo “The Political Weapon of Choice. The U.S. Tax Code”.

Lo hacemos con el deseo y la esperanza que la lectura de lo traducido reviva el espíritu democrático de los argentinos. No mediante floridos discursos, sino con sencillas reflexiones sobre hechos reales. Las observaciones criticas que hace Beck al sistema de impuestos creado en Norteamérica, son aplicables, punto por punto, a nuestro país.
Quiera el lector apreciar la importancia de este tema.



El ARMA QUE CONDICIONA LA POLITICA: EL SISTEMA DE IMPUESTOS.

Nuestro código de impuestos no es justa sobre la recaudación de ingresos para el gobierno. Si lo fuera, entonces, hubieran seguido el ejemplo de Rusia (sí, el de Rusia, de la antigua Unión Soviética) y estableció un fácil sistema de seguir, difícil de esquivar.

Los rusos estaban teniendo dificultades para la recaudación de impuestos en virtud de un sistema progresivo de impuesto sobre la renta completa con distintos tramos fiscales, deducciones y exenciones. Así que Rusia impone UN impuesto fijo y los resultados fueron sorprendentes y inmediatos. En menos de un año, el impuesto único sobre la renta en relación al sistema anterior fue el 25 por ciento superior (ajustada por inflación) y, lo mejor, el cumplimiento voluntario subió.

Por desgracia, a diferencia de los rusos, nos esforzamos cada año para hacer nuestro código tributario cada vez más complicado. ¿Qué tan grave es esto? Ahora a los estadounidenses emplean cerca de 7,6 miles de millones de horas para preparar sus impuestos. Eso sería como la contratación de 3,8 millones de personas de tiempo completo, sólo para preparar la declaración de nuestros impuestos, Todos los años. En 2006, los estadounidenses gastaron 193 mil millones dólares sólo para cumplir con el código de impuestos.

¿Por qué lleva tanto tiempo y cuesta tanto? Dado que el código se cambia casi cada año - más de quinientos veces el año pasado. Y se hace por dos sencillas razones:

1. Se puede hacer cosas para favorecer a grupos de interés especial y ocultarlas en el marco del complejo trabajo.
2. El código tributario puede aplastar a un enemigo sin dejar moretones o huesos rotos y recompensar sin dejar un rastro de dinero.

Éstos son las realidades de Washington. Si usted es un amigo de aquellos en el poder y no paga sus impuestos, se lo considera un simple descuido y puede, incluso, pasar a ser secretario del Tesoro. Pero si usted es considerado hostil a aquellos en el poder, el mismo error será utilizado para destruir su reputación. Para un ejemplo reciente, no busque más; ahí tiene “Joe the Plumber”. Pero esto no es una táctica política. ¿Cree que fue una mera coincidencia que Martin Luther King Jr., fuera elegido tramposo o que Jesse Owens y Joe Louis fueran investigados por violaciones al código de impuestos después de que hablaran en contra del Gobierno sobre esto?

Un código tributario complejo y confuso es un arma que se puede utilizar para intimidar a los enemigos o reacios (beneficios extraordinarios del impuesto a las compañías petroleras) y castigar a personas inocentes, pero políticamente impopulares (un impuesto del 90 por ciento a los ejecutivos de las empresas) mientras que a amigo se le recompensa con excepciones, deducciones y hallazgo de lagunas legales que los favorecen.

Se ha dicho que "la potestad tributaria es el poder de destruir", y tanto los Democratas y los Republicanos han usado ese poder de manera irresponsable para obtener beneficios políticos. Hay demasiadas personas en Washington que han olvidado el mucho sudor y sangre gastada para ganar un dólar honestamente. Estoy convencido de que si pudiera conseguir que los políticos se emplearan seis meses en el trabajo de recoger fruta, vertiendo cemento, o como camareros, tendrían una apreciación mucho más profunda del sagrado deber que deben tener a la hora de gastar el dinero de nuestros impuestos.

El sentido común nos dice que si se debieran pagar nuestros impuestos, en términos de trabajo físico en lugar de dinero, pondríamos fin al gasto salvaje desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, si se requiere de un constructor trabajar en veinte nuevas viviendas en lugar de pagar impuestos o si un mecánico de automóviles se viera obligado a reparar cincuenta nuevos motores para pagar su deuda con el gobierno, hubiéramos hechos una rebelión contra el derroche desde muchas décadas atrás. En muchos sentidos, es más fácil entregar dinero en lugar de nuestro de nuestro tiempo, pero el sentido común nos dice que uno y otro son lo mismo: “Time is money”.

