domingo, 11 de julio de 2010

A MEJOR COSECHA, PIERDEN LOS TRABAJADORES. PAIS RICO - TRABAJADORES POBRES


A MEJOR COSECHA, LA RENTA DEL SUELO SUBE
Héctor Raúl Sandler, profesor Consulto, Derecho, UBA

LA NOTICIA
En documento producido por una investigación realizada por Fernando Bertello Alquileres agrícolas: otra vez, cuesta arriba, La Nación Sábado 10 de julio de 2010), se informa que “Después de las bajas que, en líneas generales, tuvieron los alquileres agrícolas tras la dura sequía del ciclo 2008/2009, ahora, con el telón de fondo de una cosecha 2009/2010 que marcó un récord de producción de soja, en los arrendamientos para 2010/2011 se observan subas promedio de un 10 a un 15% en quintales, según las zonas.”
Es la tendencia general de acuerdo con el relevamiento realizado entre una veintena de especialistas y técnicos del sector. Si bien no hay una fiebre descontrolada por alquilar ni una puja a todo o nada entre los mismos inquilinos, si existe una suerte de "tira y afloja" entre propietarios de campos y arrendatarios, con los primeros buscando volver a los niveles de precios de 2008. Según el informe que tenemos a la vista “se estima que en la actualidad ya se cerraron entre el 50 y el 60% de los contratos”. Como es lógico, tras la sequía, hubo más interesados en hacer contratos a porcentaje, pero cesado esa “desgracia natural”, para este ciclo, el mercado de a poco se fue volcando hacia los quintales fijos”.
Las negociaciones no son fáciles; cuando la cosecha fruto del trabajo y el capital invertido por quien cultiva asoma como buena “ los propietarios quieren quintales fijos y pagos por adelantado". La renta del suelo que es lo que se cobran los dueños de la tierra, primero que nada.
“ Marcos Lanusse, dice el informe, coincidió en que existe una "puja" en todas las zonas de mayor productividad, los contratos se están cerrando con subas que oscilan entre 5 y 12%, según las zonas. En las marginales (donde la renta fundiaria suele ser minima”, no hay prácticamente reajuste en el precio del arrendamiento. Pero por la misma razón de “productividad”, saltan los precios del alquiler muy encima de la media. Asi, según “Manuel Bianchetti, de Red Surcos, los mejores campos están entre 18 y 20 quintales” y de acuerdo a datos suministrados por “la Bolsa de Cereales de Córdoba, en Marcos Juárez los alquileres tienen un rango de 16 a 22 quintales por hectárea.” Y en las zonas premium (Marcos Juárez y Unión) se pide un adicional (1 o 2 quintales) para un lote de buena calidad", opinó Gabriel Martínez Soto, desde Córdoba.
Si los contratos no se hacen en quintales brutos sino en porcentajes “en el centro-sur de Santa Fe, desde San Justo hacia abajo, la suba está entre un 10 y un 30%. Pero, como se dijo mas arriba, “Predominan los contratos a quintales fijos y con un pago por adelantado".

EL COMENTARIO

“Los dueños de las tierras salieron a reclamar una recomposición en los arrendamientos”, dice el informe. ¿Fundados en que causa? El informe no lo dice. Se la da por sobre entendida. Si el productor obtiene una cosecha mas rica con su trabajo e inversión de capital, ¿cómo no ha de participar en ese fruto el propietario de la tierra?
Uno debiera preguntarse ¿que nuevo aporte ha hecho el propietario del suelo, que mejora ha introducido, cuánto se ha fatigado como para reclamar una mayor tajada en esa riqueza que se produce? En verdad, nada. En cuanto a la efectiva producción es un mero espectador. Pero por efecto del derecho positivo argentino es un agente recaudador de ese mayor valor. Esto es legal, sin duda, ¿Pero es justo? El variable “valor de la tierra”, sea por su rendimiento, la posibilidad de ser mas favorecida por el clima, de tener una mejor ubicación en relación a los puertos y mercados, y sobre todo por la demanda general para gozar de ella, ese valor aumenta. Este aumento queda fuera de discusión. Lo que en la Argentina ni siquiera se plantea la cuestión, es debatir sobre quien ha de ser “destinatario” de ese valor.
Por derecho positivo argentino (conjunción del derecho real de propiedad establecido por el Código Civil más el régimen legal de impuestos), sin duda ese valor aprovecha al propietario del suelo. Sobre tales pilares legales, el valor de la tierra es un “crédito” del propietario contra el efectivo productor. Esta es una solución precaria para el orden social en su conjunto. Beneficiando el valor del suelo al propietario, los gobiernos, necesitados del recursos para hacer frente al gasto publico, no ven – dada la cultura existente - otro camino “sano” que el “inventar” los impuestos mas estrafalarios. Los que dentro de este sistema inexorablemente caen sobre el efectivo productor y a los consumidores de lo producido. Le quedan otros caminos; pero son mal vistos. A los que, sin embargo, indefectiblemente recurrre: endeudamiento publico, retraso o falta de pago a los proveedores del Estado y la inflación monetaria.
Como el economista británico Fred Harrison diría, hemos constituido " una comunidad en la que se socializan nuestros ingresos privados, obtenidos por el trabajo (sueldos y salarios), a la vez que se privatizan los ingresos sociales (la renta de la tierra)”. Recordando las crisis económicas y sociales padecidas a lo largo del siglo XX y en los inicios del actual, el sistema actual es una bomba de tiempo, con estallido facil de calcular.
El informe de La Nación, se refiere al campo. Mucho peor es el caso de las ciudades: dentro de ellas y en los “cordones de villas miseria”. NO faltan familias carentes de vivienda; pero alquileres andan por las nubes mientras de miles de letreros anuncian “se alquila”. Este asunto del destino de la renta del suelo el más grave que padece el país. Si bien lo causa el derecho positivo, por lo mismo él lo puede resolver. Se llama “reforma legislativa” y a esta y no a pavadas debiera estar dedicado tanto el gobierno como la oposición. .Lo que requiere, claro está, una firme voluntad guiada por la cultura que este a la altura del problema. El sistema ruinoso actual es la cepa infecciosa de la que manan la mayoría de los problemas internos que mantienen postrada a la Argentina, Buenos Aires, julio 11,2010

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