Nuestra cultura occidental tiene la necesidad de recuperar datos que han sido deliberadamente ocultados, olvidados y perdidos por impostación filológica y por filtraje académico y universitario producidos básicamente por la Inquisición del Siglo XI al XVII primero y por la nacionalización de la educación superior del Siglo XVIII al XX. La misión de esta Enciclopedia es resucitar la sabiduría necesaria para salvar a occidente del proceso autodestructivo en que se encuentra en pleno desarrollo.
lunes, 9 de agosto de 2010
PROPUESTA PARA EL DEBATE DEL 12 DE AGOSTO DE RAUL GIRBAU, economista
¡ARGENTINOS, A LAS COSAS!
I. CUIDADO CON LA TORRE DE BABEL
1. El ardiente precalentamiento para el debate propuesto para el jueves 12 de agosto, sobre el ORIGEN DE LOS RECURSOS DEL ESTADO PARA UNA SOCIEDAD LIBRE sostenido en el Blog, hace temer que la espada de doble filo que pende sobre los argentinos haga fracasar el noble fin del encuentro.
Uno de los filos de esa fatídica espada es que pretendamos acercarnos al Cielo erigiendo una nueva Torre de Babel (Génesis 11). “Babel”, deriva del hebreo “balal” y significa “confusión”. En lugar de iluminar el camino para forjar una Argentina mejor, solo consigamos aumentar la confusión. No seria la primera vez.
II. LA AYUDA DEL BUEN SAMARITANO
2. El otro filo de la espada puede ser, sin embargo, promisorio y servir para cortar el nudo gordiano que nos tiene atados y nos envuelve en una retrógrada lidia entre todos los argentinos, impidiéndonos visualizar lo que conviene para ser el país que soñamos.
3. Para este fin es oportuno y bueno repasar las sabias advertencias que nos hiciera en 1929 –vísperas de la decadencia argentina- aquel español que se sentía argentino por propia decisión, don José Ortega y Gasset. Reproduzco, en parte, la prevención que nos dejara como precioso análisis y mejor consejo.
José Ortega y Gasset. El pensador español que quería ser argentino
Su mandato fue, "¡Argentinos, a las cosas, a las cosas!
Este mandato suponía un diagnóstico que aún tiene vigencia: el fondo de descontento y tristeza de los argentinos, su sensación de ambiciones frustradas por anticipado, la búsqueda de modelos antes que de soluciones propias, les impedía usar a fondo su excepcional capacidad.
Nos decía desde una conferencia en La Plata: "¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos.
Sus palabras taxativas no eran mera frivolidad de discurso oficial, pues su mensaje era una enorme deuda que tenía con un país que era parte sustancial de sí mismo
La Pampa tan generosa seguía prometiendo. En 1929, en plena crisis europea, este enorme horizonte hacía ademanes de abundancia y concesión. Pero cuando las promesas no se cumplían la derrota era atroz. Se asistía entonces a una fractura del sueño promisorio en el que, al no realizarse, los argentinos quedaban atónitos, como perdidos en un vacío
Ortega no compartía esta visión negativa, lo cual no le impedía hurgar en los síntomas graves de sus recurrentes crisis políticas y sociales.
Encontraba que la mera fuerza mecánica de su éxito económico no bastaba para explicar su existencia. Encontró en épocas de Yrigoyen un Estado sólido, rígido, con grave empaque, separado por completo de la espontaneidad social, vuelto frente al individuo con rebosante autoritarismo. Le hacía recordar al modelo estatal de Berlín. Tenía perfil jurídico pero ejercía el rol del gendarme de instituciones públicas y privadas. No le dio tanta importancia Ortega a las irregularidades administrativas, prefería destacar el alto módulo que tenía el Estado de sí mismo, lo que producía la utopía de un proyecto nacional incumplido proyectándose en una existencia "chabacana".