Es hora de quitar la capacidad del Congreso para sobornar o castigar a las empresas mediante el código de impuestos. Si una empresa viola la ley, para castigarlos ha de aplicarse el código penal y no el código fiscal, Las empresas y los individuos deben subir y caer por causa de sus propios méritos, no sobre la base de desgravaciones fiscales, subsidios y beneficios especiales, los que el Congreso utiliza para comprar votos y sobornar a los votantes.

Y si todo falla, entonces tal vez deberíamos hacer como sugiere el profesor Thomas Sowell . Trasladar el dia de las elecciones al dia 16 de Abril. (¿Alguna vez han notado que la jornada electoral y el dia para pagar los impuestos están bien lejos una de otra en el calendario).
¿Qué mejor manera de juzgar a estas personas responsables de nuestro dinero que decidir su destino político el día después de que hayamos calculado los impuestos que debemos pagar?


Glenn Beck, Glenn Beck´s Common Sense. The Case Against out-of-Control Government, Inspired by Thomas Paine, p.38 , Mercury Radio Arts/ Threshold Edition, New York, June 2009.


"La democracia solo es hija natural del Sistema Rentístico al igual que: la federación, la republica, la alta calidad de vida, los salarios con mayor poder adquisitivo, la libertad, la igualdad, la paz, la inmigración, y el progreso para todos los habitantes.

La Democracia es hija artificial del sistema tributario -derivado de la economía mercantilista -o de derecha- o socialista -o de izquierda—y produce rechazo e incompatibilidad permanente. Hijos naturales del Sistema Tributario son: la tiranía y el despotismo –aunque sea este de origen democrático-, el sistema unitario, la desigualdad, la injusticia, los salarios con bajo poder adquisitivo, la emigración, los conflictos económicos, políticos y sociales, la guerra civil, los procesos autodestructivos, la improductividad, la marginación para la mayoría y enriquecimiento desmedido para unos pocos,

Economista, abogado, intelectual y político que desconoce las virtudes del Sistema Rentístico de la Constitución de 1853 es un peligro para la humanidad."

Por GUILLERMO ANDREAU

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Lo hacemos con el deseo y la esperanza que la lectura de lo traducido reviva el espíritu democrático de los argentinos"(párrafo)

Con más palabras no va a revivir; revivirá con hechos que arrojen resultados palpables al participante.
Italia está aplicando el control directo de los ciudadanos sobre sus representantes con un voto por SI/NO en cada acto de gobierno que implique afectar políticas de estado.

Saludos
Sergio Povarchik

Guillermo Andreau dijo...

Raúl Girbau, Economista dice:
“La democracia moderna fue definida como el “gobierno por el pueblo, del pueblo y para el pueblo”. Nuestra realidad (casos como el escándalo producido con la creación del Fondo del Bicentenario) , muestra que los “hombres comunes” son de palo. La democracia actual ya no puede ser definida con aquella oración. Hoy, como dice Sandler, es un sistema “gubernamental” cerrado sobre si mismo. Se debe redefinir así: “el gobierno por gobierno, del gobierno y para el gobierno”. El estentóreo grito del 2001 - “¡Que se vayan todos! - en apariencia sin sentido y de hecho sin consecuencias, reveló la honda brecha entre los hombres comunes y sus “representantes”. Hay en éstos ideologías diferentes y se presentan como partidos enfrentados. Pero algo fundamental los une entre si y con el gobierno. Ninguno cuestiona al sistema de impuestos. Ese sistema ha convertido al “pueblo” en “público”, que insustancialmente se divide y enfrenta al compás de aquellos. Nadie cuestiona de raíz al sistema de impuestos. Todos lo aceptan. Y de este sistema depende (Alberdi dixit) que exista la democracia moderna ordenada por la Constitución o ella se reduzca a festivales electorales. Si los hombres comunes no comprenden ésto o los ilustrados no se ocupan de enseñárselo, no habrá democracia en Argentina. Mayo intentó una revolución social: suprimir la esclavitud y a la par reemplazar la propiedad privada de la tierra por la enfiteusis. Quien en el Bicentenario no aborde estas cuestiones, reniega de Mayo.