La democracia sirve para el intercambio de opiniones entre
la gente. Para que todos ayuden a visualizar las "políticas públicas"
de los gobiernos para facilitar la soluciones a los “problemas sociales” que a
todos afligen. Este sería uno de los beneficios de la democracia. Pero esta vía
para solucionar problemas supone contar con un buen “planteo” del problema. De
la misma manera en que la maestra de la escuela primaria nos decía “no se
apresuren en buscar la solución, lomas importantes es el planteo del problema”.
Si el planteo es errado, todas las soluciones que se propongan serán erradas.
Esto vale para el asunto que estamos discutiendo. ¿Cómo es posible que
disponiendo la Argentina de tan vasto territorio y destacándose los argentinos
en ser tan listos, mas de 1/3 de la población viva en precarias condiciones de
vivienda y más de 10 millones en situación de “pobreza”? Casi un 10% de sus
habitantes vive como gente primitiva en “chozas” denominadas “villas de
emergencia” y comenzó a ”vivir en los caños” ya en los 1930 y en “barrios de
lata” en los 1910. ¿O somos menos “vivos” de lo que suponemos? No. Se trata de
otra cosa. Hay un “factor externo” a
nuestra voluntad” que traba nuestro progreso.
La base de este sistema
es el Código Civil que establece un sistema para acceder a la propiedad de la tierra
extraída del Antiguo Derecho Romano. Según este sistema la tierra se puede
vender y comprar como una si fuera una ”mercadería” y no un don de Dios. No es malo en sí mismo. Permite que cada uno
consiga la tierra que necesite según su proyecto de vida. Lo perjudicial es un defecto que de él
deriva. Efecto que puede y debe ser corregido por otras leyes. Este
defecto , es que el dueño de un lote de terreno se hace dueño del creciente
valor que la tierra cobra por el poblamiento y desarrollo social.. Por causa de
la creciente demanda su lote de tierra aumenta de valor, o sea su precio de
mercado. Si no se toma debida providencia,
el dueño del lote de tierra se
“enriquece” con ese valor sin hacer nada de su parte. El sistema del Código es
bueno, pero produce este efecto secundario. A este defecto hay que corregir.
Carente de fondos
para el gasto en 1932 se dictó una
ley aplicando impuestos a los que
vivían de su trabajo. Se la llamo “ley
de impuesto a los réditos”. Sobre esta pésima
base ha crecido la venenosa planta que es el actual sistema impositivo.
Una telaraña legal que se ha desarrollado como una voraz boa que ahoga a la
sociedad entera y fomenta la corrupción moral. Este mortal sistema es el
principal causante de la decadencia argentina. A fecha una asfixiante red esta formada por más de 90 impuestos. Su hija putativa es
la inflación crónica, cuyo peor efecto
es privar a la Argentina de sistema monetario. Desde el más
humilde hasta los más encumbrados no
confían “ahorrar” en moneda nacional. Los que pueden hacerlo lo hacen en moneda
extranjera. ¡Al tacho con la cacareada soberanía económica nacional!
Los resultados del
Código Civil con más el actual sistema de impuestos están a la vista. Son la
pobreza crónica y sus más deletéreos efectos: el hacinamiento urbano, la falta de “puestos de
trabajo”, “bolsones de miseria”,
sentimientos de frustración y de odio. La base de la vida, la tierra, es tratada como mercancía, la renta social como el "mejor de los
negocios" y el trabajo castigado con impuestos.
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