Sospechaba Ortega que la causa mayor de su progreso dependía de la fertilidad de sus tierras y del factor económico ganadero. Esta eterna prosperidad agroganadera, anulaba otras germinaciones sociales produciendo broncas irracionales en un Estado convertido en máquina formidable. Las masas en tiempos de Yrigoyen estaban encantadas de ver a su Estado funcionando arrolladoramente, triturando toda voluntad indócil que se le enfrentara. Temía Ortega en tiempos de bolchevismo y fascismo europeo que este modelo de Estado autoritario argentino aplastara la espontaneidad social y creativa del ciudadano o de grupos particulares. Desconfiaba de la valoración "hipertrófica" del Estado que transitoriamente padecían las naciones europeas.
Frente a las cosas, los argentinos fabricaban modelos excesivos que no servían para entenderse entre sí mismos.
Otro aspecto que indicó Ortega era la incapacidad del Estado de realizar una cohesión social y nivelación de clases equitativa. Hasta 1939 encontraba al hombre factoría en la periferia de la nacionalidad.
La Argentina con su ritmo acelerado no le permitía a sus clases integrase socialmente. El ritmo de improvisación y aceleramiento argentino no conducía a una lenta asimilación de sus componentes sociales ya que su propia pujanza no conducía a políticas más estables como se daba en Chile y Uruguay.
Ortega afirmaba que este pueblo era el más vigoroso que existía en Sudamérica, aun cuando le faltaba liderazgo y minorías enérgicas que suscitaran una moral nueva. El día en que estas minorías enseñaran al hombre argentino a aceptar hondamente su destino, a existir formalmente y no gesticulando o representando un rol imaginario de imagen ideal, Ortega aseguraba que "la Argentina ascenderá de manera automática en la jerarquía de las más altas calidades históricas, porque el hombre del Plata es uno de los mejores dotados que acaso hay". (Fragmento del escrito de Marta Campomar, Vicepresidente de la Fundación Ortega y Gasset)
III. PROPUESTA DE AGENDA PARA EL DEBATE.
4. Para no caer en la Torre de Babel y aprovechar consejo del buen amigo Ortega y Gasset y construir las bases para la acción política concreta en tan crucial hora del país, propongo que los ponentes organicen sus respectivas exposiciónes respondiendo, en beneficio del público, las siguientes preguntas:
VALORACION DEL REGIMEN DE IMPUESTOS VIGENTE
1a) ¿Es el régimen de impuestos nacionales, provinciales y municipales compatible con el mandato constitucional de poblar nuestro territorio de manera que pueda ser poblarlo a pleno con familias que puedan vivir de su trabajo, en medio de una sociedad de hombres libres, con igualdad de oportunidades económicas, en donde la cooperación sea la regla y el beneficio particular para cada uno y para la Argentina como nación? (Para formarse en juicio sobre la realidad existente es util el trabajo de Antonio A. Margariti, “Impuestos y Pobreza”, Fundación Libertad, Rosario, 2004)
EXAMEN OBJETIVO DEL SISTEMA RENTISTICO
2ª) ¿Puede ser la recaudación de la renta del suelo el sistema más apropiado para forjar la base financiera de los recursos del Estado municipal, provincial y nacional, reducir el negocio de la “especulación con la tierra”, abrir las fronteras del vasto suelo argentino a la enérgica actividad empresaria, ofrecer trabajo a millones de trabajadores y atraer la inversión de capitales reales?
SUGERENCIAS PARA LA TRANSICION HACIA LA GRANDEZA NACIONAL.
3ª) En el supuesto de alcanzar un mínimo de coincidencias en la respuestas a la ultima cuestión, ¿Qué hacer para establecer como “política de estado” a cumplir por todos los sucesivos gobiernos que por democracia se alternan, para una permanente y progresiva reducción de los impuestos vigentes que gravan al trabajo, la inversión, la producción y el consumo?
Buenos Aires, agosto 9 de 2010
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