Nuestra cultura occidental tiene la necesidad de recuperar datos que han sido deliberadamente ocultados, olvidados y perdidos por impostación filológica y por filtraje académico y universitario producidos básicamente por la Inquisición del Siglo XI al XVII primero y por la nacionalización de la educación superior del Siglo XVIII al XX. La misión de esta Enciclopedia es resucitar la sabiduría necesaria para salvar a occidente del proceso autodestructivo en que se encuentra en pleno desarrollo.
martes, 16 de marzo de 2010
Macri y los impuestos
AL SEÑOR JEFE DE GOBIERNO DE LA CIUDAD
INGENIERO MAURICIO MACRI
1. Los periódicos anuncian un terrible ingenio proyectado por el Jefe de la Ciudad. Apremiado por la falta de recursos monetarios, el ingeniero Macri planea mejorar la recaudación para su administración elevando alrededor de un 400% el ABL.
2. Argumento formal: el monto que por ese concepto se paga es escaso. La causa real: al Jefe de gobierno no le alcanza el dinero que recauda mediante el sistema impositivo vigente. De ser cierto su proyecto, el Jefe de la ciudad esta conforme con el “sistema impositivo vigente”. Pero como la plata no le alcanza de modo grosero (muy de practica actualmente) le ha echado el ojo a los “inmuebles”.
3. Afirmamos con toda responsabilidad que lo proyectado, visto como parte del global sistema impositivo vigente, es un peligroso disparate. Pone en peligro la paz social y de aplicarse arruinará aún más a la ya muy castigada economía social argentina. Se multiplicaran los cientos de locales comerciales “en Alquiler”, los cientos de miles de “habitaciones para personas solas” y las villas miseria.
4. Por lo poco que se sabe, el proyecto pretende incrementar varias veces el ABL “ajustándolo” al “valor de mercado de las propiedades”. Tal expresión no revela el ignominiosa estructuración del ABL. (El lector para ver la ignominia tendra que tomar la factura de un ABL del 2002, pues las de ahora vienen “maquilladas”: no figura el valor del terreno).
5. Un ejemplo: mientras “el terreno” se tasa en $ 4000, lo “edificado” se tasa en $ 60.000. Esta “restructuración” del ABL subsiste y responde al siguiente descabellado principio: “edifica y serás castigado por el fisco de la ciudad”. Cuando mejor sea lo que hayas construido, más ABL pagarás. El mundo del revés. ¿Cómo extrañarse que tengamos una ciudad plagadas de conventillos, casas tomadas y villas miseria y que las “playas de estacionamiento” vayan sustituyendo a los palacios de ayer?
6. El ABL actual hace una ruinosa mezcolanza entre los que es “inmueble por naturaleza” (el terreno, art.2314 del Codigo Civil) y el “inmueble por accesión” (art.2315), que es lo “edificado y construido” sobre el solar. Efecto: las tasaciones son estrafalarias por su monto y por lo que se toma por “hecho imponible”. La Ciudad demanda millones de viviendas y el gobierno sostiene leyes, no una sino muchas, por las que se castiga lo edificado y mejorado. ¿Se quiere mayor disparate?
7. ¿Cuándo y cómo comenzó este loco sistema de impuestos? La ciudadanía lo ignora. Hay que hacérselo saber. Este sistema impositivo es la causa principal de la ruina de la CABA y de todo el país. Modificarlo debiera ser la razón de ser del gobierno del señor Macri. La historia de esta locura es antigua, Pero basta con arrancar en 1912. Al brillante presidente Roque Sáenz Peña se lo conoce por haber propuesto el voto secreto, universal y obligatorio. Lo que la gente no sabe, incluyendo los dirigentes, es que Sáenz Peña sabia que la democracia política se arruina si no hay “democracia económica”. Y ésta depende del sistema de impuestos.
8. Sáenz Peña propuso en 1912 como sistema de recursos para el fisco nacional “cobrar un tanto por ciento del valor real del suelo”. A la vez, proponía no cobrar ninguno por las mejoras existentes o que se pudieran construir. Un Congreso dominado por dueños de la tierra, demoró el tratamiento del notable proyecto y la muerte de Sáenz Peña (1914), lo sepultó para siempre.
9. Digo para siempre, pues a pesar de aislados intentos por revivirlo, fue sacado de la conciencia política y social argentina. Y cuando en los 1930 el gobierno conservador derivado del golpe militar, escaso de fondos, en lugar de reavivar el sano proyecto Sáenz Peña, invento una maquina infernal. En 1932 creo “por breve tiempo” el “impuesto a lo réditos”. Sin tapujos resolvió que el gasto público fuera soportado por los trabajadores, los comerciantes, los empresarios y los productores. Esta pésima ley fue la cepa, la piedra fundamental, del actual sistema impositivo argentino. Un sistema cuyo “principio” es “trabaja y serás penado”.
10. Los años pasaron y el pueblo argentino empezó a pagar las consecuencias de tan funesta legislación. Pero las nuevas generaciones de dirigentes erraron y aceptaron como lo más normal del mundo que los gobiernos sin vergüenza alguna dictaran miles de leyes a semejanza de aquella inicial, Así a nivel nacional hay 85 impuestos y otros tantos en la ciudad. Impuestos a las ganancias, al valor agregado, al comercio, al ingreso bruto, al cheque, al macetero conque el dueño del negocio embellece la vereda. ¡Solo nos falta el “impuesto a las ventanas”!
11. Esta caterva de impuestos es una carga que nadie puede soportar. Los comercios e industrias sobreviven gracias a la evasión. No tienen igual suerte los consumidores. En su conjunto esas leyes son la pesada losa que desde arriba ahoga a los argentinos.
12. ¿Qué se le ocurre al señor Jefe de gobierno? Aumentar la presión desde abajo. Aumentar el ABL sin distinguir entre el “terreno” y lo “edificado”. Con esta mala idea asfixiará a los porteños. Al peso insoportable de la losa de arriba (los impuestos vigentes) proyecta aumentar una terrible presión desde abajo, lo que, inevitablemente, acarreará una explosión social.
13. Señor Jefe de Gobierno: en buena hora se ocupa usted del sistema de impuestos vigente. Es la causa primera de la ruina del país. Acertando usted con la forma recta de constituir el tesoro público, honrará a Buenos Aires. Por favor, para bien de los argentinos, hágase cargo del problema a la luz de aquella historia. Recapacite. Justo estamos en el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo. ¡Que magnifica oportunidad se le presenta! Solo debe compenetrarse con los principios de esa revolución social y ponerlos en vigencia con una acertada reforma impositiva integral. La que surge de la Constitución Nacional, cuyos autores se inspiraron en Dios, fuente de toda razón y justicia.
Héctor Raul Sandler
Profesor Consulto, Derecho, UBA
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